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Con Ana María Regnier, directora
de la Biblioteca del SMU

Incorpore Biblioteca a
su agenda semanal

por Fernando Beramendi

¿Una biblioteca automatizada en un gremio? ¿Un artículo sobre tal o cual patología en una revista de Senegal? ¿Un análisis cualitativo de la calidad de asistencia médica en Belfast? ¿Las últimas noticias sobre aquel tema médico que lo obsesiona? No, no llame a ningún 0900. Visite la Biblioteca del SMU.


Una auténtica joyita del gremio médico con un equipo humano y profesional de primera. Así también lo entiende la OPS y los cientos de usuarios que ya la han incorporado a su agenda.
Hoy, la actualización permanente de conocimientos es una condición básica de cualquier perfil profesional y técnico.

Y en la medicina pasa a ser vital, dada la vertiginosidad de las investigaciones y las posibilidades casi mágicas de conocer los avances navegando por las redes de la informática. La Biblioteca del SMU está a la altura de estos tiempos con renovaciones constantes y, además, posee una humanización de la relación con el usuario que la hace ejemplar.

Un colectivo humano trabaja todo el día procurando mejorar los niveles de actualización, de pesquisa de nuevas publicaciones y de divulgación de la información en un número importante de usuarios, que ya la han convertido en herramienta fundamental de sus investigaciones.

Al frente de la Biblioteca se encuentra Ana María Regnier, licenciada en Bibliotecología, quien ha sido capaz de encontrar buenas fórmulas para capitanear un equipo que se supera e incorpora servicios automatizados que acercan cada vez más la información a los usuarios.

No hace falta preguntarle si ama su trabajo, porque el entusiasmo que demuestra es mucho. Y el conocimiento también, si bien dice: «No hay una formación curricular para bibliotecolo-gía médica, que es un aspecto muy especial de la bibliotecología y donde más se nota la incidencia de las nuevas tecnologías en el tratamiento de la información».


Recuerdos para los memoriosos

«Yo trabajo en la Biblioteca desde 1974, cuando era un depósito lleno de polvo y sin nada nuevo en la calle Arenal Grande y Uruguay. Allí empezaron las primeras suscripciones.

Había existido una vieja Biblioteca que quedó sin uso. Después vino la Intervención, me echaron, y volví en febrero del ‘85. La Biblioteca había crecido, estaba en Arenal Grande y Chaná y tenia títulos interesantes de revistas.

Luego nos mudamos otra vez a Arenal Grande y Uruguay, hasta que nos instalamos aquí, en la nueva sede, hace más o menos tres años.»


La educación continua

Satisfacer las necesidades de la información con demandas muy variadas es la premisa y a la vez la meta: «Nuestra población en el área médica es muy heterogénea, porque en el SMU están todas las especialidades, por lo cual es muy difícil hacer una Biblioteca desarrollada en un área específica».

«Nosotros tendemos a satisfacer las necesidades de información para actualizar a los médicos y su educación continua. Para este fin son fundamentales las revistas. Se calcula que la bibliografía médica se vuelve obsoleta a los cinco años. Por eso tenemos una colección pequeña de libros y se ha puesto todo el esfuerzo económico en revistas y en una buena base de datos.

Recibimos entre 45 y 50 revistas: unas cuantas por canje con Revista Médica del Uruguay y otras como donaciones de instituciones.

Se contemplan las principales especialidades médicas y las revistas de medicina general, de atención primaria de salud y de control de calidad asistencial. Esas son las que el Comité Científico Asesor ha definido como las áreas temáticas de la Biblioteca.

En este momento el SMU está desarrollando una política de cooperación con las sociedades científicas. Proporcionamos el local y administramos colecciones de sociedades científicas que no tengan un local propio y un bibliotecólogo. Así, los afiliados del SMU tienen acceso a revistas muy específicas que de otra forma no sería posible, y a su vez los socios de las sociedades científicas durante un amplio horario pueden utilizar los servicios de la Biblioteca.»

