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Por Fernando Beramendi

Entrevista con los profesores Dr. Luis Calegari y Dr. Ángel Ginés

Tiempo de cambios en Facultad de Medicina

Un nuevo Decano será elegido en la Facultad de Medicina. Entre los profesores titulares que enviaron propuestas de estrategia para la nueva etapa están los Dres. Luis Calegari y Ángel Ginés, ambos con destacada actuación en sus respectivas áreas de trabajo y docencia y, por tanto, pasibles de ser electos como Decano.
Si bien no son los únicos, al momento del cierre de Noticias, según distintas fuentes, aparecían como los más firmes candidatos.

Dr. Luis Calegari: La enseñanza en el centro

«Una aclaración previa, a todos los grados 5 que son formalmente decanables el Claustro les solicitó que expresen opiniones sobre el futuro de la Facultad y todos los problemas inherentes a ésta, como también sobre el plan de estudios, y en este momento estos documentos están en vías de ser procesados.

En lo que respecta al documento nuestro, resumo muy apretadamente, porque eran muchas preguntas, las líneas generales.

Creo que tenemos que centrar todo en la enseñanza, en la formación de recursos humanos, inicialmente en lo que compete a la Facultad de Medicina pero también en el ámbito de la salud en su conjunto, por lo que habrá que trabajar muy coordinadamente con los otros formadores de recursos humanos en el área de la salud. Y también en la Universidad, que está ante la inminencia de cambios en su estructura, su organización y su funcionamiento para ponerse en condiciones de responder un poco mejor a las expectativas sociales actuales.

¿Y sobre el plan de estudios?

El plan de estudios de Medicina lo imaginamos globalmente, tratando de sacar el centro de la formación a nivel hospitalario para volver a formar recursos generalistas. El médico general es nuestro objetivo. Un médico que pueda enfrentar los problemas tal como suceden a diario en la comunidad, con una sólida formación básica para hacer frente a un periodo de educación permanente a lo largo de su vida, que hoy más que un principio que simplemente uno esboza es una necesidad.

Los cambios tan rápidos en el conocimiento, que a veces son inabar-cables, los avances tecnológicos, la introducción de nuevas tecnologías, hacen que sea imposible que sigamos impartiendo una enseñanza de carácter finalista; o sea, que tratemos de darle todos los contenidos en los años que dura la carrera de Medicina. En este momento es una necesidad imperiosa, más que una declaración, el hecho de que se adquiera una sólida información básica y una formación para ingresar en sistemas de autoaprendizaje o cualquier otro tipo de formación continua, incluso formación a distancia, para renovarse de manera permanente.

Y en esa renovación permanente están las especialidades, incluyendo la de médico en la comunidad o de familia. Es decir, que no hay que confundir el médico general, título con el cual se egresa, con el de familia. Aunque hoy deberíamos estar preparados para conducir a los pacientes e inclusive a todo el entorno familiar y el comunitario por buen camino. Pero es una especialidad porque su desarrollo requiere una serie de conocimientos, destrezas y habilidades específicas que tendrán que ser impartidas...

En este momento no se hace...

No, aunque hay algunos intentos. Hay una figura de médico de familia creada por el Ministerio de Salud Pública. Hay sistemas que ellos mismos se han dado de adecuación de esos recursos, y una Residencia de médico de familia, pero todavía falta conformar más una especialidad real.

En su opinión, ¿esa necesidad de afianzar la formación de médico generalista implica que se ha venido desvirtuando, que se ha puesto énfasis en las especialidades?

Sí, se ha ido desvirtuando en el sentido de que la imagen del médico general de hace muchos años atrás, realmente era bastante parecida a la que queremos lograr ahora, pero el desarrollo tecnológico tan grande de las últimas décadas fue induciendo hacia la sobreespecialidad y posiblemente también fue acompañado por el mercado. Todo un mercado que impone usos y costumbres e introduce necesidades con base en esa especialidad; y hemos llegado a una sobreespecialización.

Pero aun ese médico generalista tenía una formación donde el hospital en última instancia era el principal foco de atención, porque las concepciones de enseñanza directamente en la comunidad son posteriores. Fueron surgiendo con las nuevas necesidades sociales, también como fruto del avance del conocimiento.

