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Japilong, la voz carnavalera de la AEM

«Somos casi una antimurga»


El director de Japilong (que traducido del inglés inequívocamente debiera significar «larga felicidad»), la murga de los estudiantes de Medicina, José María Carissi, definió al grupo como «casi una antimurga». La Asociación de los Estudiantes de Medicina tiene esta actividad de cultura popular desde 1997.


por Armando Olveira

 

Carissi agrega que «la facultad tiene una rica tradición de murgas. No somos los primeros, ni seremos los últimos. Eso es lo maravilloso de esta experiencia».

Ganaron un concurso de agrupaciones amateurs y en setiembre del año pasado tuvieron su «experiencia sublime». Actuaron en el Teatro Solís.

«El gran pretexto para crearla fue una participación en los Juegos Deportivos Universitarios, en la primavera de 1997».

En el debut, Japilón ganó el concurso a nivel nacional, acompañando el triunfante desempeño de los deportistas egresados. «Después de tanta sorpresa nos vimos obligados a seguir. Al principio parecía sencillo, casi sin compromiso, pero a medida que adquirimos responsabilidades, comenzamos a ser más exigentes con nuestro trabajo, hasta ensayar regularmente. A pesar de las dificultades». Y agregó: «Lo más difícil para nosotros es tener constancia, ya que la carrera nos exige mucho ( estudio, carga horaria alta y cortada) y la gran mayoría debe trabajar para mantenerse».

La murga se presentó en 1998 en un concurso de agrupaciones no profesionales organizado por la IMM y el Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP). «Nos volvió a sorprender el resultado: ganamos».

Fueron tres etapas muy intensas. «Los nueve participantes mostramos muchas ganas y hasta un buen nivel, o por lo menos eso dijeron los organizadores», explicó Carissi.

De los once ítems que priorizó el jurado, la murga de Medicina ganó en siete: mejor cuplé, batería, arreglos corales, solista, movimiento en el escenario, textos y retirada. El cierre del festival estuvo a cargo de Contrafarsa, una de las más prestigiosas del ambiente carnavalero. «Lo interesante es que el premio nos permite hacer un taller de perfeccionamiento en técnicas de música popular. Es una experiencia que no vamos a desaprovechar, ya que recibiremos la experiencia de grandes músicos y murguistas vinculados con el TUMP. Ninguno de nosotros sabe de murga, ni de música, lo hacemos todo a pulmón, con mucha intuición y la base cultural universitaria».

Los temas de Japilong refieren a vivencias de los estudiantes de Medicina: el ingreso, anécdotas, problemas, realizaciones. «Tocamos historias de la facultad y de los estudiantes. Por ejemplo, el cuplé que ganó el festival del TUMP se refería a un joven desorientado, que buscaba su vocación de facultad en facultad, hasta que llega a Medicina y encuentra lo que ansiaba. Claro, con nosotros».

Explicó que «a diferencia de las tradicionales, Japilong no es reivindicativa ni contestataria, y mucho menos seria. Se trata de un grupo de amigos que ama el carnaval, que quiere divertirse y divertir. Intentamos ser un grupo con perfil humorístico, algo que se refleja en el nombre elegido... lleno de picardía y múltiples sentidos. Somos casi una antimurga».

A partir de marzo, la murga comenzará a ensayar para la temporada '99, una vez a la semana. «Lamentablemente no podemos darle un seguimiento todo el año. De diciembre a marzo no nos podemos juntar por la dispersión de los miembros. Cuando retomemos el trabajo veremos quiénes siguen y quiénes se suman. La murga siempre está abierta a los compañeros que deseen sumarse».

«¿Dónde está el secreto de la continuidad? En que tenemos compañeros de 11 a 81. Los de más experiencia vamos aportando lo nuestro hasta el momento de la retirada. Eso demuestra el compañerismo que se va formando a partir de la murga», enfatizó Carissi.

«Cantamos en facultad (dando la bienvenida a las nuevas generaciones), en las fiestas del SMU, en encuentros deportivos universitarios y desde donde nos requieran . No nos hemos propuesto transformarnos en una murga tradicional, no nos sentimos capacitados para tanto y tenemos problemas de tiempo».

El momento inolvidable para los veinte murguistas de la AEM fue una presentación en el Teatro Solís, en setiembre del año pasado, con motivo de la entrega de títulos a egresados de la Facultad de Medicina. «Cuando nos invitaron no lo podíamos creer. Es irrepetible esa increíble sensación del instante antes de la llegada al escenario. Luego, cuando uno ya está cantando, es lo mismo el Solís que un tablado. Lo lindo fue la ovación que recibimos al final. No sé si merecida, pero fue realmente emocionante».

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