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Cardoso fue diputado del Socialismo fundado por Frugoni; por lo tanto, de
alguna manera era su discípulo político. Frugoni era un hombre de praxis radical, de
pocos amigos. En cambio Cardoso era un hombre jovial, de temperamento chispeante. José
Pedro sabía, naturalmente, escuchar y comprender. Por lógica se adecuaba rápidamente a
los cambios del mundo. Era un hombre dialéctico. Cuando llega el proceso refundacional de
los 50 se separan abruptamente. Cardoso se sumaría al cambio con Trías y Cassinoni; en
cambio, Frugoni no acompañó ese proceso. La ruptura definitiva se produce cuando los
ortodoxos (luego de una experiencia fallida de la Unidad Popular en 1961) reclaman el lema
del Partido, las propiedades y el comando de la organización. Desde ese momento se da la
ruptura política total y, paralelamente, el distanciamiento personal entre ambos. Los
más fuertes ataques de don Emilio no eran contra nosotros los jóvenes, ni contra
Trías... sino contra Cardoso. - ¿Quizá por aquello de que se sintió
traicionado por alguien muy cercano?
- Pero no hubo tal traición, sino que fue solamente el surgimiento de nuevas corrien-
tes de pensamiento, ante las cuales Frugoni no supo adaptarse. No obstante, reconozco con
objetividad que esa generación intermedia tuvo mucho que ver con la renovación. Sin
José Pedro, ni Cassinoni, hubiera sido imposible tal reformulación.
- ¿Nunca más se reconciliaron?
- Lamentablemente, no. José Pedro sufría mucho por los ataques de don Emilio. Y así
murieron ambos.
- ¿El paso de los años no reubicó mejor la imagen de Frugoni?
- Amortiguó un poco, pero las heridas nunca terminaron de cerrarse. José Pedro quedó
muy herido. Y digo más, a pesar de la imagen de rigidez, don Emilio pareció tener mucho
más capacidad de reconciliación.
- ¿Cómo se llevaba con Trías?
- Era una relación de admiración y necesidad mutua.Vivián fue el ideólogo
intelectual de lo que José Pedro defendió durante el resto de su vida. Y José Pedro fue
el mayor divulgador político del "tercerismo" de Vivián. Ambos eran hombres de
tener amigos, y como tales cultivaron una profunda amistad. Eran como hermanos. En los
últimos años de Cardoso, los recuerdos de Trías y Cassinoni se hicieron más fuertes,
al igual que los sentimientos de dolor hacia Frugoni. José Pedro acompañó a Vivián en
los últimos tramos de su enfermedad, en plena dictadura. El principal orador del sepelio
fue José Pedro, como no podía ser de otra manera... en un acto de valentía que lo
enalteció. Entre ambos había algunos ejes comunes: cultura, universidad, partido,
gremialismo.
- ¿Y con Cassinoni?
- En este caso el eje era la profesión médica, el Sindicato Médico y,
fundamentalmente la Universidad. Cassinoni fue, quizá, el más grande estadista
universitario de la historia del país. Un verdadero conductor político. Con esto quiero
decir que con Mario también había una gran complementariedad. Era otro entendimiento
dsitinto al de Trías. Cardoso era un político de raza, un gran parlamentario, que se
entendía a las mil maravillas con el rector que provocó los mayores cambios de la
Universidad de la República.
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Dr. José Diaz:
discipulo, amigo y compañero de José Pedro Cardoso. |
- ¿Qué cree usted que unía a estas tres personalidades tan distintas?
- Creo que fue el ideal socialista. Trías fue un devoto del tercerismo, un estudioso
de la lucha de los pueblos del tercer mundo, un americanista a carta cabal, un enamorado
de la revolución boliviana. Cassinoni fue un universitario forjado en la reflexión de
los grandes librepensadores socialistas y con una fuerte sustentación batllista. Cardoso,
en cambio, se situaba ante los problemas desde el punto de vista del humanismo español de
los 30. Los tres tenían un fuerte sentimiento de solidaridad, pero partían de muy
distintas experiencias vitales. Se encuentran fácilmente, porque no hay tanta distancia
entre un republicano español, un tercermundista y un batllista de izquierda. Hubo puntos
de encuentro que unieron a tres grandes personalidades. Lamentablemente para el país,
Trías y Cassinoni murieron muy jóvenes.
