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Con dirigentes de la Asociación de Médicos de Perses (UCM)
Preocupante situación en la medicina prehospitalaria
La Dra. Luisa Vaz y el Dr. Bernardo Pérez, presidenta y vicepresidente de la Asociación de Médicos de Perses, respectivamente, ahondan en la problemática del área y en las principales reivindicaciones de AMP, única asociación de médicos existente en una empresa de medicina prehospitalaria.
por Fernando Beramendi
Dra. Luisa Vaz (LV): La Asociación de Médicos de Perses (AMP) está integrada por 350 médicos y su razón de existir es la defensa de lo laboral en todos sus aspectos y del desarrollo ético y profesional de sus asociados. Es plural y democrática y reconoce en el SMU el alma mater del sindicalismo médico en el ámbito nacional. Vamos a cumplir 15 años y se han obtenido logros de importancia.
La determinación de sus propias guardias, la formación de una comisión de solidaridad, (que ahora no existe más porque dio lugar a la comisión de la caja de auxilio) y la firma de cuatro convenios salariales bipartitos a partir del año 1987. El último convenio fue difícil de lograr y ya no expresa lo que está sucediendo en el ámbito de la salud y de los médicos que hacemos medicina prehospitalaria.
¿Cuál es la situación en este momento?
El problema más grave es la competitividad que hay entre las empresas de medicina prehospitalaria. Estas surgieron hace 20 años, cuando no había nada parecido. Pero saturaron el mercado y esto se sumó a la poca posibilidad de la gente de solventar los gastos de salud. Entonces las empresas buscaron diferentes modalidades para ganar cada vez más abaratando costos. Esa actual voracidad por nuevos clientes hace que todo esté permitido, no hay reglamentación. Nadie ha reglamentado esta situación, «todo vale».
Esta situación no es más que la política neoliberal aplicada a la salud. El señor dinero es el que manda y las políticas nacionales son un instrumento a su favor. Lo que nosotros no logremos como grupo, agremiados, no lo va a brindar otro medio, que es lo que desearíamos. ¿Qué implica que haya abaratamiento de costos para un médico? En realidad disminuye su calidad de trabajo, las fuentes laborales, su sueldo y la posibilidad técnica de realizar una medicina óptima. Hace que se pierda la solidaridad y puestos laborales, no sólo en el ámbito técnico, sino que deteriora la calidad del trabajo. No es lo que la población merece porque lo que reditúa en dinero es aquello que capta socios, lo que no siempre es compatible con la calidad que se ofrece.
También se pierden cargos no técnicos, en el caso de nosotros hubo 180 despidos en muy poco tiempo, hay una cantidad de gente en el seguro de paro, etcétera. Esto lleva a la inestabilidad laboral y a la mala calidad en la salud.
Si abarata costos, la empresa necesita ganar dinero, disminuyendo ambulancias o números de personas por ambulancia o cambiando ambulancias por autos. Eso lo hacen porque tienen filosofía de empresarios y abaratan costos despidiendo gente.
¿Ustedes no están del todo conformes con lo logrado en el último convenio?LV: Como en todo convenio se lograron algunas cosas y se perdieron otras. Los logros se obtuvieron con gran sacrifico por parte del cuerpo médico. Pero lo conseguido fue un techo que hubiéramos deseado más alto, pero que de todos modos fue aplaudido por muchos médicos, incluso ajenos a nuestra asociación. Confío en que más adelante se lograrán otras cosas.
Contratos «chatarra» y efecto «dominó»
Dr. Bernardo Pérez (BP): Lo que a nosotros nos preocupa hoy es la situación que vive el área de la medicina prehospitalaria, que es un área especial dentro de la salud, privada y con altos fines de lucro. Muy diferente al mutualismo. Es la quintaesencia del libre mercado en la competencia. Desde hace unos cinco o seis años el mercado se satura y al saturarse la competencia por el lucro de las empresas de medicina prehospitalaria trae aparejado el abatimiento de costos para ganar en precios y canibalizarse en el mercado.
En determinado punto sobreviene la pauperización de los contratos médicos, con tres o cuatro niveles de salarios para la misma función, «contratos chatarra» y en Perses, desde el año 95, se ve generar desocupación con despidos masivos de personal no técnico.
Es simple. Para ser competitivo hay que bajar la cuota del socio y reducir la masa salarial. En diciembre la empresa lo hizo con los choferes de las ambulancias. Eso abarata un salario por ambulancia y funciona con una operativa también más barata.
Es el sistema el que vive la situación en su conjunto y como efecto «dominó» una empresa arrastra a la otra a recorrer ese camino. Esto trae aparejado costo social laboral, desocupación y el costo asistencial que viene en detrimento, donde hay áreas del mercado que quedan descubiertas. Existe un vacío en el ámbito ministerial, gubernamental e institucional en la salud en reglamentar este sector que está en manos exclusivamente privadas, pero que tiene un altísimo número de población dependiendo de ella. Yen eso hacemos hincapié.
