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La enseñanza de la ética en la Facultad de Medicina

De Esculapio a la bioética



La bioética es una disciplina nueva, que cuenta tan sólo con unos 30 años de existencia. Surge en Estados Unidos como respuesta a una diferente concepción en la asistencia de salud, en la que el paciente deja de ser el objeto del actuar médico para ser el sujeto del mismo, adquiriendo derechos como paciente, y al desafío ante nuevas tecnologías; sin embargo, los conceptos que ella maneja ya eran expuestos en documentos antiguos, como el Juramento de Hipócrates, que da las líneas de acción para el médico o los Consejos de Esculapio, siglo IV a.C., que comienza diciendo: "¿Quieres SER médico hijo mío? Aspiración es esta de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia. ¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida?".

Francisco Goya:
Unos a otros. Grabado

Quiero rescatar este concepto, la ética, y no sólo en nuestra profesión. Es una forma de vida, se manifiesta en nuestro actuar diario. Por esto creo que esta disciplina, si bien debe ser incluida en el currículum de nuestra formación, también, y sobre todo, depende de la conciencia moral, y ésta se desarrolla, según diferentes autores, en los primeros doce años de vida, y es en la dialéc-tica entre familia y medio que nos vamos moldeando como personas.

En el ámbito de la formación profesional sucede algo similar. Hay un ser propio de nuestra profesión, este ser debe trasuntarse en cada uno de nuestros actos con nuestros pacientes, nuestros profesores, nuestros colegas y también con el resto de las personas con quienes nos relacionamos aun en forma no profesional, mas no debemos dejar de lado el momento histórico, filosófico, en que vivimos. Este ser una vez adquirido no se ha de perder nunca, sin embargo no es el fin sino el inicio de un largo camino.

Ética cotidiana y ética formal

La ética tiene una forma de razonamiento y un lenguaje que le es propio y particular, que a quienes estamos formados para la ciencia a veces nos es difícil. Tiene también una parte formal, que requiere estudio, y otra no formal, que se aprende en el quehacer diario, junto a los docentes, y aquí todos recordaremos profesores que nos han marcado en nuestra vida profesional y particular, de quienes aprendimos el relacionamiento con los enfermos, con sus familiares, con los colegas. Esta siempre ha existido y debemos no sólo mantenerla sino realzarla. La otra, la formal, es la que se ha introducido como un elemento nuevo en los últimos años, esta es la que debemos amalgamar en el currículum.

¿Por qué introducir la ética en la formación médica en forma curricular? Sin duda, el objetivo principal es dar al médico los criterios de discernimiento para poder definir situaciones de la vida diaria con un criterio ético, tomando este como un aspecto más en la conducta a seguir con cada paciente, incorporado a la misma como la clínica o la farmacología.

Debemos tener en cuenta, de acuerdo con lo dicho antes, que el estudiante que ingresa a la carrera de Medicina no es virgen de todo concepto ético, muy por el contrario tiene una concepción moral de la vida y el mundo que deberemos tener en cuenta a la hora de discutir los diferentes tópicos.

Cuando surgió el tema, se le adjudicó a la Cátedra de Medicina Legal la instrumentación de la enseñanza de la bioética. Esta solución no fue privativa de nuestro país sino también de otros. Fue sin duda una medida práctica, pero que tuvo y tiene algunos inconvenientes: por un lado, se le da a la bioética una visión legalista, se da como un conjunto de reglas y normas a seguir y no como lo que es: una forma de discernimiento filosófico frente a determinados dilemas éticos. Ante estos hechos es que tenemos una propuesta de trabajo para la enseñanza de esta disciplina en nuestra Facultad. La misma deberá tener una etapa en el pregrado y otra en cada uno de los posgrados. El objetivo de esta disciplina es, en primer lugar, permitir la percepción de los problemas éticos cuando ellos se presentan, para luego de un discernimiento llegar a una solución que respete los derechos del paciente como persona, perteneciente a un determinado grupo que vive en un determinado entorno.

Propuestas

1. Proponemos la formación de un Departamento de Bioética que se encargue de la formación de estudiantes y docentes en esta disciplina y que a su vez colabore con las diferentes cátedras y servicios.

2. Cómo insertar esta disciplina en el plan de estudios:

* En el ciclo básico: se deberá comenzar desde el primer año de la carrera introduciendo en éste los conceptos fundamentales de la disciplina y sus objetivos, así como la introducción de las diferentes escuelas filosóficas. En los años siguientes deberán tratarse en forma de seminarios y debates temas generales, pero que a la vez tengan relación y se trabajen en conjunto con las diferentes áreas de conocimiento que aquí se tocan.

* Una vez en la clínica proponemos como metodología la ética aplicada a la clínica con discusiones de los casos a los que se ve enfrentado el estudiante cada día. En estas instancias de discusión deberán participar todos aquellos profesionales y técnicos que tengan que ver con el caso: médicos, enfermeras, asistentes sociales, psicólogos, así como un clínico entrenado en el razonamiento ético y un eticista.

*Deberá retomarse en cada posgrado con los temas propios del mismo.

* Una vez culminada la formación curricular seguirá en la educación médica continua. Esta propuesta está basada en la experiencia realizada en la Universidad de Chicago hace una década.

La presente tiene como inconvenientes que la formación de estudiantes y de clínicos para esta forma de trabajo se deberá realizar al inicio casi simultáneamente, dado que aún son pocos los que han recibido una educación formal en esta área del conocimiento.

Para terminar, retomo los Consejos de Esculapio, quien finaliza diciendo a su discípulo: "...Únicamente la conciencia de aliviar males podrá sostenerte en tus fatigas. Piensa mientras estás a tiempo; pero sí... Hazte médico, hijo mío!". Este término "hazte" nos habla de construirse a sí mismo; por tanto, para este autor el ser médico no es un fin sino un principio, un punto de partida para el crecimiento personal y profesional.

Cada uno de nosotros somos médicos desde hace mayor o menor tiempo, sin embargo nuestra presencia aquí y ahora demuestra que seguimos construyendo nuestro ser médico particular tratando de superarnos como personas al servicio de la comunidad y de mejorar la formación de aquellos que nos seguirán.

Dra. Verónica Nieto Canessa
(Integrante de la Comisión de Bioética del SMU y
de la Comisión de Ética de la UCUDAL)

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