Es cierto que hay una inducción a la sobreespecialidad pero también es cierto que había una concepción volcada en sus últimas etapas al interior de los hospitales.

Pero eso no niega la necesidad de las especializaciones.

De ninguna manera. Pensamos en esa sólida formación básica, pero además con conocimiento de los problemas reales. Este Plan que tenemos en la cabeza y que no es propio sino que ha sido discutido en el Claustro y se ha ido generando un consenso amplio sobre él, implica algunas otras cosas.

En primer lugar, que la enseñanza experimental, el contacto con los problemas clínicos, el contacto con los problemas de la salud, se haga lo más tempranamente posible, desde el inicio, porque desde el punto de vista metodo-lógico se están proponiendo cambios, como por ejemplo enseñar a través de la resolución de problemas. Por tanto, el contacto con los problemas de salud será más frecuente.

Esto va a dar a la formación básica un panorama mucho más amplio de la medicina. Creemos que también facilitará enormemente la elección de una especialidad sobre bases más claras.

Hoy un joven que está terminando la carrera tal vez sea más intuitivo en el momento de decidir si quiere ser urólogo o seguir otra especialidad al no tener conocimiento real de los problemas.

Así que la elección de las especialidades se vería facilitada.

Este Plan, de alguna manera, está tratando de incluir otros problemas de la enseñanza, que nosotros percibimos con fuerza, como por ejemplo la falta de diversificación en los procesos cognitivos. El estudiante que ingresa hoy a Medicina es para hacer Medicina y si en el ínterin ve que su vocación es otra o quiere cambiar porque tuvo acceso a un conocimiento más amplio de la realidad y cree que su camino puede ser otro, prácticamente ve cerradas las posibilidades de saltar a otras carreras u otros procesos de formación, porque le significa perder todos los años que hizo y comenzar de nuevo.

Todo esto lleva a una reforma de la enseñanza dentro de la Universidad que también ha ido ganando consenso, en el sentido de que haya procesos de formación básicos (ciclo básico) muy amplios, sólidos, formativos más que informativos, pero que permitan al estudiante ir culminando etapas y en esas etapas reorientar su carrera dentro o fuera del área salud, como podrían ser carreras netamente académicas.

Por ejemplo, cursar la parte básica de medicina, posiblemente como paso intermedio bien definido, y que eso lo habilite a hacer maestrías, doctorados, o a ingresar en la carrera docente. O hacia el ámbito de otras ramas biológicas, pero no quedar encorsetado en el área de medicina sino tener posibilidades de salir.

Ahora bien, este planteo implica la interrelación de los programas a nivel universitario.

Sí, indudablemente que sí. Pero claro que el primer esfuerzo tiene que ser en el área salud o biológica porque tiene ya de por sí varias vertientes con muchas cosas en común en su nivel básico: odontología, enfermería, las distintas tecnologías médicas, psicología, áreas de biología pura que hoy se dan en la Facultad de Ciencias y que a veces están en estrecha relación con unidades básicas de la Facultad de Medicina y otros facultades.

Dar facilidad para la revalidación de cursos o procesos hechos por los estudiantes. Y por supuesto que toda la carga horaria deberá ser extendida a otros ámbitos universitarios. Yo creo que con una buena coordinación y propuestas coherentes, en el área de la salud empezamos a atender a una doble necesidad social que es la movilidad del conocimiento que debe implicar también que se muevan quienes quieren acceder al conocimiento.

Y la otra necesidad, que no podemos dejar de lado, es que hay una expectativa social creciente de mayor formación. Cada vez que la sociedad va cumpliendo determinados niveles de formación en su conjunto, pretende promedialmente también mayores niveles de formación y es una obligación de la Universidad pública, estatal, brindar el abanico más amplio de caminos posibles.

Por supuesto que hay otros temas de los cuales somos también partidarios: estudiar una posible red que ha sido propuesta en varios ámbitos universitarios incluyendo a adur. Ir estructurando una red de instituciones de enseñanza superior, o terciaria, pública, y abrir nuevos caminos que hoy no cubre.

Como resumen: una modificación del plan de estudios no sólo atendería a mejorar la formación de recursos médicos y paramédicos en salud, contemplando la necesidad social y comunitaria, sino que tendría que incluir otros aspectos de la educación terciaria que realmente no tienen que ver con la salud, que serían: la expectativa de que cada vez ingrese más gente a la educación superior universitaria y la movilidad para la reorganización de la carrera.

