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El nuevo Ministro concurrió
al Comité Ejecutivo

Nuevas líneas, viejas
preocupaciones

por Ana Marta Martínez

En su visita al Sindicato Médico del Uruguay, el nuevo ministro de Salud Pública, doctor Raúl Bustos, recepcionó desde buenos augurios y elogios respecto de nuevas áreas que se deberán abordar hasta preguntas que lo colocaron ante temas explosivos. «Hemos recogido las inquietudes fáciles y las difíciles. No las desconocíamos, y son también el centro de nuestra preocupación», afirmó.

Bienvenida con preguntas

El lunes 7 de abril, el flamante ministro de Salud Pública, doctor Raúl Bustos, y su equipo más cercano de colaboradores fueron recibidos por el Comité Ejecutivo del Sindicato Médico. En un diálogo que se prolongó durante dos horas y media, planteó las líneas prioritarias de su gestión y escuchó las inquietudes y preocupaciones del cuerpo.

El presidente del SMU, doctor Jorge Lorenzo, recibió al secretario de Estado con las siguientes palabras: «Estamos con un Ministro de Salud Pública que además de ser socio del SMU es una persona muy vinculada a nuestra casa». Luego aludió a la militancia en la Asociación de Estudiantes de Medicina, de la cual fue Secretario General, y a su posterior vinculación al SMU.

A continuación, planteó su preocupación por la tendencia a la «fragmentación» que se observa en el cuerpo médico nacional, y sobre todo en Salud Pública, a causa de las dificultades económicas. «Tenemos la intención de combinar planes con el Ministerio para que los colegas que trabajan en Salud Pública puedan seguir siendo incentivados y también compensar salarialmente a quienes se desempeñan en el área materno-infantil», afirmó.

Deseándole el mayor éxito en su gestión, Lorenzo le cedió la palabra al Ministro.

«Me siento en casa», expresó en primer término el doctor Bustos. «Nos parecía más un honor que un deber transmitir nuestras ideas de trabajo y asumir una actitud de diálogo con el fin de lograr un nivel de acuerdo entre la administración y el cuerpo médico que permita sumar esfuerzos y alcanzar el objetivo común: mejorar el estado sanitario de nuestra población», aseveró.


La isla y los nuevos puentes

Para Bustos nuestro país continúa «siendo una isla» en la región. Recordó que la tasa de cobertura de asistencia es superior a 95% y citó al Fondo Nacional de Recursos, a pesar de sus problemas, calificándolo de nivel terciario de atención «equitativo y solidario». No obstante este panorama alentador, también llamó la atención sobre el rebrote de la tuberculosis (SIDA mediante), la presencia del Aedes aegipty (transmisor del dengue) y el primer caso de hantavirus.

Por otra parte, calificó al Mercosur de «desafío sanitario» y alertó sobre la posibilidad de que otras enfermedades de la región comiencen a penetrar en nuestro país: «Aún no sabemos el porqué de ciertas situaciones pero evidentemente tienen relación con el aumento del tráfico y el comercio». El doctor Bustos puso énfasis como principal línea de trabajo en la vigilancia epidemiológica de enfermedades emergentes y reemergentes.

Luego se refirió a temas que, si bien ya estaban sobre la mesa, se piensa «impulsar más decididamente». Por un lado el de la atención integral de la salud de la mujer y por otro todo lo concerniente a la violencia familiar. Consideró la violencia en la familia como una patología emergente «que está ganando terreno en la sociedad uruguaya y ante la cual tenemos que dar una respuesta concreta».

También apuntó en el debe una «gran tarea en el aspecto administrativo y de gestión».

Sobre las estrategias de atención primaria consideró que «es difícil obtener resultados e impactos en la prevención si no logramos una descentralización que permita llegar a la gente ahí donde realmente padece los problemas de salud».

Acerca de las remuneraciones de Salud Pública afirmó que se pretende «mejorarlas de manera sustancial», pero ajustándose a las pautas de política económica prefijadas. A su vez calificó las medidas de lucha de los funcionarios de Salud Pública, que buscaban la generalización de los incentivos, de «radicales». Dijo que la política de incentivos fue definida teniendo en cuenta una prioridad política y un acotamiento grupal o territorial: «Esta no ha sido pensada para ser aplicada ampliamente entre todos los funcionarios, si no sería un aumento de salarios».

