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El CASMU: octubre de 1996 

Hoy, en el país, estamos asistiendo a una serie de denuncias de irregularidades y corrupción a varios niveles, que motivan comisiones investigadoras, pases a la justicia y algunos procesamientos. 

En el CASMU, también denuncias de supuestas irregularidades, (compra de la casa de Solymar y préstamo de 50 mil dólares a la MIDU) han motivado comisiones investigadoras que trabajaron muchos meses dando lugar a voluminosos expedientes y cuyo final aún se desconoce. La última palabra la dará el Comité Ejecutivo o el Consejo Arbitral. 

Desde el punto de vista económico, el Gobierno, siguiendo las pautas del Ministerio de Economía, ha llevado a un descenso progresivo de la inflación, que ha repercutido financieramente en nuestra institución. 

El déficit permanente, al que estamos acostumbrados, se compensaba en parte con lo que se llama "recaudación por inflación"; como las deudas se pagan con tres o cuatro meses de atraso, no había necesidad de recurrir a financiación externa. 

Hoy aquel recurso no existe y los créditos bancarios tienen sus costos y repercusiones. 

Pero, además, otro factor ha incidido en la acentuación de los problemas financieros: la disminución de recaudación por disminución del número de asociados. En su mejor momento, noviembre del ‘94, se llegó a tener 287.458. En mayo del ‘95, cuando ingresa esta Junta Directiva, había 283.313. Hoy, octubre del ‘96, hay 274.491. Es decir, 12.967 menos que en noviembre del ‘94, y 8.802 menos que en mayo del ‘95. 

La gravedad de estos números, llevados a dólares por mes, exime de todo comentario. 

En noviembre del ‘96 entrarán 518.680 dólares menos que los que entraron en noviembre del ‘94. 

Esta Junta Directiva se ha preocupado por conocer cuáles son las causas de esta disminución y hoy se tiene la información. 

Sabemos cuántos se van, en qué momento se van, por qué se van y adónde se van. 

En esto, todos somos responsables, dirigentes, médicos, técnicos y funcionarios, en distintas proporciones, pero todos. 

Intentando contrarrestar esta situación, la Junta Directiva votó en julio 380 mil dólares para efectuar una campaña publicitaria. 

Nosotros la votamos, pero dejamos claro que, si no había un convenio previo con AFCASMU, no tendría sentido, porque sería tirar dinero. 

A pesar de la campaña, en los tres últimos meses no se consigue detener la deserción. 

Publicitar por un lado y que los asociados tengan que soportar todo tipo de irregularidades, realmente no tiene sentido. 

Citemos algunas irregularidades: paros parciales; paros totales; ocupación de sanatorios; paredes pintadas en toda su extensión con alquitrán con leyendas como la del Sanatorio Nº2: "Dirección General cómplice de la política neoliberal, hambreadora de la clase trabajadora"; ocupación de locales con gremios que nada tienen que ver con la salud, y volantes insultantes a quienes dirigen la institución, por ejemplo éste: "¿Sabía usted que el órgano de decisión del CASMU, Junta Directiva, se encuentra influido por intereces sectoriales y corporativos de médicos que buscan la porción mayor de recursos que genera CASMU, comercializando con su salud para enriquecimiento de pocos?". 

Estos volantes se publican, a pesar de que en los momentos de dificultades la mayoría de la Junta Directiva ha decidido pagar salarios de los funcionarios y postergar los de los médicos. 

Pero, además, en las relaciones con AFCASMU siguen cursando pleitos por varios millones de dólares: el de los cobradores va en tres, el de los funcionarios reclamantes por la media hora, y otros reclamando por los haberes descontados durante la huelga de diciembre del ‘95. 

Todo esto, es lo que nos ha llevado en la Junta Directiva a discrepar con los miembros de la mayoría. 

Esta política seudoconciliadora con AFCASMU no ha dado resultados. No se quiere entender que la situación ha cambiado. 

La FUS decreta paros y ocupaciones, que AFCASMU las hace efectuar en el CASMU a rajatabla, mientras que en los lugares que compiten con el CASMU no hay carteles, ni paredes pintarrajeadas, ni paros, ni ocupaciones; lo único que hay es asistencia normal, y por supuesto que se le transmite a sus asociados que "acá" no se para. 

No entendemos: son radicales en las medidas que adoptan en el CASMU. En otros lados no son tan radicales, no enchastran, no paran, no ocupan. 

Unico perjudicado de toda esta situación, sólo CASMU. 

Lo volvemos a repetir. Así no vamos a ningún lado. 

Mejor dicho, sabemos adónde llegaremos. 

En una empresa, de las más grandes del país, donde trabajan seis mil personas, que presta servicios en un medio fuertemente competitivo, que cada vez es más agresivo, si el usuario no está satisfecho con la asistencia que recibe, a éste el mercado le ofrece múltiples opciones y por tanto no hay que extrañarse de que se vayan adonde no hay paros ni ocupaciones. 

Los hechos y no las palabras vienen demostrando que las empresas que no reinvierten, no acompañan el desarrollo tecnológico y no se adaptan al mercado han desaparecido o inician el camino de la extinción a través de los años. 

No hay muerte súbita. Es una agonía lenta y progresiva. 

Ya conocemos el final, largamente preanunciado, de empresas que desaparecieron. 

Tomemos conciencia antes que sea tarde. 

En el próximo número continuaremos. 

Agrupación UNID-Praderi 
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