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Plataforma
Lema AEM
l La Asociación de los Estudiantes de Medicina cuenta con una rica trayectoria que le permitió ser factor decisivo para la creación de otras entidades gremiales.
La Asociación de Estudiantes de Medicina fue fundada en 1915, cinco años antes que el Sindicato Médico del Uruguay. Si recordamos la génesis de ambas instituciones, las vemos muy vinculadas entre sí, ya que los egresados que militaban en AEM fueron los creadores del SMU. Esa unidad se mantiene y crece.
Otro momento histórico de gran importancia tuvo lugar en 1929. En la sede de AEM también fue fundada la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).
Desde el primer día los estudiantes participamos como parte orgánica del SMU. Lo mismo ocurrió en el origen del CASMU, ya que fue el propio Dr. Fosalba, como delegado estudiantil, quien planteó la necesidad de crear un centro asistencial que respondiera a los profesionales agremiados. Desde ese momento, tenemos un lugar en la Junta Directiva del CASMU.
Los estudiantes de Medicina pueden afiliarse al SMU a partir de cuarto año de Facultad. Para participar de la Junta del CASMU se necesita un año como afiliado al Sindicato Médico.
Formamos un sublema para las elecciones del SMU, a la vez que somos practicantes para Salud Pública al finalizar el quinto año de la carrera. De esta forma, la agrupación ocupa cargos en la Facultad de Medicina, el Sindicato Médico y el CASMU.
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Hubo una separación inicial del lema estudiantil en dos
grupos. Por un lado, los practicantes y estudiantes
activos de la Facultad, que respondemos a la Asociación
de los Estudiantes y, por otro, un grupo de compañeros
que han abandonado los estudios, en su inmensa mayoría
practicantes, que tienen como único fin, trabajar como
practicantes.
Defensa gremial
l A nivel gremial, los delegados Alejandro Cuesta y Ana Inés Ruiz tuvieron una incidencia muy fuerte en el conflicto de los practicantes internos de Salud Pública. Se trabajó mucho en favor del compañero de la generación 88, del Centro de Salud de Las Piedras, que fuera injustamente procesado el año pasado. Así lo entendieron la Asociación de los Estudiantes y el Sindicato Médico, por lo que se actuó en consecuencia.
Fue un problema de atención provocado por las terribles carencias del sistema. Se atienden más de 150 niños por día en un sitio inadecuado y sin los medios mínimos. Este compañero estaba cumpliendo funciones que no le correspondían como practicante interno, tapándole carencias a Salud Pública.
Lo importante de este caso fue que se le dio apoyo jurídico, gremial y moral. Se lo acompañó, se le brindó asistencia legal a través del equipo de abogados del Sindicato Médico y se hizo una campaña de divulgación de la verdad, tanto en la prensa escrita como en medios electrónicos. Fue un trabajo satisfactorio ante una situación que nos indignó. Siempre estuvimos con él.
La generación siguiente (89) también estuvo en conflicto, reclamando mejores condiciones de trabajo. Se planteó dejar de ir a Las Piedras en la misma situación de carencias que provocó aquel problema judicial. Cabe aclarar que no se solicitaron mejoras económicas, sino un mayor apoyo institucional para internos que trabajaban en régimen de guardia sin médico, sin medicamentos, o que se los obligaba a realizar traslados sin ningún apoyo asistencial. Una situación absurda.
Ante a esos problemas, la Asociación de los Estudiantes apoyada por el Ejecutivo del Sindicato Médico comenzó a movilizarse. El gremio nos facilitó toda su infraestructura, hasta tal punto que las asambleas de practicantes internos se realizaron en la sede de Bulevar Artigas, los fax, llamadas telefónicas y reuniones también se realizaron allí.
