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Hotel Alción:
momento de decisión
Comencemos por el refrán que dice:
«Más vale una pregunta correcta, que una respuesta
correcta a una pregunta equivocada».
Y la pregunta correcta es: ¿Es viable la Colonia de
Vacaciones (u Hotel Alción)?
Las respuestas correctas a las preguntas equivocadas
pueden ser varias y estas son las que hasta hoy nos
hicimos queriendo autoengañarnos.
Tenemos un Hotel, por decisión de una Asamblea del SMU
del martes 24 de octubre de 1961, a la hora 22:15.
En ese tiempo la Comisión Administradora de Bienes
Muebles e Inmuebles designó una Subcomisión que
estudió la conveniencia para el SMU, en cuanto a comprar
o no, un lugar de veraneo.
En esa asamblea, la primera intervención fue la del Dr.
Ulises Griot, quien dijo: «La compra puede ser factible,
pero el manejo y administración de este bien puede crear
dificultades insuperables». (Año 1961)
El Dr. Grille contestó al Dr. Griot que: «El SMU tiene
suficiente experiencia en problemas de administración
como para manejar con éxito una Colonia de Vacaciones».
(Año 1961)
Así de entrada, quedaron planteadas, hace 37 años, las
dos grandes posturas, la duda derivada del manejo de un
hotel por médicos y la supuesta convicción de poder
hacerlo.
Efectuada la votación hubo 75 votos por la afirmativa.
Se decidió la compra del Hotel con destino a una Colonia
de Vacaciones. Entiéndase: Colonia de Vacaciones.
El costo: dos millones setecientos cincuenta mil pesos de
la época.
Se pagarían con $500.000 del FSS y $30.000 mensuales
obtenidos con aportes de 0,5% de los ingresos brutos de
los técnicos del CASMU.
Se adquirió a Sasson S.A. el inmueble denominado Hotel
Alción, con mobiliario, máquinas, vajilla, ropa,
etcétera, situado en el balneario Solís, y fracciones
de terreno circundante.
Tiene 6.000 metros cuadrados, 80 habitaciones para
hospedaje y un predio de 16.000 metros cuadrados.
A las 0:20 del 25 de octubre de 1961 se levantó la
sesión.
Aquellos queridos colegas, todos, en el acierto o en el
error, habían cumplido un paso más en la consolidación
gremial, en una decisión que en 1961 tuvo sus
coordenadas sociales, políticas y económicas,
totalmente diferentes a las que hoy en día rigen.
Si esta Asamblea se realizara hoy, el gremio médico
¿compraría un hotel?
Hoy, 37 años después, tenemos la obligación moral de
rever el tema, pues los resultados no son nada
alentadores, ni económicos ni de concurrencia de la masa
social.
Debemos discutir sobre la viabilidad de este Hotel, que
algunos siguen llamando C. de V., aunque no cumple con el
objetivo social para el cual fue adquirido.
Mantenido con esfuerzo y con alta dosis de imaginación,
por comisiones, honorables todas ellas, no ha podido
salir de su estancamiento.
El último informe de la Comisión Fiscal se expidió
diciendo que la C. de V. «ha llegado al límite máximo
de endeudamiento, sin que se hallan obtenido resultados
favorables en su gestión. Advierte que no podrá
transcurrir un nuevo ejercicio sin que, el gremio en su
conjunto, encuentre los mecanismos para superar la
situación crítica del organismo».
El último ejercicio económico, nuevamente, generó
pérdidas, mostrando un balance deficitario.
Hoy, en la situación actual es imposible, con los
recursos con los que se cuenta, pagar las deudas
contraídas, sobre todo con el FSS, con quien se ensayó
una tibia fórmula de pago.
El Hotel, con sus setenta años, tiene necesidades de
reciclar baños, cocina, etcétera.
Cuenta con el encomiable esfuerzo de su Directiva (me
excluyo) y de su excelente personal.
La Comisión Administradora propuso al inicio de este
ejercicio aumentar el aporte de técnicos, moción que
fue rechazada.
Al día de hoy, el CASMU aporta aproximadamente 160.000
dólares anuales para solventar, parcialmente, el
mantenimiento del Hotel.
