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Apuntes contra el olvido (II)
Repercusiones del episodio del Conte Grande
Dr. José Kierszenbaum
De acuerdo con las fuentes consultadas,1 ingresaron desde octubre de 1938 hasta marzo de 1939 más de tres mil personas, a quienes hubo que dar alojamiento, trabajo y cuidados médicos.
Se crearon entonces diversas organizaciones nacionales, algunas relacionadas con otras internacionales, como el Joint y el Hicem, para cumplir con estos cometidos.
Antecedentes
Ya existían en Montevideo grupos de ayuda un tiempo
después de que los nazis ocuparon el poder (31 de enero
de 1933).
Así, encontramos un Comité contra las Persecuciones de
los Israelitas Alemanes enviando dinero a Londres al
Central British Fund for German Jewery el 19 de febrero
de 1934; la Organización Popular Israelita pro Ayuda a
las Víctimas del Nazismo.
Tomamos del trabajo titulado «Diez años de obra
constructiva en América del Sur»2 los siguientes
párrafos muy esclarecedores: «Cuando a fines de 1938 y
a comienzos de 1939 se intensificó la inmigración
directa de Alemania a Uruguay, las organizaciones
existentes allí no pudieron dar cauce, en la medida
necesaria, a la ayuda a los inmigrantes. En aquella
época difícil, el actual presidente de la 'Afilantis'
se dirigió al Joint de Nueva York llamando su atención
acerca del estado de emergencia reinante en el Uruguay, y
solicitando su ayuda. Con esta ayuda del Joint se logró
crear una organización que, a partir de abril de 1939,
se ha hecho cargo de la ayuda a los refugiados en el
Uruguay, en su mayor parte.
Esta Asociación Filantrópica Israelita del Uruguay se
ocupa de los inmigrados judíos sin distinción de sus
países de origen, y estos cuidados abarcan hoy en día
muchos sectores de la ayuda y asistencia a adultos y
niños».
Reacción ante
la
«avalancha inmigratoria»
El periódico Di Presse de Buenos Aires, del 18 de
enero de 1939,3 publicó un artículo titulado:
«Instituciones judías de Montevideo organizan una
acción de ayuda para los refugiados».
Dice: «Planean organizar un fondo de 100.000 pesos
uruguayos con la ayuda de la 'Campaña del millón' de
Buenos Aires y del Hicem».
«Hasta ahora el Imigrantn Schutz Farain (dependencia del
Hicem) se ocupaba de la ayuda material.
- Porque en Montevideo hay ahora posibilidades de conseguir trabajo.
- La colectividad judeoalemana debe dar ayuda práctica ya que hasta ahora no lo hizo.
- Las otras instituciones judías deben también hacer algo por ellos.»
«El proyecto de ayuda a los refugiados consiste en
conseguir 100.000 pesos uruguayos, debiendo aportar
20.000 pesos la colectividad judía local, 20.000 pesos
la 'Campaña por el millón de pesos' de Buenos Aires y
60.000 pesos daría el Hicem.
El representante del Imigrantn Schutz Farain argentino,
Sr. Meschibosky, se encuentra en Montevideo por este
asunto.
Este representante recibió un telegrama de París
detallando la situación horrible en la que se encuentran
los refugiados que ya están en el Paraguay, que
necesitan urgente ayuda y que la colectividad judía
paraguaya no les puede dar...»
Dificultades de alojamiento
De este tema se ocupaba un artículo del Die Idische
Tzeitung (El Diario Israelita) de Buenos Aires, del 19 de
enero de 1939,4 relatando el hacinamiento y las
condiciones precarias de vida de la mayor parte de los
refugiados judeoalemanes recién llegados a Montevideo.
Una colectividad dividida
El periódico Folksblat de Montevideo, del 29 de enero
de 1939,5 publicó este comunicado: «Se creó un Comité
Comunitario de ayuda a los refugiados asociado al Comité
Austriaco de la Kehilá».
«Ayer se realizó la sesión extraordinaria del Consejo
Directivo de la Kehilá junto con los representantes del
Imigrantn Schutz Farain, Sr. B. Meschibosky, de Buenos
Aires, Sr. Hugo Baruj, y el Secretario General de la Daia
de Buenos Aires, Dr. M. Tov.
