viernes 20 de mayo de 2022
Desde la fundación del SMU en 1920, el gremio médico ha mostrado siempre una apertura de los intereses laborales y gremiales particulares del colectivo con objetivos altruistas y solidarios, comprometido con la ciudadanía y los problemas de los seres humanos en general.
Este claro perfil humanista del SMU se hizo explícito ya desde la primera Convención Médica de 1935 y la segunda de 1943 donde específicamente se incursionó en temas sociales de la salud y enfermedad, abordando en aquel entonces temas como la mortalidad infantil, los seguros por maternidad o los derechos de los ciudadanos portadores de enfermedades venéreas.
Específicamente, la séptima Convención Médica de 1984, en la salida de la dictadura cívico-militar que atravesó el Uruguay, tuvo a las denuncias de la violación de los DDHH como uno de sus ejes centrales. Allí se comenzó a trabajar sobre las denuncias de compañeros del gremio desaparecidos y la situación de médicos que colaboraron con la tortura al Servicio de las Fuerzas Armadas y Policía y surgió la necesidad de la formación de la Comisión de Ética Nacional.
Desde 1984 el SMU nunca ha abandonando esta necesidad de insistir en la búsqueda y conocer el destino de compañeras y compañeros desaparecidos así como ha fomentado el recuerdo de los mismos.
La preocupación de esta Convención por la ética fue canalizada por el sindicato y formalizada en la fundación de la Comisión de Bioética en 1991.
La Comisión ha trabajado en los derechos de los pacientes y la elaboración de Código de Ética que junto al de FEMI son los antecedentes del Código de Ética Médica del Colegio Médico del Uruguay.
También desde los primeros años de los 90 se formaron Comisiones y se hicieron trabajos destinados a proteger a personas excluidas de la sociedad y vulnerables.
Asimismo se ha destacado trabajo en cárceles y el apoyo a personas de diferentes colectivos que realizaron huelgas de hambre que han sido médicamente asistidas. En este punto, destacamos el trabajo de la Dra. María del Luján Jauregui y del Dr. Mario de Pena.
También se defendió y trabajó en los derechos de las personas afectadas por la epidemia de HIV-SIDA que sirvieron como modelo para extensión de los derechos de estos pacientes.
A medida que Uruguay, incursionaba en leyes de impacto sobre la salud, de comienzo y fin de vida, el SMU participó en la reflexión ciudadana y asesoró a la elaboración de las mismas como por ejemplo en la de Interrupción Voluntaria del Embarazo y la de Reproducción Asistida.
El SMU también tiene una Comisión de Violencia Doméstica y desde el año 2020 participa de las reflexiones ciudadanas acerca de la Eutanasia y el Suicidio Asistido, asesorando a agrupaciones civiles y al Parlamento. Los temas de fin de vida fueron los temas centrales del Primer Congreso del SMU celebrando los 100 años del Gremio.
Desde 2016 hasta la fecha las Comisiones de DDHH y de Bioética se han unido, trabajando en conjunto.