ADVERTENCIA: El recurso que está visitando fue creado hace mucho tiempo y no ha sido revisado recientemente. Se mantiene como acervo de la Institución pero tenga en cuenta que puede contener información no relevante o desactualizada.


Controversia Clónica (continuación)

Oncorratón

Para la ingeniería genética todo es posible. En los últimos años, se crearon ratones sin cabeza o con orejas humanas, moscas bisexuales y con 14 ojos, gusanos nonagenarios, ratas con mal de Parkinson. En 1984, un equipo de genetistas de la Universidad de Harvard consiguió manipular el ADN de un ratón para que naciera con predisposición al cáncer. Los investigadores creyeron que su creación serviría para descubrir una terapia contra esa enfermedad. Lo patenta-ron como cualquier otro invento. En 1987, el denominado «oncorratón» se registró en la Oficina de Patentes de los Estados Unidos, con una cláusula que extendía la aplicación de esta técnica a otros animales, con objeto de conseguir también los derechos de autor sobre posibles oncoperros, oncomonos u oncoconejos.


Operar instrumentalmente es atentar contra la dignidad

El profesor de Epistemología, Alcion Cheroni, afirmó que «la experimentación científica tiene esas contradicciones. Por un lado, su aplicación en el desarrollo del conocimiento es valiosa para el hombre y los procesos productivos. Pero hay otras aplicaciones que pueden considerarse incorrectas».

Cheroni citó al célebre pensador alemán Emmanuel Kant, al fijar un posible escenario para el avance de la ciencia: «Kant sostenía que en cada hombre está contenida la humanidad y por tanto la dignidad del ser humano está en función de cómo concebimos la dignidad de la propia humanidad. Operar instrumentalmente sobre los hombres, sea desde el campo de la ciencia, o desde lo político, sin la consulta y el control de ellos, es atentar contra la dignidad del ser humano. Dice Kant [en la Metafísica de las costumbres]: ‘disponer de sí mismo como un simple medio para cualquier fin supone desvirtuar la humanidad en su propia persona’».


«No alcanza con transplantar un genoma para generar calidad»

El científico uruguayo Fernando Lema, doctorado en Inmunología e investigador del Instituto Pasteur de París, aseguró que «no hay información ni tecnología suficientes para reproducir seres humanos por clonación».

Lema, consultor en biotecnología y biología molecular de la Unesco, recordó que «en 1993 se realizaron, sin resultados positivos, varios experimentos en los Estados Unidos».

«Transplantar un genoma completo no implica que se conozca la calidad del mismo. Nadie puede prever que el núcleo de una célula bovina que se transplante a un óvulo bovino para generar animales de alta calidad productiva no contenga una cantidad de potenciales patologías u otras anomalías que conduzcan a la no viabilidad del otro ejemplar», aseguró.

El investigador definió los experimentos que se realizan con animales como «hechos importantes para la ciencia y con repercusiones en un futuro inmediato».


Rotondo: «Procedimiento éticamente prohibido»

Para la doctora Teresa Rotondo, responsable de la Comisión de Bioética del Sindicato Médico del Uruguay, la clonación de seres humanos «es un procedimiento éticamente prohibido, porque va contra la biodiversidad de las especies, y, a su vez, puede producir, con intenciones eugenésicas, graves perturbaciones en la vida».

Rotondo explicó que «a causa de esa obsesión por lograr una especie supuestamente perfecta podrían cometerse faltas graves de la ética científica. Con la intención de mejorar una raza o una especie se pueden producir alteraciones fundamentales, privándola de lo que realmente es valioso: la individualidad. Hay eugenesias éticamente permitidas, que son aquellas que impiden enfermedades. Esto se contempla en distintas declaraciones de la Unesco respecto del genoma humano. El tema se está estudiando con gran preocupación porque se presta al uso comercial, lo cual es algo que se encuentra al filo de lo éticamente permitido».

Por otra parte, afirmó que «la discusión ética sobre los procedimientos científicos es mucho más lenta que la propia evolución de los conocimientos, y por eso es imprescindible que se reglamente la actividad. Los mismos implicados (técnicos y pacientes) son los más interesados».


«Es un gran avance para la biología»

El investigador de genética molecular, especializado en citogenética, del Instituto Clemente Estable, Horacio Cardoso, definió la clonación como «un avance muy importante para el conocimiento científico, ya que abre una gama de posibilidades positivas para el ser humano, como la reproducción de órganos y tejidos. Ello evitaría las listas de espera y largos trámites para recibir un nuevo órgano. Sin duda cambiará los tratamientos médicos, ya que sería posible reconstruir un órgano a partir de una célula somática».

Cardoso opinó que la clonación de seres humanos «no tendría sentido» porque apuntaría a fabricar personas iguales. La técnica aplicada en el hombre es posible en teoría... no es descartable que algún delirante intente realizar un experimento en laboratorios secretos, al igual que tantos lo hicieron durante la guerra fría. Ese es el único aspecto negativo, que pesa contra todo lo que significa el descubrimiento».


«A punto en un par de años»

El director del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, doctor Luis Barbeito, sostuvo que «nuestro país se encuentra en un estado muy primitivo en lo que se refiere a temas genéticos, pero podría ponerse a punto en un par de años».

No obstante afirmó que «Uruguay tiene el derecho y el deber, como nación, de contar con especialistas que manejen el tema. Así como hoy nos aterra pensar que esto puede dar origen a manipulaciones draconianas, también estos adelantos permiten alcanzar grandes logros en materia de salud humana y producción».