Finalmente se logró formar una comisión de diálogo que permitió superar muchos obstáculos. El conflicto duró una semana y se puede decir que fue el punto de partida para un cambio positivo en la situación. Se ingresó en una etapa de evaluación del cargo de practicante, se aclaró qué debían y qué no debían hacer y se hizo conocer las necesidades de muchos compañeros.
l El mayor resultado práctico del conflicto fue una toma de conciencia sobre el problema, aunque en lo concreto sigan existiendo inconvenientes. Los internos no deben ver pacientes ni firmar historias clínicas sin consultar al médico, no deben estar solos en puerta, ni recetar medicamentos. Los residentes también tomaron conciencia de que su responsabilidad es controlar cada acto médico. Por tanto juzgamos como positivo el resultado de la movilización, aunque el mayor problema siga existiendo en el interior del país.
l Apoyamos todos los conflictos de residentes por condiciones de ingreso y mejoras en aspectos relativos al desarrollo del trabajo profesional.
l Nuestro delegado,
Alejandro Cuesta, cumplió un destacado papel en la
comisión de aplicación del artículo 4º de la Ley de
Caducidad, conocida como Comisión de la Verdad. Fuimos
convocantes de la Marcha por la Verdad y el Nunca Más.
Un tema sobre el cual se ha trabajado durante todo el
año pasado y que hoy tiene una gran repercusión
pública.
Formación profesional
l La AEM logró que se otorgaran becas y cuotas especiales para todos los congresos científicos organizados o auspiciados por el Sindicato Médico. Se tuvo muy en cuenta que las cuotas para esos encuentros están cotizadas en dólares y, por tanto, son inaccesibles para quienes aún no se han recibido.
l En forma paralela, vale destacar el excelente desempeño de Adrián Sunes en el Fondo de Seguridad Social y de Enrique Martirena en la Comisión de Colonia de Vacaciones del SMU.
Promesas cumplidas
l La Asociación de los Estudiantes cumplió con su principal promesa electoral, la reestructura del sistema de practicantado del CASMU. Para ello se ha trabajado a lo largo de dos años de gestión. Se creó una comisión de practicantes hasta entonces inexistente en la institución. Participaron los compañeros Mauricio Itté, Silvana Borges, Silvia Villela como asesores de la Junta Directiva y de la Dirección General y Jorge Ferrer como responsable.
Fue una experiencia muy positiva. En principio hubo dificultades para la elaboración de un proyecto que no perjudicara a los practicantes permanentes. Había muchos intereses creados, dado que algunos de ellos tienen ingresos que los transforman en verdaderos empresarios.
A fines del año pasado se redondeó un proyecto por consenso. Como era lógico, surgieron varias iniciativas, como la del grupo de practicantes permanentes. Ello obligó a la creación de una comisión integrada por los compañeros Ignacio Lezama, Alejandro Cuesta, Carlos Gorga y Silvana Borges que fue la encargada del proyecto definitivo que, finalmente, aprobó la Junta Directiva en enero de este año.
l De acuerdo con el nuevo reglamento, los practicantes jóvenes se aseguran un mínimo de 40 órdenes, que representan unos 4.750 pesos mensuales. Una cifra muy interesante, que permite al estudiante terminar tranquilo la carrera, gracias a una ocupación que lo mantiene muy cerca de la medicina. No debemos olvidar que pasamos ocho años y medio en la Facultad, bajo un régimen especialmente exigente en la última etapa. El nuevo sistema permite la independencia económica de muchos compañeros que se encaminan así positivamente en su vocación.
No se trata de crear cargos, sino de reestructurar los ya existentes para que los estudiantes ingresen de la mejor forma posible. En total hay cien practicantes en el CASMU, de los cuales cuarenta son estudiantes y los otros sesenta son permanentes. El nuevo régimen trae consigo un acto de justicia, aunque no evita la eternización de quienes han transformado el practicantado en un fin, no en un medio.
l Desde el comienzo de la presente gestión se enfrentó el riesgo de perder cuatro cargos de practicantes de la zona este. Se mencionaba la posibilidad de tercerizarlos, o sea entregarlos a una empresa privada. La AEM se opuso terminantemente a esa propuesta. Se consiguió que el CASMU llamara a concurso, evitando así lo que hubiera sido una contradicción con el propio espíritu de nuestra mutualista.
l Lo mismo sucedió con el puesto de practicante recepcionista de urgencia, al que se pensaba transformar en cargo funcionarial. Los delegados de la Asociación negociaron que esta tarea permanenciera en el área de practicantes, lo que significó la permanencia de seis puestos de trabajo.
l En los últimos meses se crearon otros tres cargos de practicantes para internación domiciliaria, que funcionarán bajo un régimen distinto a los de urgencia en zona.