Este aporte no deja de ser una subvención, que enmascara
la imposibilidad demostrada de automantenimiento.
Hoy con los fenómenos de globalización, marketing en
alta escala, transnacionales hoteleras, cambios en la
cultura del descanso y en los conceptos de veraneo, es
sumamente difícil competir con ofrecimientos
turísticos.
La Colonia es utilizada por una minoría de médicos del
SMU y del CASMU.
Ninguna comisión administradora podrá gestionar con
ganancias el Hotel, si el gremio no entiende que el mundo
cambió y no es posible tener millones de dólares en una
propiedad, que ni siquiera se identifica correctamente.
Primero es necesario adoptar definiciones políticas.
De ahí saldrán las estrategias de desarrollo.
Si es un Hotel, es un tema. Si es una Colonia, es otro
tema.
Si es un bien social para uso de los médicos recién
recibidos, con poco trabajo y para estudiantes o incluso
colegas que no pueden acceder a otro tipo de opción,
perfecto, démosle las herramientas financieras de apoyo
y hagamos realidad las vacaciones para estos colegas.
Personalmente, sería un alto honor colaborar en ese
sentido.
Ahora, si lo que pretendemos es un Hotel con precios
acordes para los socios del SMU y competitivo en la
región, es otro tema. O una cosa, o la otra. Pero no las
dos a la vez.
Podremos hacer cifras, como la que se está
instrumentando, igual a la que realizó el SMU, bajar los
precios, ahorrar, en lo que sea, pero sin esa definición
no se saldrá del agudo declive.
O seguimos subvencionando el problema a través del SMU,
CASMU, FSS o lo transformamos en un Hotel con apoyo
logístico y financiero del más alto nivel posible, para
que pueda competir.
También cabe otra posibilidad: dejar todo como está y
seguir perdiendo dinero, que es de todos nosotros. Total,
qué le hace una espina más al pez.
Las agrupaciones deberán definir estos problemas.
La dirección gremial del SMU no sólo debe oír planteos
y tomar tibias decisiones en un tema que, reconozco, es
difícil de enfocar con nuestra mentalidad de médicos.
Pero la responsabilidad de la dirigencia pasa por
responder a las situaciones de crisis y esto es una
situación de crisis, y pasa por abrir los ojos y
enfrentar situaciones límites, y esto es una situación
límite.
Estas tres palabras, crisis y situaciones límites, son
las que fueron utilizadas en la Memoria y Balance Anual,
que nos fuera entregada en la última Asamblea del SMU,
CASMU, FSS y Colonia de Vacaciones, y que seguramente
pocos leyeron.
Grueso error. Colega: entérese de la marcha de sus
intereses.
Cuando una dirigencia no enfoca los temas críticos se
expone a la apatía de todos.
Y enfocar los temas no es autorizar una rifa, ir a ver
cómo va la marcha de las reformas o sugerir cambios.
Es discutir a fondo el problema, oír a todos,
implicarse, y en Asamblea decidir, si tener una Colonia o
un Hotel, si licitarlo, darlo en concesión, venderlo o
dejarlo que sobreviva y se vaya agotando en lenta
agonía.
Si no sabemos qué hacer, llamemos a una consultora
especializada en hotelería y de acuerdo con su informe
discutamos, entre todos, qué hacer definitivamente con
este problema.
Hasta ahora, el tema del Hotel ha sido desconocido y
subestimado en general.
Claro, hay temas en el SMU realmente esenciales, que
hacen a la vida misma del gremio médico. Pero en las
actuales circunstancias, de un mundo en constante cambio
y con tendencia a la calidad total en su productos y a la
excelencia en los servicios, no podemos darnos el lujo de
seguir perdiendo dineros, que podrían ser útiles para
otros fines, como por ejemplo fortificar el FSS.
Si queremos una Colonia de Vacaciones, gestionémosla
como se debe.
Si queremos un Hotel, dirijámoslo como se debe.
Y si no queremos ni una cosa ni la otra, tengamos el
suficiente valor moral de expresarlo; donde y como se
debe, así como aquellos colegas del 24 de octubre de
1961 decidieron respetuosamente la compra, pero en otras
circunstancias y connotaciones.
Dr. Pedro Koyounian
Montevideo, 11 de agosto de 1998