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Derek H. Johnson (EE.UU.) nuevo presidente de la Asociación Médica Mundial

Estados Unidos: Una demanda por mala praxis cada cinco minutos 

El Dr. Derek H. Johnson asumió la presidencia de la Asociación Médica Mundial en la Asamblea General de Otawa, Canadá. Sustituyó al indonesio Azrul Azwar en el máximo puesto de la institución que nuclea a profesionales de la salud de 70 países.

por Armando Olveira.

Nacido en Puerto Arturo, Texas, hace 62 años, Johnson vive en Metairie, una pequeña localidad ubicada a pocos kilómetros de Nueva Orleans.

Recibido en la Universidad de Dallas con apenas 24 años, se especializó en Radiología Ambulatoria, disciplina en la que es un empresario reconocido en todos los Estados Unidos. Fue titular de la Asociación de Médicos Americanos (AMA) hasta 1997 e integra el Ejecutivo de la amm desde 1990.

¿Cómo es el sistema estadounidense de salud?

Es muy sencillo, se basa en la contratación de seguros de salud que cubren prestaciones en función de lo que el cliente paga. En estos momentos tenemos una escala, incambiada durante diez años, bastante aceptable para la mayoría de la población ocupada.

¿Quiere decir que el médico atiende al paciente en función de lo que vale su seguro?

Pero tampoco pensemos en algo frío, sin consideraciones humanitarias. Es cierto que dentro de la relación contractual tenemos la obligación de hacer nuestro trabajo en función de lo que reconoce el seguro. Pero fuera de la relación contractual, nuestra obligación es cumplir con el juramento (hipocrático) original, sin mirar dinero, raza o clase social.

Los médicos, por formación y convicción, siempre tratamos de hacer lo mejor dentro de lo previsto por la cobertura. Inclusive, tenemos bien claro que no siempre el tratamiento más caro es el mejor.

En ese sentido nos hemos transformado en verdaderos administradores de la salud, tanto de las familias como de las empresas.

¿El sistema de seguros otorga todas las garantías de transparencia para el usuario?

Desde el punto de vista de la economía, siempre que sea transparente, es un buen sistema. Lo negativo es que en los últimos años se nota un cambio de estilo de las empresas.

Somos conscientes de que el costo de los servicios utilizados muchas veces está aislado del costo que debe pagar el usuario.

El paciente nunca sabe cuánto paga por su atención médica, y eso es negativo. Tampoco lo sabe el patrono, que aporta un porcentaje de ese servicio. Y eso no está bien.

¿Los médicos estadounidenses se consideran éticamente presos de la economía?

No es la palabra presos, diría que estamos obligados a responder por un sistema que hasta el momento funciona. Después de tantos años, se ha logrado un equilibrio imprescindible que le ha dado agilidad a un mecanismo altamente complejo.

¿Qué porcentaje de la población accede a los seguros?

Toda persona que trabaja legalmente paga su cobertura. La gran mayoría de los habitantes del país, sean ciudadanos o no, cuentan con seguros, independientemente de su valor.

En este aspecto, lo que cuenta es el ingreso del trabajador. Si gana más, paga más, su patrono también aporta más y recibe más. Si gana menos, paga menos, su patrono paga menos y recibe menos. Así de sencillo.

Llevamos ya diez años de un sano equilibrio que, si se confirman algunas noticias, podría romperse el año que viene.

El Financial Times anunció recientemente que a partir del año que viene habrá una suba del 30% en las primas de los seguros de salud, lo que provocará la expulsión de sectores de clase media, tan importantes dentro del sistema de usuarios de la salud.

En ese sentido, tanto empleados como patronos están de acuerdo en que si se confirman los aumentos podría hacer crac el propio sistema.

La AMA intenta mediar para que estos aumentos no sean tales, sino que se busque una escala de acuerdo a las posibilidades de cada cliente. Estamos seguros de que la profesión médica se verá muy afectada por una posible caída en la toma de seguros. Es la base de nuestro sistema.

Algunos de sus conceptos sobre servicios de salud son impensables para nuestra región, por lo menos por ahora. Inclusive los gremios médicos de América del Sur se oponen a este sistema de seguros privados.
¿Cree usted que es inevitable su implantación en todo el continente?