¿Esto también implica cambios en el perfil docente?

Sí, indudablemente que esto lleva a una necesidad de estudiar la carrera docente, la forma de ingreso, pero sobre todo la evaluación de la función docente y la formación profesional. A esta altura la docencia intuitiva está siendo superada y debe haber procesos de formación docente específicos para quienes acceden a la carrera. La docencia es una ciencia experimental y también debe tener sus componentes de investigación, de experimentación y de evaluación permanente, y de cambios. Por eso hay que formar específicamente a los docentes en docencia, y a un tiempo dar la formación concreta de las áreas médicas que estén abarcadas. Para todas estas cosas la Facultad de Medicina ya tiene formuladas herramientas. El Consejo el año pasado creó una Escuela de Docencia, que funcionaría en forma análoga a la Escuela de Graduados y que se encargaría de los procesos de formación y evaluación, y hoy tenemos que darle tanto contenido material como curricular y desde todo punto de vista. Está decidida, pero hay que hacerla. Tenemos otras herramientas que tienen que empezar a trabajar en pleno, como el Departamento de Educación Médica, o la Comisión de Enseñanza curricular. Y debemos hacer trabajar mucho a los órganos de cogobierno que irán definiendo los planes de acción y estudio que vamos a desarrollar.

Centro Médico.

El Centro Médico es un elemento de tremenda importancia a pesar de esa propuesta de desgravitar la enseñanza hospitalaria hacia otras formas de enseñanza de la medicina. Por supuesto que eso no le quita relevancia al hospital universitario, sino que lo reafirma, en el entendido que es donde libremente se puede investigar, proponer normas y la adopción, el uso y cómo deben manejarse las nuevas tecnologías.

O sea, un hospital que marque, que haga referencias válidas para la formación, el nivel de los recursos humanos en salud y también la práctica posterior. La necesidad entonces de un hospital universitario funcionando a pleno es insoslayable.

Y eso significa que tenemos que trabajar en muchos sentidos. Hoy hay un proyecto de reconversión del Hospital de Clínicas, que no vamos a entrar a discutir pero que sabemos que está pasando por una etapa crítica de discusión ideológica y conceptual y de cómo debe ser llevado adelante por la Universidad. Pero creo que más allá de proyectos concretos tendientes a lograr recursos extrapre-supuestales para darle un impulso a la reconversión del Clínicas, hay que trabajar mucho en lo interno, hacerlo funcionar, normar su funcionamiento, ordenarlo, y tratar de nueva cuenta de darle una masa crítica de docentes y de otros funcionarios técnicos profesionales y no técnicos que sepa adónde va el Hospital y sirva como motor para su funcionamiento y su desarrollo. Por distintas razones históricas, el Hospital ha tenido problemas materiales, pero también problemas humanos. Como la baja dedicación docente, a veces hasta la deserción de los docentes, no en el cumplimiento de las tareas mínimas que tienen asignadas sino en lo que concierne a la construcción del Hospital, en tener ese concepto de que la conducción es cogobernada y que nadie de afuera hará las cosas sino que somos nosotros mismos quienes debemos formular las propuestas y tomar las determinaciones para su funcionamiento.

Es un hospital donde en muchos sectores faltan normas de atención precisas para el paciente. Ése es un trabajo académico y no administrativo. Está dentro de la labor docente.

Es un doble problema: en primer lugar los recursos materiales, pero además un reordena-miento de nosotros mismos en cuanto a sentimientos y actitudes respecto al Hospital. Cómo encaramos ahora el Hospital y cómo lo haremos cuando esté recuperado. Hay cosas que no podemos permitirnos hacer sin traicionar nuestro compromiso médico.. Creo que la única fórmula para esto es el trabajo colectivo. Puede haber propuestas de grupos pero el Hospital sólo será transformado en forma colectiva. Y eso se enraba con el buen funcionamiento del cogobierno. Necesitamos que los docentes no sólo se dediquen a dar clase, sino que participen en la construcción de propuestas de mejoramiento y de experimentación.