El único punto a tratar en el orden del día era la
ayuda a los refugiados.
El Sr. B. Meschibosky se refirió a los planes de la
Escuela Agraria tratados en la sesión de la víspera con
los representantes del Comité Austriaco ante el Bank in
Goes, estableciendo que dado su elevado costo en miles de
pesos, debían ser meticulosamente estudiados, lo que
motivó que estos representantes se retiraran y no
quisieran seguir trabajando [...] La reunión estaba
llena de un espíritu de responsabilidad, ya que sobre la
colectividad judía del Uruguay estaban puestos los ojos
de todas las colectividades vecinas para ayudar a los
refugiados.
Un hecho trascendente más fue la presencia en la
reunión del rabino Sr. Aharon Milewski, especialmente
invitado.
Las palabras de todos fueron medidas y de gran
responsabilidad.
Después que todos hablaron, se resolvió crear un
Comité estable formado por la Kehilá y el Imigrantn
Schutz Farain local.
Se eligieron tres representantes del Consejo Directivo,
los Sres. Gerstenfeld, Bavnik y Horenstein. Se votaron
1.000 pesos para las primeras dos semanas para los
refugiados necesitados (comer y dormir). En el correr de
este tiempo se harán los planes de ayuda constructiva,
pero desde ya apelan a todos los judíos nacionalistas y
religiosos para que den trabajo a los refugiados en sus
talleres, industrias y comercios. Las listas les serán
enviadas a través de la oficina especial de trabajo e
información de la Unión Industrial y Comercial.
El Sr. B. Meschibosky y el Sr. Tov también prometieron
interesar a las instancias superiores de París y Buenos
Aires para dar ayuda a este Comité, cuando la
colectividad se ponga en marcha en estos objetivos.
El rabino Milewsky propuso también que el Comité
unificado estudiara la posibilidad de préstamos para
instalarse en diferentes ramos.
Se defendió también el punto que, al principio, la
ayuda debe ser dada a todos los necesitados y más
adelante debe ser tenido en cuenta el carácter nacional
y religioso de los refugiados, ya que el dinero que la
Kehilá recolectó, lo fue por judíos religiosos o
nacionalistas, y porque aquí existe un segundo Comité
que hace distingos partidarios.»
¿Qué significaban estas afirmaciones?
Para entender lo que sucedía en la colectividad judía
del Uruguay, citamos un artículo del periódico de
Buenos Aires Di Presse,6 del 25 de enero de 1939,
titulado: «La colectividad judía está frente a un gran
peligro».
Decía: «La colectividad judía del Uruguay está
dividida en dos partes; en lenguaje oficial significa que
hay un sector de derecha y otro de izquierda.
Pero esto ni siquiera es así, no se trata solamente de
una diferencia entre izquierda y derecha, sino entre
sionistas y no sionistas, entre una minoría que quiere
mandar sobre la gran mayoría, una gigantesca mayoría
que quiere y es dueña de su propia vida comunitaria.
El centro y la gran fortaleza de la 'izquierda' es el
Bank in Goes. Este banco tiene un cementerio judío
propio y da ayuda para cuestiones religiosas. Muchos de
los socios del Bank in Goes no están contentos con esto
de dar ayuda para objetivos religiosos, y hay una
discusión diaria sobre esto entre los dos periódicos
judíos de Montevideo: el Unzer Fraint, de la izquierda,
y el Folksblat, de la derecha.
A nosotros no nos interesa la discusión sino que en el
lado 'izquierdista' hay judíos religiosos como
matarifes, rabinos y jazanim.
Es más que claro que el lado 'izquierdista' tiene
consigo la enorme mayoría de la colectividad.
El principal baluarte de la 'izquierda', como fue dicho,
es el Bank in Goes, y el de la derecha la Kehilá, pero
hasta un ciego puede ver que la Kehilá frente al Banco
es como un corderito contra un elefante.
El Bank in Goes no es solamente un banco, sino una
colosal institución de ayuda y una caja de auxilio para
enfermedad de tal capacidad que no existe nada similar en
la vida judía de Sudamérica.
