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por Armando Olveira

Estudiantes de Medicina en campaña
de afiliación gremial del Sindicato

Está bueno ser socio del SMU

Una intensa campaña de socios para el Sindicato Médico del Uruguay se desarrolló durante dos meses, hasta el 15 de noviembre pasado, por un acuerdo con la Asociación de los Estudiantes de Medicina. El objetivo primario de 300 afiliaciones fue ampliamente superado: se lograron más de 400. «Lo más importante fue haber cumplido una meta gremial: acercar el SMU a miles de médicos que lo necesitan. Debemos reconocer que estuvo muy bueno trabajar con el Sindicato haciendo socios y poniendo en la calle una imagen juvenil y renovadora de la institución».

¿Cómo surgió la idea de una campaña de socios?

Fue en la Comisión de Finanzas. La tesorera, Dra. Silvya Durán, propuso que se hiciera algo distinto a lo tradicional para acercar al Sindicato a tanta gente que no lo conocía y a otra que ya no estaba en los registros o se había alejado. La idea se concibió con base en cuatro objetivos básicos: mostrar cómo funciona el Sindicato, informar sobre los beneficios de estar afiliado, captar socios nuevos y fortificar la imagen gremial en el colectivo de la profesión.

En principio, se pensó en la contratación de promotores profesionales, pero el delegado de la Asociación de los Estudiantes de Medicina en la Comisión propuso que esa oportunidad de trabajo le correspondiera a jóvenes de la institución... Y no estamos arrepentidos de nuestra iniciativa.

Mencionaron cuatro grandes objetivos. ¿Se cumplieron en la práctica?

Sin dudas, nuestra evaluación de la campaña es positiva, pero, más que a nosotros, esa tarea le corresponde al Comité Ejecutivo del Sindicato y los órganos pertinentes.

Para nosotros era fundamental dar una imagen renovadora, colorida de la institución, tanto a potenciales nuevos asociados como a quienes debíamos reasociar. Tengo la impresión de que eso se cumplió.

El universo de socios potenciales es muy amplio, no menor de diez mil personas, entre médicos y estudiantes ¿Se realizó una tarea de segmentación de objetivos?

Es cierto que nos enfrentamos con un panorama muy poco uniforme: con la única realidad común de ser médicos o estudiantes de medicina. Por eso mismo, la campaña fue dirigida, muy preferentemente, a médicos jóvenes y estudiantes, por considerar que esos sectores serían los más sensibilizados ante una propuesta como la nuestra. Pensamos en individuos con un máximo de 20 años de graduados. No obstante, también se afilió a gente con más trayectoria y hasta profesores de la Facultad.

Se realizó una serie de reuniones previas con el funcionario César Zignago, en las cuales se formalizó una estrategia para los dos meses de trabajo, que fueron del 15 de setiembre al 15 de noviembre.

Fue muy atractiva la idea fuerza de la campaña...

Creemos que sí, y los hechos parece que confirman que estábamos en lo cierto. El eslogan («Está bueno ser socio del SMU») pegó muy fuerte entre la gente, socios y no socios de la institución. Con una sola frase intentamos incorporar conceptos atractivos: ser socio del Sindicato brinda beneficios concretos, significa un respaldo gremial y profesional y, por supuesto, tiene ventajas palpables.

La campaña fue elaborada basándose en una imagen de institución que intenta abandonar su tradicional anquilosamiento y se transforma, hasta recuperar la juventud que alguna vez tuvo. Intentamos transmitir una onda joven y, por ello, fue llevada adelante por gente joven vinculada con la profesión médica. Creo que la gente comprendió que se está cambiando una cierta dureza por una sonrisa.

¿Cómo fue planificada la estrategia de contactos con los potenciales socios?

Se elaboró una gran base de datos con socios y no socios que se repartió entre los promotores. Cada uno tenía una zona de trabajo con base en la entrega de esas fichas. Se efectuó un trabajo personalizado con el socio potencial, más allá de que el médico o estudiante se hiciera socio o no. Se entregaron revistas Noticias y folletos que explicaban beneficios y conveniencias de ser socios del SMU.