De esta forma, la Asociación de los
Estudiantes logró que se ganaran 15 puestos que
benefician a los estudiantes. Esto significa un aumento
de 40% de las fuentes laborales. Sin dudas, un logro muy
positivo.
Proyectos pendientes
l La AEM mantiene pendiente un proyecto de atención domiciliaria realizado por los compañeros Alejandro Cuesta y Jorge Ferrer. El objetivo es satisfacer una vieja reivindicación gremial: que los estudiantes puedan ejercer varias tareas no médicas en el CASMU, de la misma forma que lo hacen en otras mutualistas.
El tema merece una explicación. Durante la intervención, nos fueron quitadas tareas de curaciones a domicilio, tratamiento de éscaras, sondas o retirar puntos de sutura luego de una operación. Este trabajo es realizado actualmente por enfermeros.
Nuestra idea es que los practicantes que así lo deseen puedan ofrecer al CASMU el mismo servicio, por un costo mucho menor. Este proyecto de reestructura quedó pendiente por una coyuntura política y porque no se quiso enfrentar a la Federación Uruguaya de la Salud por su actitud hostil hacia los practicantes en sus resoluciones del VIII Congreso. La iniciativa se retomará en breve. En otras mutualistas ya existe el antecedente de practicantes que realizan este trabajo. Lo hacen muy bien.
Este es un tema prioritario, por lo que nos creemos en la obligación de agotar los mecanismos para su discusión y aprobación.
l Otro tanto ocurre con las ayudantías quirúrgicas. El segundo ayudante del block quirúrgico, en todas las mutualistas, es un practicante. No parece lógico que se mantenga la situación actual: un grado 2 de Facultad de Medicina no debe realizar la tarea de un estudiante.
l La AEM se compromete a reiterar la necesidad de llamar a concurso para los cargos de extraccionista del CASMU. Actualmente la tarea es realizada por una empresa privada que no tiene contrato y que le ocasiona un fuerte gasto a la institución.
Los puestos deberían ser asignados por
concurso, ya que ello permitirá el ingreso de los más
calificados. Cabe acotar que la empresa realiza
correctamente el trabajo y tiene solvencia técnica, pero
entendemos que ese sector también debe ser ocupado por
estudiantes.
Objetivos políticos
l El gran objetivo político de la AEM es mantener su excelente relacionamiento institucional con el Sindicato Médico del Uruguay. Pero también tenemos algunos objetivos concretos. Creemos que se debe reestructurar la Comisión de Practicantes del SMU.
Debe haber un delegado por mutualista. No es bueno que haya veinte practicantes de una única mutualista y una misma agrupación, que decidan dentro de una comisión tan importante. El cuerpo ha ido desvirtuando su objetivo y, por tanto, para la AEM no es representativa. Nos comprometemos a bregar por cambios urgentes.
l Una segunda propuesta se vincula con el próximo Consejo de Salarios. Exigiremos que se tome en cuenta a la mayoría de los practicantes jóvenes. A la fecha permanecen relegados en sus ingresos.
Cristalinidad en el CASMU
l Desde un principio, la Asociación de los Estudiantes puso especial énfasis en que la gestión administrativa del CASMU fuera totalmente cristalina. Ante tantas sospechas, defendimos la idea de investigar a fondo lo ocurrido en la administración anterior. Ratificamos nuestra total confianza en los resultados de la comisión investigadora y la honestidad de sus integrantes.
