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Dr. Luis Falconi
Sin dudas los hombres se conocen en situaciones difíciles. Hace pocos días cuando acompañábamos al "Gordo" por última vez, recordábamos su enorme aporte en las horas más duras para nuestro gremio y para el país bajo la dictadura militar.
El Sindicato Médico estaba intervenido y cercenada la actividad sindical en toda su expresión. Sin embargo al igual que el conjunto de los trabajadores nos fuimos juntando y arrimando, cada uno al calor y las luces de la esperanza. Así nace el CIM, Comisión Intergremial Médica, casi al mismo tiempo que los trabajadores se expresaban en el PIT, Plenario Intersindical de Trabajadores, y los estudiantes en ASCEEP.
Era la circulación indestructible de la vida y la libertad que encontraba en estos nuevos nombres la forma de afirmar una y otra vez, a pesar de la represión, al Sindicato Médico junto a la CNT, a la FEUU y a tantos hombres y mujeres libres de nuestro país que silenciosamente le decían no a la dictadura militar.
Desde su gestación allí estaba Luis, poniendo todo lo que estuviera a su alcance, con gran capacidad, con inteligencia, con franqueza y formidable disposición de trabajo.
Fue figura fundamental en la realización de la VII Convención Médica Nacional, que marcó sin dudas uno de los puntos más altos de la lucha del pueblo uruguayo por el retorno a la democracia y a los valores más queridos. Volvieron al país en aquellos días Hugo Villar, Hugo Sacchi. Todavía recordamos la conferencia de prensa en la confitería La Liguria, de lanzamiento público de la Convención, que organizara el Dr. Falconi, sin autorización, lo que significó que muchos de nosotros termináramos una vez más en alguna dependencia militar o policial, pero que sin embargo marcó el comienzo de una formidable expresión del cuerpo médico nacional, hecho con la fuerza y capacidad de trabajo que nos empujaba a todos.
Luego, sin querer ocupar cargos, Luis fue un aporte sustancial en la reconstrucción democrática de nuestro Sindicato. En aquella época en la estaba sin dudas en un periodo significativo y de destacado trabajo en su especialidad, no dudó en brindarse generosamente en las tareas del Sindicato.
Mantuvo siempre su preocupación por los temas del SMU y del CASMU, coincidiendo o discrepando, siempre con la misma franqueza.
Sentíamos la profunda obligación de escribir estas líneas, más allá de la amistad de tantos años, en homenaje al médico, al gremialista, al hombre libre que estuvo como tantos en aquella época, cuando había que estar.
Chau Gordo.
Dr. Marcos Carámbula
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