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 Separata La iniciativa

Al Comité Ejecutivo del Sindicato Médico del Uruguay


El Dr. José B. Gomensoro fue, sin duda, una de las personalidades médicas más distinguidas a lo largo de medio siglo de la vida del país.

El Dr. José B. Gomensoro fue, sin duda, una de las personalidades médicas más distinguidas a lo largo de medio siglo de la vida del país.

Si sobresalieron sus dotes intelectuales, la ejecutoría de su vida y la generosidad de su entrega fueron atributos que singularizaron moralmente su actuación.

No hubo esfera de la cultura que le fuera ajena. Desde joven estudiante, cultor de la ciencia en el Instituto de Clemente Estable, culminó su largo y fecundo trayecto docente y académico como neurólogo destacadísimo que impulsó con maestría, en la escuela formidable del Instituto de Neurología, el estudio de las enfermedades cerebrovasculares y de la epilepsia.

Desde muy joven, también, tuvo intensa actividad gremial en la Asociación de los Estudiantes de Medicina y en el Sindicato Médico del Uruguay. En ambas instituciones fue director de sus respectivas revistas: El Estudiante Libre y Acción Sindical.

Su vocación y aptitud periodísticas hicieron que en forma natural, el rector Mario Cassinoni le asignara la presidencia de la Comisión de Publicaciones de la Universidad y allí fundara y dirigiera la Gaceta Universitaria.

Su contribución al gobierno universitario no fue menos importante. Delegado estudiantil –junto con Constancio Castells– ante el Consejo de la Facultad de Medicina, aportó su eficacia natural a varias asambleas del Claustro y ocupó su lugar indiscutible en la primera Comisión de Ética Médica y Conducta Universitaria constituida, tras la dictadura, en dicha Facultad.

Los ideales libertarios que orientaron el curso de su acción, alentaron su sensibilidad política y lo impulsaron a España en arduas circunstancias de revolución y guerra que en su momento –hace cincuenta años– significaron una trascendente definición. Su vida entera sin discontinuidades ni contradicciones es una entrega generosa y anhelante hacia una sociedad mejor.

Por todas estas consideraciones, y por el significado que su existencia tiene en la memoria institucional, el Sindicato Médico del Uruguay debe realizar un acto de evocación de su persona –a cinco años de su muerte– procurando que el mismo tenga características acordes con su modalidad personal: enorme facilidad en la aproximación humana, llaneza e inmediatez en el trato y agudísima sensibilidad por todo lo noble y bello.

El homenaje no debería estructurarse de modo convencional, mediante una sucesión de discursos formales pronunciados por representantes de las instituciones a las que perteneció, sino que sería más adecuado a su modalidad que integrantes de una Mesa que conocieron directamente las diversas facetas de su actuación –en tantos y tan diversos ámbitos– pudieran testimoniar, evocando vivencias compartidas con Gomensoro, toda la riqueza de su actuación caracterizada y signada en cada una de sus instancias por la invariable docencia de su conducta y la fecundidad de su aporte.

La música de cámara que él mismo cultivó en su juventud, debe, necesariamente, estar presente en este acto.

Pablo V. Carlevaro

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