martes 11 de julio de 2017
Compartimos editorial del Dr. Gustavo Grecco, Presidente del SMU.
El SMU trabaja en el ámbito del Consejo de Salarios, la Reforma del Trabajo Médico (RTM) desde el año 2012. Allí acordó con cada una de las más de 30 especialidades que hoy cuentan con la posibilidad de acceder a Cargos de Alta Dedicación (CAD) no sólo la carga horaria y la retribución: discutió en profundidad un nuevo concepto de desempeño médico, ajustando la práctica a los nuevos estándares que cada disciplina entiende como el escenario óptimo para maximizar el potencial de cada médico vinculado a su actividad laboral. Esto incluye compatibilizar las horas de trabajo con las de descanso, reducción de jornadas de guardia de 24 a 16 horas, desarrollo profesional continuo, polifuncionalidad, seguimiento longitudinal del paciente, etc.
Hasta el 31 de marzo de 2017, siguiendo el cronograma acordado, se habían implementado en el sector privado 629 cargos. En ASSE, 20… Sí, sólo 20. Uno de los argumentos más fuertes esgrimido por ambos sectores, era que los CAD son demasiado caros en función de lo que la meta 4 paga. Así, se ha retrasado notoriamente la implementación de la RTM, en particular en ASSE. Dicho sea de paso, no se sostiene una reforma sólo sustentada, paradójicamente, en el sector privado.
Sin embargo, a solicitud del SMU, el MSP realizó una evaluación de los montos erogados por meta 4, comparándolos con los desembolsos de las Instituciones. Es así que encontramos con sorpresa que el dinero percibido supera en 2,94 veces (promedio) al dinero pagado en salarios por meta 4.
Ante esta realidad que los datos oficiales nos muestran, el SMU redoblará sus esfuerzos para avanzar en el cronograma de implementación de los CAD en todo el sistema, entendiéndolo no sólo como una mejora de las condiciones de trabajo de los médicos, sino como una herramienta imprescindible para la mejora de la calidad asistencial. Es inadmisible la negativa a su implementación por parte de algunas instituciones y principalmente ASSE argumentando incremento de costos, cuando la realidad muestra objetivamente que dos tercios del dinero percibido no fue a salarios, sino a las arcas y fueron utilizados con otros fines.