Dr. Ángel Ginés: Los cambios deberán ser permanentes

¿Cualés serían aquellos puntos o estrategias de la Facultad de Medicina de aquí en más?

La Facultad y la Universidad están empeñadas en una transformación muy profunda. Es una deuda pendiente desde el periodo previo a la dictadura. El SMU y la Universidad durante la década de los sesenta hicieron grandes esfuerzos por emplear en profundidad la Ley Orgánica universitaria y otras presencias de la vida nacional que permitieran sustentar una transformación en la Universidad. Eso se llamó Plan Maggiolo.

El SMU tenía tres proyectos importantes para la Universidad: El Servicio Nacional de Salud, el estatuto del trabajo médico y la colegiación médica. Y la Facultad de Medicina fundamentalmente centraba su transformación en la formación de recursos humanos, pedagógicos, y en un nuevo plan de estudios.

Esto se inició con el nuevo plan de estudios, pero luego quedó todo suspendido por más de una década, donde además se modificaron por completo los parámetros económicos, culturales y sociales. O sea que esta Universidad cuando se reabre a la vida democrática no puede simplemente retomar lo que era su propio modelo transformador, en un mundo, un país y una región totalmente cambiados.

Nosotros vinimos a desembocar en la reconstrucción democrática de la Universidad y la Facultad, que se hizo de muy buena manera, con características democráticas, con llamados a concursos, pero debía transformarse sin poder hacer referencias al programa de transformación previo, simplemente tomarlo como inspiración, y la situación era totalmente nueva.

Ése es un problema que hay que tomar en cuenta cuando se perciben las tensiones existentes. Porque el retraso en los cambios es muy grande. Pero las circunstancias en que se generó lo hacen especialmente complicado, porque no puede ser simplemente una continuidad sino que corresponde adaptarlo a una nueva realidad que tiene nuevas dificultades, ventajas y desventajas.

Para la Facultad de Medicina hay tres elementos claves en las transformaciones. Uno es el tema de la educación superior, educación universitaria, como Facultad y como parte de la Universidad. El segundo es todo lo relativo a la asistencia de salud a la población. Y el tercer tema es el de la investigación científica y la incorporación de tecnología apropiada para todas sus funciones. La investigación no es sólo la básica, sino emplearla en todas las acciones que se hagan, sean éstas de docencia, de gestión, u otras. Es decir, para entender esto tan complicado yo diría que la Facultad tiene esos tres sectores que están relacionados pero que permiten ordenar los restantes.

Ahora bien, en esos tres sectores, la Facultad desde la apertura democrática y sobre todo en estos últimos cuatro años ha gestado proyectos formidables. El más sonado fue el Proyecto Centro Médico de reconversión del Hospital de Clínicas, que permitió una discusión de toda la problemática de la Facultad, que pasó por ahí, porque es un gran proyecto, que por su impacto tapó cerca de una docena de otros proyectos transformadores que tiene la Facultad y que son tan importantes como el de Centro Médico.

Hablemos de los otros proyectos...

Yo le diría, por ejemplo, en materia de salud toda la actividad que está haciendo la Facultad por entrelazar y modificar su relación tradicional con Salud Pública, un tema muy importante.

Otro tema es que la Facultad introdujo la atención primaria en salud, que tiene como objetivo general servicios de asistencia más próximos a la población con participación de la comunidad. La Facultad creó un departamento de docencia hacia la comunidad, lo cual fue dificilísimo porque no hay tradición en esta línea de atención primaria, que tiene una potencialidad tremenda. Posiblemente comparable a la del Centro Médico y aún más. La Facultad ha hecho una tarea dura y difícil pero de vanguardia.

La Facultad tiene intenciones de establecer nuevos vínculos de trabajo con el conjunto del sector mutual. O sea que el panorama de propuestas y de cambios en la asistencia a la población es realmente riquísimo.

El Claustro de la Facultad en el último periodo ha tenido una actividad sumamente fértil en el área del desarrollo de propuestas.

Plan de Estudios.

Junto con esto, está el Plan de Estudios, que tiene mucho que ver con lo que señalo en cuanto a la asistencia. La generación de recursos humanos, médicos, pero además una cantidad de otras profesiones relacionadas con la actividad médica. La modificación del Plan de Estudios está dirigida a incorporar esos elementos de atención primaria de salud y a cambiar básicamente lo que ha sido la ideología tradicional de la medicina centrada en la curación, y que ahora hay que extender a la prevención y promoción de salud y a la rehabilitación.