Cuando un judío de Buenos Aires es socio del 'Hospital',
de la 'Liga', de la 'Jevre Kadishe' y del 'Bicur Jolim',
de todos ellos juntos, no recibe en caso de necesidad una
ayuda tal como la que da el Bank in Goes.
Viajando en un tranvía en Montevideo, se sentó junto a
mí un hombre joven que me conocía de Buenos Aires,
militante sionista y que no cesaba de alabar al Banco. Me
contó que no hace mucho estuvo enfermo y necesitó una
intervención por cálculos biliares. El Banco pagó 6
pesos oro por día en un sanatorio y a su esposa le daba
un peso diario (en el Uruguay se puede vivir con un peso
por día).
La Kehilá no puede mostrar estas cosas, da cementerio y
judaísmo, pero el Banco también los da [...] Tanto
desde la izquierda como de la derecha tratan de que el
ishuv no quiebre su unidad, pero desde Buenos Aires los
sionistas no permiten que se hagan acciones asociadas de
ambos sectores.
Cuando en Buenos Aires se proclamó la 'Campaña del
millón de pesos', en Montevideo también se hizo, y se
llegó a un arreglo de ambas partes, pero desde Buenos
Aires se ordenó anular el acuerdo. Enviaron a un
dirigente sionista convirtiéndolo en director de la
Kehilá de Montevideo, y este indicó que no se mezclaran
[...] La Kehilá hace poco emitió un boletín, redactado
en un tono desagradable: 'levseksie', 'Judíos de
Stalin', eran los epítetos utilizados por la
publicación [...] ¿Está en los intereses del pueblo
judío y del sionismo catalogar a 75% de la comunidad
como estalinista?
¿Es verdad que ayuda a los intereses del sionismo
endilgar a nuestros vecinos que casi todos los judíos
son comunistas?
¿No saben los kehilnekes que el Bank in Goes es un banco
y caja de enfermedad de miles y miles de pequeños
burgueses (kleinbirguer)?
El Bank in Goes crece y progresa. Tenía hasta ahora dos
enormes edificios propios, pero compró un tercero y va a
construir un sanatorio para sus asociados.
Hay que agregar que con el asunto de la venida de los
judíos alemanes, el banco recibió nueva vida, ya que en
los últimos seis meses depositaron tres cuartos de
millón de pesos uruguayos y tienen una comisión de
ellos en el banco [...] He recordado al Dr. Berenstein,
conocido sociólogo que creó una Oficina de Trabajo en
Montevideo. [...] El Dr. Berenstein es sionista y, sin
embargo, con su iniciativa no fue a la Kehilá sino al
Banco.
Es suficiente entrar por la mañana o en la tarde en el
local del centro del Bank in Goes para comprobar que es
uno de los más grandes en su género en Sudamérica, si
es que lo hay así, y es como estar en pleno centro de la
vida judía en el Uruguay.
De este banco salió la iniciativa de la Colonia
Agrícola Judía en el Uruguay, iniciativa que ya ha sido
coronada por el éxito. (Lamentablemente no pude visitar
la Colonia, dado que se encuentra lejos de la capital.)
Los más cálidos defensores de la Kehilá no podrán
oponer nada parecido a estos hechos trascendentes como la
Oficina del Trabajo y la Colonia Agraria Judía. En el
mejor de los casos podrán mostrar que el año 1938 fue
literario para la Kehilá y que este tipo de literatura
no le dio grandes honores a sus adherentes.
No obstante que ahora es verano, el ishuv judío de
Montevideo está en plena actividad. Es una colectividad
que crece y aunque es más joven y más pequeña que la
de Buenos Aires, hay alguna cosa que podemos aprender de
ella...».
Debemos aclarar que la Colonia Agrícola mencionada en
el artículo precedente debió cerrar al cabo de un
tiempo por diversas razones que no vienen al caso, pero
la idea de su creación era la de dar trabajo fecundo a
los refugiados judíos. No tuvo nada que ver con la
Colonia «19 de Abril», fundada en 1915. Al estar tan
dividida la colectividad judía del Uruguay, no fue
posible cumplir acciones unitarias de lucha que quizás
hubieran impedido el rechazo de barcos de inmigrantes en
el puerto de Montevideo.
El rechazo de los barcos
Con posterioridad a la llegada del Conte Grande, otros
buques con refugiados trataron de desembarcarlos en
Montevideo y Buenos Aires.
