Ciudad de relojes

aún no he
podido
descubrir
por qué
o desde cuándo
empiezo por leer
los libros
y los diarios
por la parte de atrás

porque mañana
comienza en las mañanas
y los finales de página
no son mi forma de prologar

ordeno mis cosas
viviendo antes cómo terminan

así siempre vale
la pena
tener
por donde empezar

nunca
estuve en Bahía
nunca
estuve en Buenos Aires
dicen
gris alegre
impersonal
y poderosa

muchas veces
estuve en vos
y vos
y yo
sin darme cuenta

nunca estuve
en las cosas
que no he sido
nunca he estado
aún
en todo lo
que aún no seré

algo parecido

una hormiga
es eso
nada más
una hormiga
una simple excusa
para marcarme
las idas y venidas

una pesada carga
hoja muerta
o culpa ajena
a lomos de
todos los días

la aprieto
y gozo
cuando se retuerce

y la fiebre
me llena la cama
y los ojos
y las lágrimas

y quiero volver
a estar bien
necesito ser una
excusa
tan débil y
tan grande
yendo y viniendo
simple
como una hormiga

acaso vos
y solo vos
pudieras convertirte
en un motivo
audaz
para olvidar el
mal que nos habita :
esa miss Sarajevo
casi ajena
ante un
jurado de muertos
ganándole a la belleza

promesas de buenos hombres
( venenos de Catalina )

acaso vos
y solo vos
desnudes el
misterio de lo humano
y aciertes por ventura
dónde está el bien
dónde el imperio
de los buenos

P O E M A 10

Rescato poemas
invisibles cuentas personales
casi emblemas
ánimas espectrales
compañeros de viaje
mercenarios
proclamas encubiertas
mitad verdad
mitad vergüenza
los reavivo y
les recuerdo
que en solemne
ceremonia
prometieron serme
fieles
y no revelar
jamás
mi identidad

trasgresor
el de fresa y chocolate
prisionero
aquel otro
de su fe y
de su obsecuencia
conjugaban una
parábola irredimible
un blancoinegro fabulesco
una quimera pecaminosa
estantes libros

discos café anillos
obraban a cuenta
de mejor utilería

pero
( y me confieso )
que al final
eran dos caras
esas dos caras
– nuestras caras –
de ese pedazo
absurdo
de mi ilusión