Ante un tema tan delicado, las agrupaciones médicas deberían hacer su autocrítica. En el caso de la AEM, la hemos hecho. A nuestro delegado de ese periodo le faltó reclamar una mayor prolijidad y un mayor estudio del negocio.
l En estos dos años, el objetivo general de los delegados de la AEM en la Junta Directiva del CASMU fue mantener viva a la institución, por lo menos dignamente, a pesar de la gran crisis administrativa y asistencial. Al iniciarse la presente gestión un déficit financiero de 20% amenazaba su propia existencia, por una virtual cesación de pagos y atrasos salariales.
Ese 20% del déficit del presupuesto global planificado significaba aproximadamente 2 millones de dólares por mes. Había que estar ahí para que la institución sobreviviera durante este periodo. Aunque pequeña en los papeles, la gran meta fue entregar a la generación siguiente un CASMU algo más saneado.
Apoyamos el descuento a los médicos, asumimos el costo político de no pagar aguinaldos en fecha. Así fuimos tomando decisiones, bajando el déficit financiero hasta el actual 4% o 5% global (si se descuentan gastos por intereses bancarios el saldo negativo es de casi 1%).
Bajar 19 puntos de déficit fue una tarea muy dura, a veces angustiante. La AEM apoyó todos los esfuerzos de la Dirección General en ese sentido. A pesar de las diferencias que nos separan, comprendimos que no se puede cambiar el timón en medio de la tormenta.
Hemos cuestionado algunas cosas del
CASMU, pero jamás con intención de cambiar a sus
responsables en estas circunstancias. No obstante, la
próxima Junta Directiva deberá tomar medidas de fondo,
claro que tendrá mucho más oxígeno que la saliente.
Centro Médico y Plan de Estudios
l El gran objetivo de la AEM ha sido, siempre, vincular más estrechamente al Consejo de Facultad con el Sindicato Médico del Uruguay. Esto se ha logrado en la Comisión de Asuntos Universitarios en la que estamos representados por la compañera Ana Inés Ruiz. Esta unión fue confirmada por nuestra posición institucional, defendida por nuestro representante en el Ejecutivo, Alejandro Cuesta. La AEM es favorable al proyecto Centro Médico de reconversión del Hospital de Clínicas.
En un primer momento, la Asociación presentó sus críticas al proyecto. Se nos dio la oportunidad de discutir positivamente el tema con el decano, profesor Eduardo Touya.
La iniciativa se discutió tanto en directiva como en asambleas de AEM, lo que permitió elaborar correcciones. Nuestras ideas fueron atendidas; eso nos pareció muy importante.
Para la AEM, es sustancial la preservación de los grandes objetivos universitarios del Clínicas aunque hoy se encuentre al borde del colapso. Creemos que el Proyecto Centro Médico le asegura al país, en general, y a la Facultad, en particular, la posibilidad de recuperar una institución de alto nivel internacional. Defendemos la recuperación de su papel histórico como referente para políticas de salud y su antigua posición como centro tecnológico de avanzada.
Quizá no sea perfecto, pero el Proyecto Centro Médico es el único realista que tenemos entre manos y como tal hay que apoyarlo.
l La AEM está discutiendo seriamente el contenido del futuro plan de estudios de la Facultad de Medicina. Confiamos en que las mejoras serán aprobadas en el próximo periodo. En ese proceso no debe permanecer ajena una institución como el Sindicato Médico del Uruguay.
Lo importante del próximo plan de estudios es que no deberá basarse en la idea de transmitir conocimientos, exclusivamente, sino en el hecho de que esos conocimientos van cambiando y avanzando a una velocidad de vértigo y que uno no se puede quedar con lo que dicen los viejos, o no tan viejos, textos.