Franca: «Alienación inaceptable»

El director del Instituto de Etica y Bioética de la Universidad Católica, el médico y sacerdote jesuita Omar Franca, sostuvo que «la clonación de seres humanos no respeta la individualidad intransferible de cada hombre o mujer. El principio fundamental violado sería intentar reproducir un ser humano idéntico a sí mismo, o al hijo muerto, o individuos idénticos entre sí. Este tipo de maniobra científica o seudo-científica significa el no respeto por la individualidad inmanipulable e intransferible de cada ser humano».

«El problema de la clonación de seres humanos radica precisamente en que se pierde la individualidad. Esa pérdida de por sí ya es una alienación inaceptable», agregó.

Franca se opone a lo que la Iglesia católica denomina «animalización del hombre», ya que la clonación rompe con todos los principios de libertad del ser humano.


Parlamento estudia proyecto que limita la reproducción asistida

En el Parlamento uruguayo hay un proyecto de ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida redactado por el senador Alberto Cid que prohíbe en forma categórica la clonación de seres humanos. La iniciativa prohíbe también todo otro tipo «de experimentación con embriones humanos que aspire a recrear cualquier quimera o forma diferente en la selección o lo que debiera ser una persona normalmente concebida evolucionando en el útero materno», explicó Cid.

La prohibición está basada en un concepto ético y social: «No podemos amparar la manipulación genética con otros fines que no sean la resolución de la infertilidad de la pareja», señaló el exPresidente del SMU. «Por ello contiene algunas limitaciones polémicas, como por ejemplo el de la prohibición a parejas homosexuales, mujeres solteras o viudas que hubieren guardado el semen de su cónyuge muerto. Creemos que no se deben amparar situaciones que violentan a la sociedad, segregan al niño o ayudan a disolver vínculos sociales. El proyecto intenta resolver un problema de infertilidad de la pareja», subrayó.

«Mi posición personal es opuesta a la clonación de seres humanos, ante todo porque no encuentro razones objetivas para su concreción. Desde el punto de vista ético no es aceptable la pérdida de identidad del ser humano mediante técnicas artificiales», opinó Cid.

La iniciativa fue definida por Cid como «la primera que toma temas concretos de bioética y trata de llevarlos a la discusión colectiva... Lamentablemente, existen algunos bloqueos para la reflexión, quizá por las propias zonas oscuras que conforman la cultura uruguaya».


Razones para limitar

Cid subrayó que «el gran capítulo del proyecto está dado por un tema mayor: poder ser [persona] no es lo mismo que deber ser. Y en la redacción opté por el deber ser». Para esto se apoyó en la que considera «una legislación española muy pragmática», aunque señaló que «en ella el poder ser es más fuerte que el deber ser. Esta es la gran diferencia».

En su opinión, «han sido contemplados los temas más polémicos. El primero: madre es aquella persona que tiene a su hijo, quien lo gesta y lo alumbra, ya sea por parto natural, cesárea u otra forma. Con esto se eliminan los casos de vientres de alquiler o vegetativos que generaron situaciones éticas complicadas».

A su vez resaltó que la iniciativa es «muy distinta a la española en el capítulo de fertilización de mujeres solas (viudas, solteras, divorciadas). En nuestra visión, el derecho de fertilización acompaña el concepto de pareja heterosexual como núcleo básico de la sociedad. La idea puede ser criticada, pero se privilegia el derecho que tiene el niño de gozar de referencias paternas y maternas».

Sostuvo además que «la sociedad ha ido envejeciendo. Hay más suicidios juveniles, embarazos adolescentes, a causa de una vida infeliz. Por ello digo que no podemos contribuir desde el ámbito legislativo a generar dudas y falta de referencias parentales al niño. ¿Por qué no diferenciar el capítulo de las mujeres viudas? Porque forma parte del mismo problema. La reproducción asistida debe contar con el sustento de una familia constituida, para privilegiar los derechos del que va a nacer. Por ello dijimos al principio que se subraya el concepto de deber ser».


«Desviación aberrante de la fertilización»

Según el Dr. Gerardo Bossano, director del Centro de Esterilidad de Montevideo, «la clonación no tiene aplicación clínica en los humanos. Por razones clínicas, éticas y morales estoy en desacuerdo con ese procedimiento, ya que el desarrollo del embrión humano, por determinadas condiciones, no llega a la división celular hasta cierto momento».

Bossano fue categórico al señalar que «estas experimentaciones no tienen futuro» porque «tanto desde el punto de vista político como social se tenderá a proteger las particularidades de la raza humana, en el plano ecológico como médico».

Afirmó además que «la clonación sería una desviación aberrante de las técnicas de fertilización in vitro, cuyo fin es conseguir hijos en parejas normales, pero nunca multiplicar gente».

Bossano afirmó que la clonación podría tener algunos «beneficios», como la posibilidad de generar partición de los embriones menores de tres o cuatro semanas ya con el brote de cada uno de los órganos y así crear un banco: «Ello permitiría que cada uno tuviera como reserva cuatro o cinco embriones de algún órgano y por medio de un estímulo desarrollarlos para generar un sustituto del dañado».

«Aunque esto representaría un gran avance clínico, desde el punto de vista ético ese embrión no nacería, por lo que estaríamos ante un caso de eliminación potencial de un ser humano, ya que se lo anula desde un principio», agregó el experto.

Desde su fundación en 1989, el Centro de Esterilidad de Montevideo posibilitó el nacimiento de 35 niños mediante técnicas de fertilización asistida: «Si bien técnicamente todo es posible de alcanzar, tanto ética como moralmente no todo es aceptable, por lo que es necesario que tengamos límites deontológicos, religiosos y científicos», concluyó Bossano.

/