Ubiquemos aun más lo acontecido en Perses
LV: A fines del año pasado fueron despedidos 180 compañeros no técnicos y ellos están agrupados en un sindicato: la AFP. Ya en 1995 había tenido despidos. Esa directiva cesó y asumió otra directiva contraria. Pocos días antes de estos despidos se estaba tratando con la empresa la caja de auxilio para los funcionarios. O sea que la directiva no había previsto esto ni dieron respuesta al despido de los compañeros. Lo grave fue que responsabilizaron al sindicato de los médicos de esta situación por cosas que no vale la pena ni hablar. Y no hubo un gesto como respuesta al despido masivo.
Los médicos no nos sentimos en nada responsables de esta situación, sin embargo el sindicato de funcionarios acusó a los médicos como responsables de los despidos ante el SMU. Incluso aparecieron pintadas. Pero es sólo un pequeño grupo de gente y no expresa el sentir de todos los funcionarios. No vimos nunca que el sindicato levantara su voz ante la empresa, los gerentes o el propio Ministerio. Equivocó el camino y se perjudicó a sí mismo y a los trabajadores.
Avizorando una salida
¿Cuál es la salida para esta situación?
BP: Venimos sosteniendo algunos aspectos fundamentales desde el reajuste del sistema. A saber: la defensa de la calidad asistencial como prioridad ética del gremio médico. Por eso salimos con un planteo fuerte en diciembre con asambleas multitudinarias, con participación masiva y decidida de los colegas para poner coto a esa situación.
Luchamos para revertir el retiro de personal para atender las emergencias y se logró un sistema mixto de trabajo.
Además, proponemos que el SMU tome esta bandera: el Ministerio debe reglamentar la medicina prehospitalaria como reglamenta otras áreas de la medicina crítica en el mutualismo, como el CTI o las emergencias y pugnamos por acuerdos tripartitos, en los que los sindicatos, junto con el gobierno y las empresas logren acuerdos de estabilidad laboral. Esto supera a la AMP y buscamos entroncarlo con el SMU, para levantar las banderas del médico asalariado, trabajador en las emergencias prehospitalarias y las banderas de la reivindicación de la solidaridad en el campo asistencial, porque este abatimiento ortodoxo de corte neoliberal ha desguarnecido a sectores de la población que por no ser redituables en su cobertura quedan desamparados.
Son las dos vertientes que pagan los costos, los trabajadores no técnicos y los sectores indefensos económicamente.
BP: Ante toda esta embestida, el papel de la Asociación de Médicos de Perses fue reasegurar la calidad asistencial mínima para seguir funcionando, reasegurar la estabilidad laboral del gremio médico y reivindicar el derecho al trabajo y al pleno empleo dentro del sector en general. La firmeza del gremio médico, decidida a actuar hasta el paro, pudo finalmente obtener logros parciales pero sustanciales que permitieron frenar la reestructuración del servicio de emergencia como prioridad ética, lo que conlleva a su vez el poder mantener puestos de trabajo.
¿El SMU no tenía el tema en su agenda?
BP: El relacionamiento de los médicos de la medicina prehospitalaria tiene también muchos años de historia. El área de la medicina prehospitalaria al ser privada y diferente al mutualismo llevaba aparejado salarios diferentes. Esto la ponía al costado de las reivindicaciones más básicas y no hubo un entroncamiento, una acción unánime en cuanto a la acción en conjunto con el SMU y los médicos de la medicina prehospitalaria.
Al cabo de años de proletarización de todo el sistema médico, se van acercando las dos vertientes y ya se las ve casi desde un mismo punto de vista.
Y también porque es una fuerza de trabajo numerosa, ¿no?
Somos más de 1.000 médicos. Son cuatro empresas importantes y otras más chicas.
Estamos en un momento histórico.
A su vez, el SMU busca una alternativa propia con relación al CASMU y se está manejando de manera novedosa. Estamos intercambiando ideas para tratar de enfocar la política de salud en su conjunto y no como parcelas aisladas de intereses no solidarios.
La situación en las otras empresas, ¿cómo es?
LV: No están nucleados, no tienen gremios. Unos son dueños y otros un poquito dueños. Por eso, lo poco o mucho que logremos nosotros será el techo para lo que consigan los demás.
BP: La AMP es la única asociación de médicos independiente de los intereses económicos de la empresa. Los otros médicos forman parte de un paquete accionista.
LV: La situación involucra a todo el sistema, que además emplea a muchos médicos. Debe reglamentarse poniendo la salud de la población como principal motivo de inspiración.
¿Quién va a poner punto final a la irracionalidad del sistema? ¿Las empresas? Por supuesto que no. Por eso hay que reglamentar. Porque la medicina prehospitalaria es necesaria y le ha dado respuesta a cuestiones que el mutualismo no ha podido resolver.?
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