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Una investigación ineludible para las nuevas generaciones de médicos

Carlos María Fosalba 

¿Quién fue realmente el doctor Carlos María Fosalba? ¿Cuál fue su mayor legado? Estas son las principales interrogantes que los doctores Antonio L.Turnes y Juan Ignacio Gil y Pérez tratan de responder a lo largo de un ensayo de ciento setenta páginas publicado recientemente por el Sindicato Médico del Uruguay. El trabajo, que obtuvo el premio otorgado por el SMU con motivo de conmemorarse los 50 años del fallecimiento de Fosalba, procura, según señalan sus autores en su introducción, hacer perdurar su ejemplo «con un más fundado conocimiento de su obra a las generaciones actuales de médicos y estudiantes».

Subrayan que hoy el nombre del doctor Fosalba «evoca apenas la designación de un edificio sindical, el Palacio Sindical de Colonia y Arenal Grande, o la denominación de una agrupación de médicos sindicalistas que ha tomado desde hace décadas su nombre para identificarse como grupo». No obstante, Turnes, que desde 1985 es el Administrador General del SMU y que ha realizado varios trabajos y publicaciones sobre aspectos históricos de la institución, y Gil y Pérez, que es asistente del departamento de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina, se proponen y logran, a través de una minuciosa investigación, rescatar los aspectos más importantes y fundamentales de la polifacética personalidad de Fosalba.

El libro toma como punto de partida el ingreso de Fosalba a la Facultad de Medicina y su actuación en la Asociación de Estudiantes de Medicina (aem) primero, y en la dirección del periódico El Estudiante Libre más tarde. Se interna luego en la vinculación de Fosalba con el SMU. Hurga posteriormente en sus años de dedicación a la docencia y al servicio de la Universidad de la República. Aborda además la novedosa y removedora concepción de Fosalba de un nuevo mutualismo, orientado y dirigido por médicos. Para finalizar con una entrevista a su viuda, Emma Cammarano de Fosalba, la que aporta elementos que sirven para trazar, desde el costado del afecto, un retrato del protagonista de la investigación.

Es así que a lo largo de todo el libro de Turnes y Gil, que tiene un desarrollo cronológico, afloran documentos históricos que hasta el momento dormían olvidados seguramente en algún archivo. Toman también cuerpo los recuerdos que Fosalba supo dejar bien marcados en sus compañeros de Facultad, de Cátedra o de lucha sindical.

«Su vida de estudiante de medicina, reveló temprano su vocación irresistible para la lucha, para la originalidad de su destacado trabajo en la comisión y en asambleas de la Asociación de Estudiantes de Medicina, en la dirección de la Revista El Estudiante Libre, en la delegación ante la Federación de Estudiantes (feuu) donde con vehemente precisión y empeño, con oratoria convincente, con originalidad no espontánea, reflexiones profundas, precisas y dirigidas, surgían naturalmente», recuerda en las primeras páginas del libro José B. Gomensoro, y agrega: «semejante enjundia partía de un físico menudo, bajo, pero sonriente y vivaz».

Se rescatan además documentos firmados por personalidades de la Medicina uruguaya, que hoy se han transformado en leyenda y que muestran que el talento de Fosalba y su capacidad de trabajo no sólo eran reconocidos por sus compañeros de generación, sino también por sus profesores. En tal sentido el doctor Julio García Otero, siendo Profesor de Clínica Médica, en 1941 escribió: «El abajo firmado, Profesor de Clínica Médica, CERTIFICA que el Dr. Carlos María Fosalba fue interno de la Sala Dighiero, durante el año 1932, habiendo desempeñado sus tareas con gran dedicación y competencia, siendo uno de esos internos, que por su actividad, su espíritu de iniciativa, por su inteligencia y honestidad, se destacan en forma evidente». Dr. Julio C. García Otero. Montevideo, noviembre 17 de 1941.

Por su parte el recientemente desaparecido doctor Ricardo Yannicelli, en un extenso documento contenido en el libro y que evoca la actuación de Fosalba en su militancia gremial estudiantil manifestó: «Puede afirmarse que desde su advenimiento a esta institución gremial (la aem) en 1926 hasta la terminación de su carrera en 1933 no existió actividad ni problema que afectara a la masa estudiantil de medicina que no contara con la insuperable colaboración de su espíritu superior, de su inteligencia clara, su pujante y tesonero corazón de luchador y de enorme optimismo»

La investigación de Turnes y Gil abarca todas las etapas de la trayectoria profesional de Fosalba en su corta vida. Allí aparece el estudiante comprometido con su época, el luchador sindical, el profesional preocupado por el bienestar de sus pares y de la sociedad en su conjunto, el hombre que con su prédica se involucra en la lejana Guerra Civil española defendiendo a la República, el constructor de sueños y el sembrador de utopías. No obstante, el libro recala en un faceta de Fosalba poco conocida, pero no menos interesante: la de periodista. En efecto, el trabajo transcribe varios artículos y editoriales de El Estudiante Libre de fines de la década del 20 y comienzos de los años 30 y de su pasaje como director y colaborador de la revista del SMU, Acción Sindical.