En el caso de las reafiliaciones, se partía de la base de que si bien había un conocimiento de la institución, paralelamente se generaría una resistencia extra. Por algo ya no estaba asociado.

En este caso, lo primero que se hizo fue escuchar quejas, motivos y críticas, para luego presentar los argumentos favorables a la reafiliación.

Para captar más estudiantes, se recorrieron hospitales y la propia Facultad, y para la captación de médicos hubo un trabajo pormenorizado en mutualistas, sanatorios y otros servicios privados.

En estos dos meses se realizaron muchas llamadas telefónicas que dieron lugar a entrevistas. En este aspecto, no se puede separar lo interno de lo externo. Sin apoyo institucional, seguramente no habría éxito.

¿Cuáles fueron las resistencias más comunes a la afiliación o reafiliación?

La crítica más repetida fue sobre la forma de trabajo del Sindicato. Se escucharon muchas discrepancias acerca de la imagen de la institución y lo que se considera falta de represen-tatividad y debilidad para defender los intereses médicos.

¿La respuesta?

Se focalizó en la idea de cambio, de apertura, de propuesta que intenta renovarse y recuperar a los jóvenes. Se admitió el antiguo anquilosamiento, pero también se despertaron expectativas sobre el futuro. Claro está que ese futuro se construye entre todos... por ello resulta imprescindible asociarse.

No obstante, a pesar de las argumentaciones, también hubo negativas que no pudieron ser levantadas.

¿Y las razones económicas?

Se repetían principalmente entre los médicos jóvenes. Por ejemplo, para muchos socios de Femi es muy difícil serlo también del SMU... Son muchos los problemas económicos: se repetían las quejas por malas condiciones de trabajo, salarios bajos y pluriempleo.

Sobre el carácter personalizado de la iniciativa, ¿cómo se desarrolla la tarea de posafiliación?

Es un aspecto muy importante, porque cada promotor se hace responsable de cada nuevo asociado, por lo menos durante seis meses. Hay una relación muy directa entre el nuevo socio y quien lo asoció y eso es bueno, ya que permite solucionar problemas.

Pero también se brinda un servicio mensual de atención, sin necesidad de que exista una consulta. Todos los meses se llama al nuevo socio, se le sugieren iniciativas y se captan inquietudes que luego son volcadas a la sección Socios.

Parece claro que la campaña fue un éxito. ¿En qué fundamentan esa conclusión?

Para nosotros el éxito fue rotundo. Se superó claramente el objetivo propuesto en la etapa organizativa y su puso al Sindicato Médico en la calle. Se logró crear un buen clima hacia la institución y se recuperó algo tan importante como la estima de tanta gente que se había alejado.

Otro éxito fue el carácter innovador de la campaña. No hay recuerdo de un trabajo similar a lo largo de la historia de la institución y eso nos llena de satisfacción. Fundamentalmente, porque fue algo hecho en común por la aem y el SMU.

Para muchos estudiantes fue su primer trabajo rentado (en este caso zafral) y el primer acercamiento con la realidad de la profesión médica. Y eso no es poca cosa.

¿Era muy alto el objetivo numérico de nuevos socios?

Sí, era muy alto. Se pensaba en 300 nuevos asociados en dos meses (más de cinco por día si se restan feriados). Pero con menos nos conformábamos.

La realidad superó todo lo previsto, llegamos a más de 400... y si bien la campaña está oficialmente clausurada, no se cerraron los registros para que ingresen aquellos que tienen pendiente una respuesta.

El principal objetivo no era numérico. Lo más importante era llegar a la gente con una presencia positiva, mostrándonos tal cual somos ante socios y no socios. El Sindicato se merecía una campaña que pusiera en la calle una nueva visión de la entidad, los nuevos servicios y el nuevo enfoque que hoy se traslada a los casi 11 mil médicos de todo el país.

 

¿Se puede confirmar que finalizó la primera etapa de esta campaña y que aún falta cumplir un plan más ambicioso?