Más adelante afirmó que la incorporación de alta tecnología le preocupaba y que era un punto de difícil discernimiento: «Trataremos de evitar las marchas y contramarchas para que todos sepamos a qué atenernos, pero quedan aún áreas en las cuales no existen en el mundo entero definiciones claras al respecto».

En cuanto a las IAMC, afirmó que son «la columna vertebral del sistema y como tales las vamos a fortalecer para que desarrollen su gestión de la manera lo más eficaz posible». En este punto destacó que 70% de la población está afiliada al mutualismo, que sigue siendo una estructura «equitativa y solidaria».


Vientos de renovación

Antes de otorgar la palabra a los colaboradores de Bustos, doctores Gustavo Giussi y Sergio Chiessa, el doctor Lorenzo analizó algunos de los conceptos vertidos por el Ministro.

En primer término saludó que desde el Ministerio se cuestionara la transición epide-miológica y demográfica: «Parece que las cosas no son tan claras, porque hay un rebrote evidente de afecciones, como es el caso de la tuberculosis, que hubiera sido impensable dos o tres años atrás».

Respecto de algunos indicadores de evolución positiva, como la mortalidad infantil, señaló que «si vemos la distribución en las distintas franjas de la población es muy distinto cómo se da ésta en los sectores marginales que en los centrales».

A las nuevas patologías, como por ejemplo la violencia familiar, las relacionó con el vínculo que debe existir entre las políticas de salud y las políticas sociales: «Obviamente es responsabilidad del Gobierno de qué manera se distribuye el bien social. Todos los que estamos acá sabemos que hablamos de un Producto Bruto Interno que ronda la cifra de 8% o 9%, aunque hay técnicos que hablan de 10% u 11%». En este sentido advirtió sobre la dificultad que existe para reunir los datos precisos, porque se encuentran fragmentados y en diversas dependencias, por lo cual no es fácil saber cuánto invierte el Uruguay en materia de salud.

En relación con las estrategias de atención primaria, tema sobre el cual el SMU lleva años trabajando, Lorenzo afirmó: «Nunca oí a nadie contradecir esto, siempre estamos todos de acuerdo, pero algo está pasando. Las políticas de atención primaria de salud están siempre en el discurso y muy poco en la realidad». En este sentido señaló que en la Facultad de Medicina el SMU ha bregado para que se generen recursos humanos capacitados en medicina social y comunitaria.

Coincidió también con respecto a que la alta tecnología «es un tema central que a nuestro sindicato le resulta muy difícil de manejar».

También recordó la preocupación del SMU con referencia a la educación médica continua y por último elogió la línea de atención integral a la mujer y la violencia familiar, poniendo a disposición del Ministerio el trabajo de la comisión recientemente formada sobre Salud y Género.

Por su parte, el Ministro dijo que la atención integral a la salud de la mujer surgía de información estadística que señalaba que este grupo padecía más ansiedad y angustia y que junto con otras características ameritaba la integración vertical de distintos programas que atacaban aspectos parciales. No obstante, tanto sobre ésta como sobre el área de la violencia familiar, admitió que «no existe mucha experiencia, inclusive en los países de más alto desarrollo».

El cangrejo escondido

Una interrogante sobre el papel normativo del Ministerio pautó el tono con el cual continuó el diálogo, rozando cada vez más algunos temas ríspidos referentes a su actuación.

Al responder, el doctor Bustos hizo una reflexión sobre las sorpresas que mostraban las investigaciones respecto de la prestación de servicios y cómo el usuario la percibe. Dijo que la suya podía ser una percepción «sesgada o demasiado medicalizada», y puso como ejemplo las medicinas alternativas: «Algunos hemos tenido la vivencia de estas situaciones hasta como una extensión del curanderismo, con todo respeto. Otras personas, como una solución de determinados problemas psicosomáticos que no son abordados por la medicina actual. Llegado el momento, el MSP como autoridad rectora tiene que decir: esto se puede y esto no».

Dijo asimismo que el Ministerio trata de conocer y estudiar al máximo al respecto pero que tanto al prestador de servicios como al formador de recursos le falta «saber más qué está intentando decir la gente».