La lista de barcos rechazados fue importante y debieron
volver a puertos europeos con parte o la totalidad de sus
pasajeros de origen judío.7
¿Cómo repercutió esta actitud de los gobiernos de
Uruguay y Argentina en la colectividad judía y su
prensa?
Dos artículos del periódico Unzer Fraint de Montevideo,
del 12 de marzo de 1939,8 nos eximen de mayores
comentarios.
Qué se hizo
para salvar
a los 27 refugiados
«Cuando dos semanas atrás se llevó a cabo la tarea
de salvar a los 68 refugiados judíos del Conte Grande y
gracias a los desvelos del Idische Bank pudieron
desembarcar en Montevideo, todos los organismos que se
agrupan alrededor de la Kehilá dijeron: «El Idische
Bank ¿qué hizo? Sólo por ellos (que ni siquiera se
acercaron a ver qué pasaba con los inmigrantes), sólo
ellos cumplieron la tarea de salvarlos... Bien, anteayer
viernes, pasó el buque Oceanía llevando de regreso a 10
refugiados en las mismas condiciones que los del Conte
Grande.
Ayer marchó hacia Europa el barco San Martín con 27
refugiados judíos que, como es sabido, no se los dejó
desembarcar ni en Montevideo ni en Buenos Aires. Estas 37
víctimas judías fueron enviadas nuevamente a Europa, y
si no se los deja desembarcar en algún otro país, es
posible que vuelvan a Alemania a los campos de
concentración.
En estos dos últimos casos el Banco no intervino. El
Banco no puede convertirse en un organismo de ayuda
permanente a los refugiados. El Idische Bank pudo
intervenir solamente una vez, pero las organizaciones
creadas específicamente para la ayuda de los refugiados
deben intervenir cada vez, y hacer todo lo posible para
salvarlos de ser enviados nuevamente a Alemania.
No queremos buscar culpables, pero queremos preguntar al
Hicem local qué se hizo para salvar a los 27 refugiados
para que no caigan nuevamente en las garras de la bestia
hitlerista...».
No se hizo todo
para salvar a los refugiados
«Hicimos antes la pregunta sobre lo que se hizo sobre
los 37 refugiados judíos, no para hacer una directa
inculpación sino para, a través de esa pregunta, hacer
una segunda: si se hizo todo lo necesario para salvar a
esos infelices refugiados.
Y a esta segunda pregunta contestamos claramente: no.
Aquí en Montevideo no hicimos todo para salvar a los dos
últimos grupos que ayer y anteayer fueron enviados
nuevamente al país de los asesinos hitleristas.
No, no se hizo todo, si es que algo se hizo por ellos.
Lo decimos, basados en nuestra observación de lo actuado
en los tres casos: Conte Grande, Oceanía y San Martín
[...] Se dirá que en Buenos Aires intervino el Hicem, y
también aquí el Comité del Imigrantn Schutz Farain
(queremos creerlo).
Sostenemos que con una enérgica acción de toda la
colectividad se podría conseguir algo.
Culpables son los 'politiqueros', que no permiten llevar
a cabo una acción unida a favor de los refugiados y que
sacuda a todos los elementos democráticos de la nación.
Culpables son los ignorantes, quienes estaban sentados en
el bar 'Británico' cuando el barco con las víctimas de
Hitler llegó al puerto y tienen la desvergüenza de
escribir sobre su actuación y sus intervenciones [...]
No está aún tan envenenada la atmósfera en el Uruguay
contra los judíos para que no se encuentre un
entendimiento para este gran pecado que nuestro gobierno
cometió contra estas víctimas de Alemania.
Los inmigrantes que viajaron con estos tres barcos
tenían pasaportes visados por un representante del
gobierno uruguayo, y si este no actuó de acuerdo con las
instrucciones recibidas, esto no dio motivo para que se
procediera sin misericordia no contra el culpable sino
contra los inmigrantes, víctimas de un régimen de
barbarie.
Una intervención unida de toda la comunidad, asociada a
una campaña en la prensa local, quizás demostraría que
lo mejor no sería devolverlos, sino darles la
posibilidad de quedarse.