Sin dudas, la primera parte finalizó el 15 de noviembre, pero la campaña como fenómeno global en verdad recién empieza.

Anécdotas para contar y recordar

«El primer día de campaña (15 de setiembre) pasó frente al puesto de afiliación, ubicado en la puerta del Sindicato, un médico con 25 años de recibido que hacía la misma cantidad de años que deseaba agremiarse. Con bastante gracia repetía a los promotores que siempre había postergado la decisión, por una razón u otra. Finalmente, luego de un cuarto de siglo, se hizo socio... no sin antes reconocer lo oportuno de la campaña. Muchos médicos, aunque parezca increíble, funcionan así...» (Andrea Pitaluga, promotora).

«Al primer socio potencial de la lista que nos entregaban para visitar, lo seguí durante los dos meses que duró la campaña. No porque me pusiera objeciones políticas, gremiales o económicas, sino porque nunca iba a sacarse la foto necesaria para inscribirse. Lo llamaba todas las semanas y siempre recibía la misma respuesta: «Ya voy a sacarme la foto». El día del cierre de la campaña, ya cansada de que postergara la bendita foto, lo fui a buscar a la casa, lo llevé al fotógrafo y lo afilié» (Valeria Rodríguez, promotora).

«Las quejas por el multiempleo y la falta de tiempo fueron constantes. Un médico joven promedio (de hasta 40 años), o no tan joven, no tiene menos de tres o cuatro trabajos. Arranca de mañana temprano y, difícilmente, llegue a su casa antes de las once de la noche. Tuvimos muchos casos de asociaciones sin conocimiento personal del médico. Se pactó la reunión por teléfono, pero la locura de tanto trabajo no la permitía. En muchas oportunidades fue la esposa del socio la que hizo todos los trámites y el interesado solamente firmaba. Eso sí, se mantiene un fluido contacto telefónico» (Juan Pablo García, promotor).

«Hubo un caso increíble, de una entrevista que comenzó en la sala de espera de una institución. Fue a última hora de la tarde. Estábamos en medio de la presentación de beneficios para el asociado, cuando al entrevistado le llegó un caso de infarto agudo... Tardó algunas horas en resolverlo. Nos quedamos en la sala de espera aguardándolo. Le salvó la vida al paciente y luego de tanto estrés terminamos la reunión. Finalmente, se hizo socio» (Cecilia Rial, promotora).

El «ahora no tengo plata para pagar» fue uno de los argumentos repetidos entre los entrevistados. «En esos casos se actuó con flexibilidad porque se trata de una situación comprensible y, al fin y al cabo, la idea es acercar a la gente al Sindicato. Se buscaron todo tipo de facilidades para que el dinero no fuera un impedimento... Vale destacar el trabajo de apoyo que la campaña recibió tanto del Sindicato Médico como de la Asociación de los Estudiantes. Los funcionarios del Sindicato siguieron muy de cerca nuestro trabajo, apoyando de manera muy importante. A todos gracias» (Claudia Romero, coordinadora).

En la campaña participaron 14 promotores por Llamado Abierto de la Asociación de los Estudiantes de Medicina cuya relación laboral fue de trabajadores zafrales. La relación numérica de nuevos asociados fue aproximadamente de dos estudiantes por cada médico. Se colocó un puesto central en la puerta del smu (Bulevar Artigas 1515) durante algunos días y varias mesas de afiliación, en el Hospital de Clínicas y otros centros estatales de salud. Paralelamente, se realizó una campaña de afiliación (no excluyente) al Fondo de Solidaridad del Sindicato. «También fue muy buena la respuesta», subrayó Sabelli. n

El Equipo:

Marcela Cuadrado
Juan Pablo Blanco
Marcos Pouso
Mariana Casas
Juan Pablo García
Leticia Dentone
Cecilia Rial
Danial Gindel
María Noel Bouley
Andrea Pittaluga
Valeria Rodríguez
Laura Fraga
Betina Ferreira
Valeria Nieves
Rosana Sabelli (coordinadora)
Claudia Romero (coordinadora)

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