No sé si es inevitable o no, pero sí creo que nuestro sistema no es malo. Lo considero justo y democrático, porque se accede de acuerdo a algo tan natural como la oferta y la demanda. No creo que sea mala palabra la intervención de empresas privadas.

Yo soy empresario y vivo de ello, al igual que miles de colegas en todo el mundo. Lo malo son las desviaciones. Monopolio, especulación, falta de información.

Puede que al principio se sienta el cambio y haya algunos problemas pero el sistema de seguros es muy efectivo. Como todo en la vida, el paso del tiempo irá acomodando situaciones, por más críticas que parezcan.

Le reiteramos que la casi totalidad de las asociaciones médicas de la región se opone a la implantación de seguros privados. Y hablamos de organizaciones que forman parte de la Asociación Médica Mundial que presidirá desde noviembre.

No hay que tenerle miedo a la actividad privada; por el contrario, hay que reconocerle su calidad de motor de toda economía sana y pujante.

Lo que sí comprendo, es que las asociaciones no acepten nuestro modelo completo para sus países. Son realidades distintas y en función de ello deberán trabajar autoridades nacionales, profesionales y hasta los propios usuarios. Si es que se desean cambios efectivos.

¿Qué opina de la presencia del Estado como administrador de la salud?

No es tarea del Estado la administración de la salud. Tenemos como ejemplo suficiente lo que ocurrió en los países socialistas. Fracasaron.

La libertad es el principal impulso para la administración de un buen sistema de salud. Jamás estaría de acuerdo con una administración centralizada. Lo más sano es tener varias opciones para que el usuario pueda escoger. Todo monopolio es enemigo de la eficiencia.

Demócratas contra republicanos

¿Qué ocurre con el servicio público?

No podemos ocultar que existen grandes diferencias entre la salud privada y la pública. Es una de las deudas que aún mantiene la Administración Clinton y que, a través de su propia esposa Hillary, está intentando saldar en este segundo mandato. Pero no es sencillo conseguir recursos para la salud pública. Es necesario un fuerte bloque parlamentario que los vote. Lamentablemente, el bloque demócrata no es tan fuerte como en años anteriores.

Se informa mucho sobre recortes a la salud pública que afectan a indocumentados, en su mayoría de origen latinoamericano.

Los recortes son reales, pero también hay que decir que cualquier persona, sea o no ciudadano estadounidense, tiene derecho a la asistencia pública o a recibir atención de emergencia. Es nuestra obligación profesional y la obligación política de la Administración.

Lo que en definitiva afecta el recorte es la práctica de programas de atención primaria de la salud y el cuidado de niños y jóvenes sanos. Para acceder al sistema completo, el usuario debe tener una tarjeta que lo habilite y que, por supuesto, un indocumentado no posee.

¿El sistema estatal de salud está en medio de una lucha entre demócratas y republicanos?

En nuestro país nada queda fuera de esta constante lucha de intereses. Es cierto. Pero la labor médica creo que está por encima de intereses electorales. No podemos decir que vemos afectado nuestro trabajo por el solo hecho de que haya un gobierno liberal o hayamos sufrido el estilo conservador. Nuestra posición no cambia.

Se complica sí el tema presupuestal, porque los demócratas buscan satisfacer a las clases medias y bajas, a las que consideran su clientela, mientras que los republicanos apelan siempre a recortes de base para fomentar otras actividades privadas.

Un juicio cada cinco minutos

¿Estados Unidos es la cuna ideológica de los juicios por mala praxis médica?

No hay dudas de que tenemos la mayor cantidad de demandas civiles por mala praxis del mundo. No somos la cuna de esta moda, pero sí la hemos sublimado. La cuna de los juicios es Gran Bretaña.

Los médicos estadounidenses reciben promedialmente doce juicios por mala praxis a la hora, uno cada cinco minutos, si se toma en cuenta cantidad de profesionales, cantidad de demandas y tiempo trabajado.

Muchas veces me he preguntado por qué tenemos tantos juicios en contra, y llegué a una sola conclusión: son muchos los abogados y precisan trabajo. La tercera parte de lo que puede ganar un demandante corresponde a su asesor legal y muchas veces esas cifras son importantes o muy importantes.

