ADVERTENCIA: El recurso que está visitando fue creado hace mucho tiempo y no ha sido revisado recientemente. Se mantiene como acervo de la Institución pero tenga en cuenta que puede contener información no relevante o desactualizada.

Cartas de LECTORES 


Elecciones de 1997 en el SMU

Montevideo, 15 de agosto de 1997

Sr. Director de Noticias
Dr. Eugenio Bayardo
Presente

No sé si la presente puede tener cabida en la revista que usted dirige, habida cuenta que la misma ya se ha ocupado clara y ampliamente del tema en el último número de julio. Ocurre que las opiniones de los diversos candidatos –tan bien reflejadas por los cronistas de Noticias– me mueven a algunas reflexiones.

Ante todo quiero señalar que en 48 años de socio, lapso en el que ocupé distintos cargos en el SMU y colaboré en diversas comisiones, es la primera vez que no concurro a votar. No interesa ahora señalar el motivo, pero sí que no fue por indiferencia o desinterés hacia lo gremial. Tampoco me alegra pertenecer a esa mayoría (53%) de socios que hizo lo mismo: no votar. Si lo hago notar es para que el lector no me encasille en un grupo y a la vez perciba mi opinión, como la de alguien que la está viendo de afuera y desea sinceramente lo mejor para el SMU.

Se ha dicho por parte de los candidatos de todas las agrupaciones –y éstas no son las únicas coincidencias– que el SMU va mal, que la votación ha sido escasa, que hay descreimiento en los asociados, que los mismos no se sienten representados, que todos los grupos son minoría, que muchos fueron a votar para evitar la multa en el CASMU, etcétera.

Todas éstas son verdades, pero todas juntas no explican el fenómeno. Se dice también que hay que revertir la situación aunque nadie dice cómo hacerlo, porque no es fácil. Creo que nadie tiene la solución, pero hay que buscarla.

De todos modos, ¿no le parece a usted colega lector, que estas falencias las venimos oyendo y viendo desde hace décadas? ¿que en la historia del SMU nacieron y murieron muchas agrupaciones? ¿No le suena que esto de la apatía, etcétera, ocurre también en otros gremios? ¿No le parece que lo del descreimiento también ocurre a nivel nacional, y en particular con el Parlamento? Todo esto dicho no pensando en «mal de muchos...» sino para desdramatizar el tema.

Ahora lo que corresponde es enfatizar que las elecciones han sido un ejemplo de organización y corrección de procedimientos, que los candidatos electos son genuinos representantes del gremio, por más que todos se sientan, lógicamente, incómodos por la escasa participación social.

Al llegar el momento de trabajar, ¿cómo lograrlo fluidamente con tantos grupos en la dirección? Siete grupos médicos y dos de estudiantes. Algunos dicen, con razón, que eso es bueno porque es la forma de expresar y oír más opiniones. Pero honestamente, ¿hay nueve opiniones diferentes sobre los grandes temas que tendría que abordar el SMU y el CASMU? Obviamente que no. Y eso se desprende de los propios programas de las agrupaciones. Que hay matices, sí; que en algunos temas las diferencias son algo mayores que de matices, también; pero eso –en nuestra opinión– ¡no justifica siete agrupaciones médicas!

Así como se han dado explicaciones que ya comentamos, sobre la escasa votación última, también para este fenómeno de las múltiples agrupaciones existen explicaciones: los socios no se sienten representados por las agrupaciones existentes, por lo que cada tanto tiempo aparece una nueva que por su sola presencia crea expectativas y es bien votada, pero luego pierde predicamento y queda estacionaria o desciende en las votaciones siguientes. Y la historia se repite más adelante con la aparición de una nueva agrupación. (Todo esto dicho con todo respeto por las agrupaciones, a más de una de las cuales he votado.)

Y aquí vuelve a reflejarse lo que ocurre en otros ámbitos, gremiales y políticos: la dispersión de los actores y su corolario lógico, gasto de energía y tiempo de los representantes del colectivo en discusiones secundarias y no abordaje de los grandes problemas por resolver.

Este asunto de la proliferación de agrupaciones también debe merecer un profundo estudio.

Todos estamos de acuerdo con que la participación gremial es importante, no sólo en el acto electoral; que el SMU «requiere cambios»; que debería «recoger las mejores tradiciones de su historia»; volver a «jugar su papel en la definición de políticas de salud»; ser «fuerte, participativo y autónomo de los partidos y el Estado» (expresiones recogidas por Noticias durante el acto electoral).

Todos esos enunciados de deseos señalan por un lado las carencias y por otro la necesidad de dar satisfacción a la demanda, cosa que por la vía de aumentar las agrupaciones, con sus aportes de ideas, no se ha logrado.

Se necesitan, entonces, propuestas que respondan al clamor general de que «hay que hacer algo». En este sentido, convencido de que cada sector por su cuenta poco logrará, propongo sumar esfuerzos concentrándonos en una comisión suprapartidaria, dependiente del Comité Ejecutivo, cuyos fines específicos serían:

l. Diseñar un formulario de encuesta en el que los asociados responderán anónimamente, por qué participan o no lo hacen en las actividades de la Institución, comisiones, elecciones, etcétera; su opinión sobre ventajas e inconvenientes de que existan muchas o pocas agrupaciones médicas y qué papel deben desempeñar las mismas; cuál es el sentimiento del socio respecto a las autoridades de la Institución (como tales y no como personas), en fin. El objetivo de esta encuesta sería tener un punto de partida para conocer la etiología de la enfermedad que nos aqueja y buscar el tratamiento más adecuado.

2. Analizar las respuestas recibidas con los asesoramientos que se consideren necesarios.

3. Proponer al Comité Ejecutivo, en un plazo no mayor que sesenta días a partir de la recepción de las respuestas, un plan de acción para desarrollar con la participación de todas las agrupaciones.

4. Reuniones con representantes de las agrupaciones para analizar las posibilidades de promover programas comunes, orientados a la acción inmediata y eventualmente a futuras elecciones.

La Comisión que se propone se considera necesaria, pues el objetivo señalado en los cuatro numerales precedentes (que pueden ser otros o más), no puede ser abordado por el Comité Ejecutivo, urgido por temas puntuales, más los imprevistos, más los de fondo que tiene en su agenda.

Esta propuesta no es más que eso; sólo se pretende que sirva para comenzar a andar con acciones concretas.

El objetivo perseguido es puramente gremial y puede alcanzarse si no se introducen condicionamientos políticos.

Saluda a Ud. atte.,

 

Dr. Eduardo Yannicelli

/