Los 37 inmigrantes que tenían visas uruguayas no
deseaban la infelicidad de este país [...] Los traidores
son un lamento para la colectividad, son los principales
culpables de la derrota que sufrimos, para regocijo de
los enemigos de los judíos, en los últimos días,
cuando fueron enviados de regreso los refugiados.
¿Servirá de lección?».
El periódico Folksblat, del 25 de mayo de 1939,9 nos
relata lo sucedido con los pasajeros del Cap Norte.
«El Cap Norte traía 26 pasajeros de Alemania y
Checoslovaquia. Habían embarcado en Hamburgo y tenían
visas para el Paraguay. Querían desembarcar en
Montevideo, para luego tomar un buque que los llevara al
Paraguay. No les permitieron desembarcar los funcionarios
uruguayos del Ministerio de Relaciones Exteriores,
siguiendo un pedido de las autoridades del Paraguay.
Irán a Buenos Aires y, si no se les permite desembarcar,
volverán a Hamburgo.»
El estudio de los partes consulares del año 1939 nos
dice que los rechazados del Cap Norte enviaron un
telegrama al Presidente Ortiz de la Argentina desde el
barco. Presidencia giró el telegrama a Migraciones tres
días después de que el barco había partido con los
refugiados a bordo. Posteriormente otros buques con
refugiados fueron rechazados durante el resto de 1939,
1941 y 1942.7
Esta actitud, que se repitió en varios países
americanos, refleja el desprecio por la vida de estas
desgraciadas personas, muchas de las cuales terminaron en
los campos de exterminio.
Comentarios y conclusiones
El análisis del cambio en la política inmigratoria
del Uruguay a fines de 1938 y comienzos de 1939 no puede
ser separado de lo que ocurría en el país, Sudamérica
y Europa.
En el país estaba el gobierno del Gral. Alfredo
Baldomir, gobierno de transición desde la dictadura del
Dr. Terra, teniendo en su Gabinete elementos de ideas
democráticas y amigos de los judíos como el Canciller
Dr. Guani, y otros que no lo eran.
La prensa escrita estaba dividida entre periódicos
claramente democráticos y otros de ideas nacionalistas
pero influenciados por las corrientes nazis y fascistas.
Los gobiernos de varios países sudamericanos como
Argentina, Paraguay y Brasil en este periodo tenían una
clara política inmigratoria antijudía.
En Alemania, especialmente luego de la «Noche de
Cristal», muchos judíos que permanecieron esperando un
cambio en el gobierno de Hitler que los favoreciera, se
dieron cuenta de que algo terrible se avecinaba y
decidieron huir por todos los medios posibles.
Muchas empresas navieras se aprovechaban de la situación
y vendían pasajes de ida y vuelta a los desesperados
refugiados.
Inescrupulosos funcionarios consulares de varios países
americanos dieron visas que sabían que sus gobiernos no
aceptarían, ya que existían reglamentos inmigratorios
antijudíos recientemente promulgados.
Esa generalizada predisposición antisemita de varios
países americanos no era ajena a la propaganda nazi y
fascista.
Cuando los infelices inmigrantes llegaron al Río de la
Plata, no encontraron colectividades fuertes y unidas que
defendieran sus intereses.
Lo sucedido con los refugiados del Conte Grande puede
catalogarse como milagroso.
Si se hubiera hecho una movilización pujante de toda la
colectividad, pudo ser otro el destino de los barcos
rechazados posteriormente.
Una vez más mezquinos intereses partidarios se
interpusieron al ideal supremo de defender adecuadamente
a sus hermanos.
¡Que nos sirva de lección!
Bibliografía
- «Diez años de obra constructiva en América del Sur». Informe del Comité de la República Oriental del Uruguay, p. 312.
- Ibid., p. 309.
- Di Presse, Buenos Aires, 18 de enero de 1939.
- Die Idische Tzeitung (El Diario Israelita), Buenos Aires, 19 de enero de 1939.
- Folksblat, Montevideo, 28 de enero de 1939.
- Di Presse, Buenos Aires, 25 de enero de 1939.
- Lista de barcos rechazados en el puerto de Buenos Aires y en Montevideo.
- Unzer Fraint, Montevideo, 12 de marzo de 1939.
- Folksblat, Montevideo, 25 de mayo de 1939.