Los juicios se explican también por el propio sistema legal de los Estados Unidos. Allá se puede hacer juicios hasta por si las dudas, sin que el demandante pierda demasiado dinero si fracasa en su intento.

¿Muchos médicos estadounidenses actúan más en función de evitar riesgos legales que de la propia salvaguardia de la salud?

Puede ser que sea así, pero antes de criticar tengamos en cuenta lo terrible que es la carga de un juicio por mala praxis.

No tenemos por qué negarlo, se ha creado tal psicosis entre nosotros que cada consulta es realizada con un cuidado extremo.

¿Cómo funcionan las pólizas médicas?

Son otra industria, paralela a la de los juicios. No existe un médico estadounidense que no contrate varios seguros contra eventuales demandas por mala praxis.

El sistema funciona en base a esta relación. Solamente cambia el tipo de póliza, los costos y también la legislación de cada Estado.

Yo tengo una compleja póliza como radiólogo ambulatorio que actúa en función de las leyes estatales y nacionales, según se plantee la eventualidad de una demanda. Me cuesta alrededor de 100 mil dólares al año.

Es bueno aclarar que nosotros los radiólogos tenemos costos mucho menores que cirujanos, obstetras o pediatras. Para ellos, una póliza contra todo riesgo podría no bajar del cuarto millón de dólares.

¿Qué especialidades son las más demandadas?

Es una estadística relacionada con el costo. No menos del 75% de cirujanos, obstetras y pediatras han sido demandados alguna vez por supuestos casos de mala praxis.

El caso del obstetra es el más dramático. Si, por ejemplo, el niño sale con algún problema ajeno al ejercicio profesional, aun así el paciente responsabiliza al médico.

Para la AMA se trata de un verdadero problema de salud pública, porque no hay profesional que pueda actuar con naturalidad cuando el riesgo legal es tan alto. Es uno de nuestros mayores problemas gremiales.

Es básico comprender que ni siquiera actuando correctamente estamos completamente a salvo de un juicio.

¿Qué hace la AMA frente al fenómeno?

Por un lado trabajamos en el ámbito académico, fomentando las materias jurídicas dentro de las facultades de Medicina del país. Nos parece una obligación informar a los futuros colegas sobre la situación del mercado. La consideramos una propuesta de base.

Se ha llegado tan lejos en la especialización, que las principales universidades cuentan con posgrados de primer nivel mundial sobre mala praxis, a los que asisten profesionales de todo el mundo y son los más caros.

A esto sumamos ciclos de conferencias, seminarios y reuniones informativas sobre el tema, en las que participan miles de colegas.

Desde el punto de vista político, estamos en contacto con parlamentarios y juristas, para que el médico tenga defensa frente a quienes especulan con amenazas legales.

No nos planteamos cambios constitucionales, ni mucho menos ni impunidad para el médico. Solamente pretendemos que se frene la actual tendencia especulativa. Tendencia que, lejos de optimizar el trabajo médico, lo afecta negativamente en su calidad y en la relación con el paciente.

Llegando a tiempo

Mencionaba al principio que tan importante como un buen servicio de emergencia es la atención primaria.

Es un concepto de fondo. La mejor forma de mantener la salud es llegar a tiempo. Y en este sentido, poco importa si el paciente tiene dinero o no, o posee el seguro más caro o más barato. Cuando llegamos a tiempo, gastamos menos, damos mejor atención y logramos mejores resultados.

Muchas veces hemos visto cómo un paciente superaba situaciones difíciles con poco dinero y, por el contrario, cómo otro sufre a pesar de grandes gastos. Creo que el mayor logro de un médico no es curar, sino mantener la salud de su paciente. Y para ello no se necesita una gran inversión.

¿Con qué Asociación Mundial se encuentra al asumir la presidencia que abandona Azwar?

Estamos en plena etapa de crecimiento institucional que espero mantener durante el período que me tocará presidirla.

Reuniones como la de Montevideo (realizada en abril) nos permiten seguir proyectando un trabajo conjunto y eficiente.

Nuestro interés es seguir aumentando la cantidad de socios y el número de países e incrementar nuestra presencia en defensa de los intereses médicos.

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