- ¿Cómo recibió Cardoso esa fuerte influencia republicana española?
- Me inclino a pensar que fue durante la preparación del congreso fundacional de FEUU,
de 1929. Por esa época era Cardoso el presidente, y su otro gran amigo, Arturo Dubra,
secretario general. Poco tiempo después viene la República, pero ya antes había
españoles viajando por el mundo. Profesores de primer nivel que influyeron en los
jóvenes de la época. El golpe franquista lo pesca en plena etapa juvenil, ávido de
conocer la política internacional. Era lo que impactaba a diario. Y para un socialista,
ser partidario de la República era casi una obligación moral.
- ¿Era un opositor duro?
- Nunca fue blando, ni contemplativo. Tenía un intransigente enfrentamiento con los
sectores tradicionales que defendían a la burguesía y oligarquía nacional e
internacional. Tenía capacidad de diálogo, pero desde una postura de principios que
interpelaba, cuestionaba y denunciaba. No aflojaba en nada.
- ¿Le gustaban sus discursos partidarios y parlamentarios?
- José Pedro era un brillante orador, un insuperable constructor de frases sustentadas
en ideas irrefutables. No solamente tenía la pedagogía a flor de piel, sino la pasión
del político de raza. Tenía una gran vocación docente, pero debió abandonarla a causa
de su compromiso político. Era un tribuno de características excepcionales. Tenía la
energía, la estampa, los gestos de aquellos hombres maravillosos acostumbrados a
compartir sus conceptos con personas, no con una cámara de televisión. No debemos
olvidar que el gran objetivo de cualquier político de izquierda era seducir a mayorías
que hasta hace relativamente poco tiempo le eran hostiles.
- ¿Improvisaba?
- Era fantástico para la improvisación. Un ejemplo incontrastable de que su habilidad
prácticamente se acabó muy poco antes de morir, fue un acto de homenaje que la
ciudadanía le realizó en el cine Plaza, cuando cumplió 90. En su discurso de respuesta
demostró tener una energía y un brazo cautivantes. Es cierto que llevó algunos apuntes,
pero el ejercicio expresivo y el enunciamiento fueron todos suyos. Fue su última gran
clase de seducción, pedagogía y proselitismo.
- ¿Cuáles eran sus temas preferidos?
- Con frecuencia hablaba sobre temas de salud, medicina, seguridad social y medio
ambiente, pero tenía uno que trajo desde la cuna y que dominaba admirablemente: el agro.
Lo manejaba con el conocimiento profundo del hombre de campo. No había tema nacional o
internacional que le fuera ajeno. Y tenía otra ventaja, sabía crear en la gente una
imagen de confiabilidad. El auditorio creía su discurso, aceptando o no su contenido,
según el pensamiento propio. José Pedro trasmitía ideas claras con brillo oratorio, y
también entregaba su honestidad personal. Atraía a la gente, en el acuerdo o la
discrepancia. Los socialistas tuvimos grandes oradores, de los cuales el público solía
decir "qué bien habla", pero ninguno con la capacidad de convicción de
Cardoso.
- ¿Y con la pluma?
- Escribía muy bien. Hizo periodismo político durante muchos años. Fue director de
todos los semanarios socialistas de este siglo: El Sol, El Oriental y Alternativa
Socialista. Tenía una gran capacidad de editorializar sobre cuestiones vinculadas con la
ética política y sobre la situación de América Latina. José Pedro fue el primer gran
fiscal contra la corrupción que tuvo la izquierda uruguaya. Y fue un gran analista de
política internacional. - Mencionó el interés de Cardoso en temas latinoamericanos,
algo demostrable por su integración a comisiones de apoyo dentro de la región. - Su más
notable contribución en ese aspecto, fue con la Comisión de Solidaridad con Nicaragua.