Desde hace varios años la Biblioteca está incorporando tecnología: «Cuando estábamos en Arenal Grande y Uruguay teníamos un solo computador, donde empezamos a ingresar los datos de nuestras colecciones. Ya en ese momento recibíamos una colección que se llama Current Contents, que indiza una cantidad de revistas médicas y que se empezó a publicar en disquetes».

La mejor tecnología al servicio de la medicina

«Con ello tuvimos gran éxito hasta que llegamos a la época del CD Rom y adquirimos MedLine, que es la base médica más importante del mundo. Compramos LILACS, que es editada por el centro Bireme (Biblioteca Regional de Medicina) de la OPS en Brasil y seguimos con el Current Contents.

Ahora tenemos automatizado el préstamo con un sistema donado por Laboratorios CIBA. Y consideramos la posibilidad de incorporar un sistema de barras.

El año pasado desarrollamos una serie de cursos con el Laboratorio Roemmers, que nos donó equipos que permiten a los usuarios realizar su búsqueda, ya que estamos en red.

Las características de los programas son resúmenes o abstracts. Después sigue la tarea de conseguir el artículo.

Hemos encarado la capacitación como un aspecto importante para facilitar a los usuarios la búsqueda de la información.

Este año reiteramos los cursillos. Nos incorporamos a la Red Telemática de Chasque, que por siete dólares habilita el acceso a la página WEB del SMU a todos sus socios, donde se encuentra información institucional, como autoridades, comisiones, actividades y congresos y está la página de Biblioteca, con los servicios que prestamos, las colecciones a las que se puede tener acceso, los materiales, el catálogo de OPS e información sobre otros centros.

Ahora estoy haciendo una planilla con las bibliotecas de todo Montevideo, la cual será una ayuda para los médicos para ubicar los artículos originales.»


Los números hablan por sí mismos

Los números son muy claros. Los usuarios de la Biblioteca aumentan de manera considerable no sólo entre los médicos. Es común ver estudiantes que solicitan materiales. Y ahí los recibe un equipo que puede asesorarlos, rastrear aquellos autores, abstracts, artículos que arrojen más luz sobre las múltiples preguntas.

Ana María habla con orgullo de este grupo: «Nosotras somos cuatro bibliotecólogas y una auxiliar administrativa: Reina Molinuevo, que trabaja de mañana encargada de la parte de préstamos; Claudia Speranza, que hace la búsqueda bibliográfica; de tarde Gabriela González, que en general está encargada de la parte de préstamo y de ingreso y Yanel Tarrech, que es la encargada del servicio de diseminación selectiva de la información y del ingreso de revistas a las bases automatizadas. Hay que decir también que contamos con un grupo de apoyo por parte de las autoridades del SMU».

Al entrar en el luminoso salón de la Biblioteca, ningún usuario deja de sentir el calor humano, el trato fraterno y profesional: «Ese es nuestro lema: facilitar el acceso a la información, esté donde esté. Aquí en el trabajo diario las jerarquías casi no se notan y todas discutimos de igual a igual las vías para dar la mejor atención al usuario. Sin franqueza y sin afecto no sería posible». Esto se nota.

Una distinción para la Biblioteca

En marzo de 1996 la Biblioteca ha sido designada como Centro Estratégico de la OPS.
Al respecto, Ana María expresa que esto significa que «Somos un centro capaz de prestar asesoramiento sobre las publicaciones de la OPS y también de realizar la venta de publicaciones, que aún no tenemos instrumentada. Es una distinción. Creo que además de la Facultad de Medicina no hay otro centro que la tenga. Difundimos el material, lo procesamos y lo ponemos a disposición de los usuarios. Tenemos catálogos, que dirigimos a los lugares de venta. Otra forma de difusión es a través de nuestra página WEB».

Información

«Tenemos la posibilidad de conseguir artículos publicados en el exterior pidiéndolos a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, con la que existe un convenio. Hay que pagar 17 dólares por artículo, pero es la forma de conseguirlo.

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