Son cambios que están pendientes, presentes en los programas de la ops y la oms como temas para todas las facultades del mundo, y que hay grandes dificultades para llevarlos adelante.

Así que hay que valorar especialmente lo que ha hecho la Facultad con la creación de ese Departamento.

En relación con el Plan de Estudios el Claustro ha trabajado intensamente y hay variantes que se irán resolviendo en la discusión. Es muy difícil tomar posición porque eso hay que trabajarlo en conjunto. En general las propuestas reúnen grandes consensos y algunas zonas de contradicciones y polémicas que por otra parte vienen muy bien en la Universidad.

Docentes y estudiantes de alta calidad

Otro tema central del Plan de Estudios es el de los procedimientos pedagógicos. Necesitamos un cuerpo docente y de estudiantes de alta calidad. Nuestra enseñanza sigue siendo excesivamente pasiva y por eso resulta tan terrible el tema de las masificaciones, por no haber logrado un modo de trabajo donde el protagonista central sea el estudiante. Ésa es una condición y ahí se centra la búsqueda del Plan de Estudios.

Hay también elementos de transformación. Por ejemplo, la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina es una pieza muy importante en todo esto. Tiene una tradición riquísima, es la primera escuela de posgrados del Uruguay, tiene décadas. En este momento es importante incorporar la formación continua. En estos años la Escuela ha hecho un trabajo formidable en el tema certificación, recertificación, y en ligarse al conjunto del aparato sanitario más allá de Salud Pública, para desarrollar actividades docentes.

Otro elemento que hay que señalar es la importancia que siempre ha tenido la investigación científica. La Facultad de Medicina es uno de los servicios universitarios que aportó a la fundación de una ciencia nacional. Y realmente mantiene un sector básico de ese nivel. La gran dificultad que tenemos que resolver es cómo ligamos la investigación básica con la investigación científica. No hay transformación posible si no se incorporan métodos adecuados e investigación científica, porque sólo con voluntad no se puede.

Podría agregar otro tema: la formación de los docentes. La Facultad aprobó en estos años el Departamento de Formación Docente, la evaluación docente y una cantidad de elementos que permiten modificar la calidad de la función docente.

Es imposible recordar todo lo hecho porque corresponde con un periodo muy denso de creación.

En resumen: la creatividad ha sido muy grande en nuevas líneas programáticas .

Lo segundo es que, en mi opinión, se apunta exactamente a donde hay que apuntar. O sea que tienen rumbo exacto y eso hoy vale oro.

Posiblemente parezca como las piezas de un rompecabezas pero está prácticamente ordenado. Claro que hay zonas de discrepancia como el tema de la masificación, de número de estudiantes, pero eso no se puede forzar ni se va a resolver por decreto sino en un contexto de discusión.

La Universidad es profesionalista

En mi opunión la Facultad está en el buen camino de las transformaciones, más allá del clima emocional.

Yo creo que la Universidad tiene hoy cuatro documentos hacia el cambio y en esto también, mas allá de las personas que los firman, hay un consenso muy general respecto al tema, claro que hay zonas contradictorias. Pero creo que la Universidad incluye una serie de propuestas muy atinadas. Por ejemplo, por mencionar temas claves de la Universidad que nos tocan a todos: nuestra Universidad es profesionalista, organizada por disciplinas profesionales, centrada en Montevideo, con poco énfasis en la investigación científica salvo elementos excepcionales. Esto hay que corregirlo y todas las propuestas apuntan en ese sentido. Necesitamos una Universidad de alcance nacional, estructurada de modo tal que las personas puedan acceder a una formación científica y técnica no profesional o a formaciones técnicas intermedias. Esto es un despilfarro muy grande y de compar-timentos estancos. La Facultad de Medicina, por ejemplo, tiene que incrementar la investigación básica biológica con la clínica pero también debe integrarla con el resto de la Universidad.

Ésos son cambios fundamentales.