En plena dictadura lo nombraron presidente, porque se confiaba que la dictadura no iba a
tocar a un anciano tan venerable. Y, efectivamente, hizo su trabajo.
- ¿Cuál fue su papel en la fundación del Frente Amplio?
- Fue un excepcional zurcidor de acuerdos internos, entre agrupaciones que no siempre
estaban en la misma sintonía. Basta recordar que socialistas y comunistas tenían
estrategias muy diferentes, hasta si se quiere opuestas. Nosotros concebíamos al Frente
"Amplio" como una agrupación de amplia base social. Debía ser una amplia
alianza de clases. En cambio, otros sectores pensaban en un movimiento uniclasista, el
Fidel, cuyo gran objetivo era romper con la oligarquía de las 500 familias. Lo de las
familias es cierto. Lo equivocado era la propuesta comunista de unidad socialista, de
trocha angosta. Cuando la estrategia socialista se unió con la táctica, sin exclusiones,
de los comunistas, en ese mismo momento se conformó el Frente Amplio. Pero antes fueron
necesarios acuerdos muy dificultosos que fueron integrando a ambas corrientes. Otro tanto
ocurrió dentro del seno del Socialismo. No todos estaban convencidos de las bondades de
la inminente coalición. En ese período de 1965 a 1972, la tarea de Cardoso fue
imprescindible para crear los acuerdos que dieron lugar al Frente Amplio. A tal punto, que
siendo yo el secretario general del Partido Socialista, fue él la figura designada para
integrar la primera mesa política. Era la figura reconocida a nivel popular. Cuando se
firmó el acuerdo de creación del Frente Amplio, el 5 de febrero de 1971, en la hoy sala
Zelmar Michelini del Palacio Legislativo, los signatarios fuimos Cardoso, Trías y yo.
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Entre otros, diputados
Jorge Coll, Guillermo Álvarez y Carlos Pita; senadores José Korzeniak, Reynaldo
Gargano y Carlos Julio Pereyra y directores de la IMM Miguel Fernández Galeano y Wilfredo
Penco. |
- ¿Cómo vivió Cardoso el trágico episodio del golpe de Estado?
- Su casa se transformó, de la noche a la mañana, en eventual centro de oposición
contra la dictadura. Todavía vivía en Agraciada y 19 de Abril. Cardoso fue la larga
bandera del Frente, desplegada en la noche de la dictadura, al igual que Líber Seregni,
Juan José Crottogini y Alba Roballo. Además de su gran papel interno, le cupo otro tanto
o más importante en el frente externo. Era el único dirigente frenteamplista que podía
entrar y salir del país. ¿A dónde? A reuniones de la coordinación socialista en el
exterior, en América Latina y Europa. Cardoso fue determinante para el mantenimiento de
la dirección socialista dentro de territorio uruguayo. Era el presidente del Partido.
Manteniendo en alto las banderas de la democracia. Fue un referente para todos los
frenteamplistas, por tratarse de una figura a la que la dictadura no se animó a hincarle
el diente, más allá de alguna oportunidad esporádica.
- ¿No hubo otra salida que el Pacto del Club Naval?
- No le quepa ninguna duda de que a Cardoso no le hizo gracia tener que ir a negociar
al Club Naval, pero en una demostración de pragmatismo político trabajó por un
entendimiento que, finalmente, permitió una salida negociada. A José Pedro lo irritaban
mucho aquellos comentarios que algunos dirigentes blancos hacían sobre el pacto. Porque
era la única salida y, como tal, tiene puntos a favor y en contra. El reconocimiento a la
figura de Cardoso se verificó después, cuando fueron reabiertas las Cámaras. Fue
designado único orador del Frente para la histórica jornada del 1º de marzo de 1985.
- ¿Quién fue para usted el doctor Cardoso?
Estuvimos juntos casi medio siglo. De su figura política saco su entrega sin
medida en favor de las causas populares. De su entrañable imagen personal me quedo con el
afecto. Era un hombre francamente afectivo, sin límites. Creo que con José Pedro pasé
todos los estados de una relación humana íntima. Fuimos compañeros y amigos... también
fui su hijo y terminé siendo su hermano. |