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Sobre las Bases Fundamentales del CASMU
l La Asociación de los Estudiantes de Medicina considera que las Bases Fundamentales del CASMU eran antiguas, y que habían sufrido múltiples reformas. Han perdido coherencia. Por otro lado, para la AEM los problemas del CASMU no están en sus Bases, sino en la interrelación que hay entre los intereses de la empresa que llevan a que sea viable y los de sus trabajadores médicos y no médicos en mejorar sus ingresos. Pero agravado por el hecho de que los médicos son a la vez dueños del Centro de Asistencia, dándose así un choque de intereses que casi siempre se resuelve aumentando costos y déficit tomando formas de trabajo improductivas que solamente perjudican al abonado.
l La propuesta se procesó en una
comisión creada por el SMU, integrada por miembros del
Comité Ejecutivo, la Junta Directiva del CASMU y todas
las agrupaciones. Se trabajó desde diciembre del año
pasado hasta enero. En algunos temas se llegó a consenso
y en otros no. El mayor punto de discrepancia, la
separación entre SMU y CASMU, no fue planteado por las
agrupaciones. Tampoco fue planteado el tema de
transformar la mutualista en dos instituciones, una
aseguradora de salud por un lado, y una prestadora de
servicios conocida como Fundación CASMU. A partir de
allí se trabajó sin muchas discrepancias filosóficas.
Nadie planteó cambios fundamentales.
Principales modificaciones
l Las modificaciones más importantes se pueden dividir en dos, las normas que salieron por consenso y las planteadas por agrupaciones:
- Se propone que
integren la Junta Directiva un delegado de
trabajadores no técnicos (AFCASMU) y un delegado
de abonados.
- Se propone que
los estudiantes no estén representados en la
Junta Directiva.
- Se limita la
participación estudiantil a un porcentaje
mínimo de las elecciones del SMU.
- Se exige que
los integrantes de la Junta Directiva sean
técnicos del CASMU salvo el delegado del SMU.
- La AEM propone
que el delegado estudiantil tampoco sea técnico
del CASMU ya que este sector representa a una
buena cantidad de estudiantes, practicantes y
médicos jóvenes que hace diez años no tienen
posibilidad de libre ingreso como las
generaciones anteriores.
- La AEM propone
que los integrantes de la Junta Directiva no sean
juez y parte, absteniéndose de participar en
temas de su especialidad y por tanto dejar al
cuerpo que se asesore con la jefatura del
servicio o la sociedad científica. Se evita así
un doble poder y que sectores que no están
representados en la Junta Directiva se vean
perjudicados.
- La AEM propone
que cuando el CASMU formule un acuerdo con un
grupo médico del interior, se asegure que en los
futuros ingresos éstos sean por concursos
abiertos, posibilitando así la igualdad de
acceso al trabajo para todos los socios del SMU.
- La AEM propone
que haya límite de edad (68 años) para todos
los cargos, permitiendo así que las nuevas
generaciones tengan las mismas oportunidades que
las anteriores de trabajar en el Centro de
Asistencia de su Sindicato. Se verán
beneficiados de tres mil a cuatro mil médicos
jóvenes que nunca tuvieron oportunidad de libre
ingreso. Se evitará además que el CASMU se
transforme en una mutualista más de médicos que
regulan el ingreso de otros. Se propone el cese
de los practicantes de Medicina a tres años de
su ingreso o seis meses de haberse recibido.
Defender a médicos jóvenes
l Creemos que la modificación de las Bases Fundamentales no va a tener grandes efectos sobre el CASMU, ya que filosóficamente no se proponen grandes cambios. Habrá sí transformaciones en la integración de la Junta Directiva, en especial una propuesta novedosa como la participación de los abonados.
Prevemos que tendrá un efecto nefasto en el sector estudiantil ya que podría darse el caso de que más de dos mil afiliados del SMU pierdan representación en la Junta Directiva.
Por otro lado, llama la atención que propuestas más renovadoras sobre el funcionamiento del CASMU no resultaran apoyadas por las agrupaciones. A nuestro entender esto deja una brecha muy grande entre los médicos jóvenes y quienes actualmente están a cargo de las estructuras gremiales. Se daría así un corte generacional.
El procedimiento más adecuado para aprobar las Bases del CASMU sería un plebiscito con la opinión de los 12 mil socios del Sindicato Médico y luego ratificarlo en asamblea.
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