De su etapa como periodista se pueden apreciar dos artículos que muestran la versatilidad de su autor. El primero publicado en 1931 en El Estudiante Libre dedicado a Carlitos Chaplin y el segundo, fechado tres años más tarde y contenido en un número de Acción Sindical, donde Fosalba definió sintéticamente, al ingresar al Comité Ejecutivo del SMU, sus objetivos y propósitos.

Sobre Chaplin escribió:

«Carlitos es un niño disfrazado de hombre.

Su historia es la del hombre débil.

Su vestimenta es a su cuerpo lo que el mundo a su triste alma debilucha y enclenque: un ropaje grande donde se pierde su vida indefensa. Para comprenderlo es necesario amarlo. Para amar a Carlitos es necesario haber reído desde niño con sus piruetas geniales. Sólo los que fuimos niños, cuando él surgió, podemos sentir con cariño la humilde sencillez de la vida...».

Y bajo el título Metas y propuestas para el Sindicato Médico manifestaba en junio de 1934 a través de las páginas de Acción Sindical: «Nosotros no seremos indiferentes al problema general de la sociedad; al proceder así estaremos en condiciones de resolver científicamente nuestros problemas morales, económicos, técnicos y profesionales. Pero esa preocupación no nos apartará de los problemas vitales del gremio médico, ni el lírico entusiasmo será una venda que oscurezca nuestra visión en los asuntos económicos que agobian a una gran parte de los profesionales.

La explotación del médico por Salud Pública, la lucha contra el empresismo mutualista, la creación de una gran sociedad de mutualismo organizada por el Sindicato, la científica distribución del profesional en la ciudad y en el campo, y otros muchos problemas fundamentales, serán estudiados y nos atreveríamos a vaticinar soluciones, que colmarán ampliamente ese clamor que se ve surgir de los médicos proletarizados, en la esperanza de una pronta solución de su angustiante porvenir.

El tiempo será nuestro mejor juez.

Esperamos su juicio, sin temores, con la tranquila convicción con que espera quien tiene conciencia de cumplir con su deber».

El ensayo de Turnes y Gil no sólo es un documento que posibilita conocer a un hombre clave en la historia del sindicalismo médico, sino también permite descubrir al hombre que hubo detrás del militante gremial. Ese mismo hombre que a los 31 años escribió: «Hoy, 5 de setiembre de 1937, a las 19 y 37 minutos, yo, Carlos María Fosalba, juro por mi voluntad -que robusteceré todos los días-, hacer del optimismo un credo y del esfuerzo fecundo el sol que alumbrará sin inter-mitencias los días perennes de mi existencia. Y si una duda aflora a mi espíritu, la clara luz de mi voluntad la transformará de inmediato en una rotunda afirmación. Fosalba».

Dr. Fernando Mañé Garzón

«El gesto y la postura de Fosalba»

El doctor Fernando Mañé Garzón, el mayor investigador sobre la Historia de la Medicina en el Uruguay calificó como el «más completo» estudio realizado sobre Carlos María Fosalba al ensayo de los doctores Antonio L. Turnes y Juan Ignacio Gil y Pérez, editado recientemente por el SMU.

En carta dirigida a Turnes y Gil y a la que tuvo acceso Noticias, Mañé Garzón subrayó que el «Ensayo sobre el Pensamiento del Dr. Carlos María Fosalba en las postrimerías del siglo xx» contiene una «adecuada selección de comentarios y juicios».

Tras reconocer que Fosalba ha tenido muchos elogios y pocos estudios integrativos, Mañé manifestó que el trabajo de Turnes y Gil «es el más completo por no decir el primero y será de referencia permanente». Sostuvo también que su lectura se constituye «en un verdadero placer».

Indicó que en el libro «vemos integrarse esta singular personalidad: el clínico en el Instituto de Neurología, el conductor estudiantil en aem y feuu, el comprometido en la jerarquía docente de la Facultad de Medicina, el gremialista innovador en el ejercicio profesional desde el Sindicato Médico del Uruguay y el médico social con la creación del CASMU».

Agregó que su generación «vio el triunfo de estos ideales que regularon la problemática médica en torno a la asistencia colectiva, a la medicina institucionalizada. Fosalba fue símbolo, paradigma, amor y gestión, esfuerzo y reclamo».

Señaló que en la selección de los materiales y documentos contenidos en el libro «está la sensibilidad de sus autores, que sin desplazar la objetividad lograron preservar la inmanente belleza del gesto y la postura de Fosalba»

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