Hay otro que es terrible y que es una fuente de tensión muy grande para la Universidad. Las poblaciones, sobre todo en los países que se desarrollan, tienden a acceder al nivel universitario por variados motivos, no solamente de interés en culminar una carrera (superación, vocación, creatividad, perfil laboral, etcétera). Y esto debe ofrecerlo la Universidad, a un dirigente de vecinos interesado en promover salud o viviendas, a los dirigentes sindicales u otras personas con motivaciones. A eso hay que darle una respuesta. El Uruguay tenía una consigna que era: Todo uruguayo escolarizado. Ahora las exigencias son mayores y la Universidad deberá dar respuesta. Lo cual significa cambiar totalmente los métodos de trabajo y de organización. Y los costos. Habrá que ser muy ágil. Pero esto también tiene vinculación con el protagonismo del estudiante. Cito esto porque se relaciona con la discusión sobre la limitación de ingresos. Es muy difícil para una Universidad que tiene una perspectiva de amplitud pensar en cerrar puertas. Hay que pensar otras formas más ricas en cuanto a posibilidades que supongan que toda persona que aspire a ese nivel sepa que ese espacio está abierto.

Centro Médico

El Centro Médico es una pieza muy importante de la Facultad de Medicina. La Facultad pretende contar con un Hospital de alta calidad, integrado al resto de las realizaciones.

Ninguna Facultad puede ser autosuficien-te en el sentido de generalizar todas las actividades altamente especializadas y habrá de elegir aquellas que son las que estratégicamente correspondan.

Pienso que se trata de poner al día un servicio de alta especialización en una red de salud que incluya los demás elementos. El Hospital será muy especializado y muy abierto. Se prevé una red de apertura de policlínicas para compensar.

Hoy el estudiante no puede centrar su formación sólo en el hospital, porque se tiende a que el paciente esté cortos periodos allí. El estudiante deberá ir a policlínicos e incluso a la casa de los pacientes. Va a cambiar el escenario donde se aprende.

Sobre todo esto hay abundante material programático construido por los tres órdenes. La actividad del cogobierno, más allá de la época de bajón, ha sido muy intensa. Y ésas son las cosas que a mí me dan confianza.

Tenemos programas, pero la gran dificultad es que no tenemos claro cómo transformar la realidad. Es un problema nuestro y de la Universidad. En este sentido el cogobierno debe hacer autocrítica y gestar cuáles serán los métodos que empleará, que no puede ser el tradicional, no debe ser la rutina. Eso se terminó. Se trata de elaborar proyectos con objetivos claros, evaluar y tener controles de calidad.

Por ejemplo, la mayoría de los docentes no trabajan solamente en Facultad y tienen la cabeza en otra cosa. La planificación estratégica es fundamental estudiando en qué condiciones se hacen los cambios y cómo se van a evaluar.

Faltan elementos claves, tenemos un retraso cultural en cuanto a la información y eso debe resolverse con nuevo estilo.

Ahora los cambios no son etapas, sino permanentes, por eso se van evaluando permanentemente.

Conviene tener presente que el gobierno está basado en los órdenes. Los profesores titulares sabemos que somos los únicos que podemos ejercer el cargo de Decano pero somos docentes e investigadores. Entre nosotros no cabe pensar en candidato o aspirante al decanato. Todos los docentes nuestros saben que pueden ser llamados. Lo más lindo sería que el Claustro defina el perfil de Decano necesario para esta etapa de transformaciones.

Creo que la Facultad tiene en esos setenta docentes titulares muy buenas condiciones pare elegir un Decano y que comparten cosas esenciales. Estamos en buenas condiciones para que no se convierta en una elección por grupos sino directamente de los órdenes, evaluando las perspectivas de cambio y quién se ajusta más a eso.

 

Último momento

Profesores recibidos en el SMU

Los claustristas del Orden Egresados de las listas SMU-Femi y Unid así como los miembros de los comités ejecutivos del Sindicato Médico del Uruguay y la Federación Médica del Interior y de la Comisión de Asuntos Universitarios del SMU están recibiendo a distintos profesores titulares de la Facultad de Medicina a los efectos de escuchar sus estrategias y planteos para la casa de estudios. Hasta la fecha del cierre de Noticias los profesores Dres. Luis Calegari, Ángel Ginés, Fernando Rama y Gonzalo Estapé fueron invitados para escuchar sus puntos de vista.

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