Bustos afirmó: «Estamos procurando que el Ministerio sea cada vez más normativo y menos prestador de servicios. Debemos reconocer que estratégicamente no fue adecuado empaquetar la ley de separación de ASSE en el Presupuesto de 1995». Según el Ministro, esto creó ciertas condicionantes que imposibilitaron viabilizar un proyecto «importante para mejorar la prestación de ASSE y para que aparezca debajo de la piedra el verdadero cangrejo: que el Ministerio es flaco y carece de las estructuras necesarias para los requerimientos de hoy en día». «Normar en el sistema de salud significa que las coordenadas sean válidas para prestadores públicos y privados. Debemos reconocer que algunas funciones las cumplimos razonablemente bien y otras con base en denuncias o quejas, que no es a lo que aspiramos», dijo.

Indicó que 90% del presupuesto del MSP se «va en ASSE, lo cual está bien pero persiste dentro de esta estructura esa otra área normativa sin la fortaleza necesaria».

Despedida y más preguntas

Luego de otras intervenciones, el doctor Zizi insistió en que mientras todas las IAMC tienen una situación deficitaria, «otras personas se están haciendo millonarias». Con referencia a las emergencias móviles, que según él estaban «totalmente excedidas», sostuvo que el MSP debía intervenir «porque si no las IAMC se van al diablo».

El doctor Bustos dividió el asunto en dos y afirmó que ambos aspectos le preocupaban. Por un lado, ubicó el tema de la atención integral y por otro el aspecto laboral consecuente. «Sabemos que la parcialidad de los seguros conspira contra la integralidad. Esto es en verdad preocupante, sobre todo en cuanto a que el individuo no sea íntegramente asistido y pase por múltiples profesionales antes de ser resuelto su problema. Sabemos que ello tiene sus raíces en la economía. Creo que este punto no está resuelto, y no creo que tengamos una idea clara acerca de cuál debería ser el camino por el que deberíamos transitar. Estamos encontrando una realidad de gran desarrollo de los servicios parciales que no comenzó ayer y también nos preocupa la justicia desde el punto de vista laboral.»

Con respecto a si el MSP debería o no intervenir, Bustos manifestó que «tendría que plantear el concepto de integralidad de la atención y esto debería estar unido a otros movimientos más generales, no sea que por intentar resolver un problema de orden laboral generemos una distorsión y no solucionemos ninguno de los dos».

El doctor Lorenzo por su parte afirmó que Uruguay podría dividirse en dos países. Por un lado, el interior con un modelo hegemónico de asistencia y, por otro, Montevideo con un modelo de clara competencia de seguros integrales y parciales: «¿Cómo se plantea el tema de ASSE en estas condiciones?». Manifestó su preocupación en cuanto a la forma de determinación de franjas de pobreza y adelantó que «el SMU no estará de acuerdo con que la salud sea considerada una responsabilidad individual».

Lorenzo opinó que existe un exceso de profesionales en todo el país pero si miramos cómo están repartidos veremos que hay lugares donde sobran y otros donde faltan: «¿Cuál será la participación del Estado en las políticas de mercado en materia de salud?».

Para culminar, el doctor Rodolfo Méndez Chiodi concretó en números algunas de las afirmaciones de Lorenzo, sobre las cuales adelantó que no esperaba una respuesta de quien había asumido el cargo tan recientemente.

«En la actualidad, no tenemos dudasde que entre 40% y 50% de los médicos sobran en el mutualismo y es raro que lleguen a un número de seis o siete consultas. Esto se debe al alto costo de tiques y órdenes y a que las emergencias móviles hacen el trabajo de los médicos de radio y de urgencia. Muy seguramente en la próxima ronda de consejos de salarios se planteará la desregulación del sistema mutual y esto puede significar una pérdida importante del salario médico. Todos sabemos que las emergencias móviles y los seguros parciales gozan de una serie de ventajas con respecto al mutualismo. Llegará un momento en que se planteará que sobra 50% de los médicos. ¿Qué vamos a hacer con esos médicos que pueden quedar fuera del sistema?»

A lo cual Bustos contestó informalmente: «Flaco, con tu realismo no dejás lugar a la ilusión».

Méndez Chiodi repitió que no esperaba una respuesta. «Salud y buena gestión», dijo elevando su vaso, y fue secundado por los presentes.

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