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Doctor Tabaré Vázquez
Un oncólogo de corazón
Como todos los 16 de
junio, este último, el primero en un nuevo milenio,
recordó al mundo que hay un conjunto de trabajadores
-conocidos unos, anónimos otros- que luchan día a día
contra el cáncer.
Por elegir la medicina, por ser grado 5 en oncología
radioterápica, Noticias dialogó con el doctor Tabaré Vázquez.
por Isabel Fernández
Los últimos años de la década del 60 han quedado marcados en la historia del Uruguay y del mundo. El 6 de diciembre de 1969, el diario El Día titulaba en tapa: "Una directora de escuela, detenida"; "Sol de Noche correrá el 'Gran Premio Ramírez'"; "No se implantará el 'Peso Fuerte'"; "Partió Pellegrini"; "No hay folletos de hoteles, aún"; "Procesaron a las mujeres"; "1:240.000 números de rifas en la calle", y "UN: Enjuiciarán a asaltantes aéreos". Pero hubo noticias que pasaron desapercibidas por la prensa. Son esas pequeñas cosas cotidianas que el tiempo, el esfuerzo y lo que guardan de historia en sí mismas, se encargan de engrandecer: ese día el joven Tabaré Vázquez recibía su título de médico.
Dr. Tabaré Vázquez: "A veces el camino no es fácil, es duro
pero no imposible"
Del sentimiento a la razón
A treinta años de aquel histórico acontecimiento para una familia obrera que residía en el corazón del barrio La Teja, el profesional relata a Noticias: "Si bien nunca dudé de mi vocación médica, la especialidad en oncología la elegí más por aspectos de índole familiar que por un razonamiento en el cual tuviera en cuenta todo lo que ella engloba. Si hoy tuviera que optar, lo haría por oncología, pero sería con más razón que sentimiento".
El doctor Vázquez tiene claros los motivos que lo llevarían a reincidir en su especialización: "Primero porque constituye una afección frecuente y muy importante para el enfermo y su entorno, que necesita una profunda atención médica y científica en general. Segundo por ser una especialidad que le plantea al médico un desafío permanente en cuanto a su vocación y a su entrega humana. En tercer lugar por exigir una formación continua unida a un profundo estudio en distintas disciplinas: radioterapia, física atómica y nuclear, estadística, epidemiología, patología, investigación básica y conocimiento de patologías vinculadas al sector ginecológico, otorrinolaringológico, del sistema nervioso central, del digestivo, hematológico, por tanto es una práctica médica que necesita que quien la ejerce esté formándose constantemente. Y cuarto, porque está vinculado a un tema que me apasiona como es el vasto campo de la investigación clínica y experimental".
A nivel mundial se calcula que por cada millón de habitantes hay una incidencia de tres mil nuevos casos por año, variando la frecuencia de la presentación de los tumores, según la ubicación geográfica. Así, los melanomas se ven con más asiduidad en los países que están ubicados más cercanos al trópico, mientras que en otros, en los que hay alto porcentaje de población con el hábito de fumar, se diagnostican más frecuentemente los cánceres de pulmón.
Según estadísticas, en la población uruguaya es frecuente el cáncer de colon vinculado a las costumbres alimenticias. El doctor Vázquez expresó que esta patología "se ha vinculado a la alta ingesta de proteínas (carnes rojas fundamentalmente) y al bajo consumo de fibras que permitan un funcionamiento más adecuado del aparato digestivo, por eso la insistencia de tratar de llevar adelante una alimentación lo más correcta posible, balanceando proteínas, hidratos de carbono, lípidos y sobre todo fibras". También puntualizó que las causas por las cuales incide el mayor consumo de carnes en la presencia de tumores del aparato digestivo, fundamentalmente del intestino grueso, no están absolutamente claras como no lo está la etiología o los elementos etiológicos que desarrollan en el organismo un cáncer, pero hay una cierta vinculación entre el consumo alto de carnes rojas y el cáncer de colon. Por otra parte, otros estudios tienden a relativizar este fenómeno.
Oncología: Uruguay y el mundo
Consultado sobre el nivel de tratamiento de los pacientes oncológicos en Uruguay con relación al resto del mundo, el profesional fue categórico: "Los oncólogos que trabajan en este país tienen un alto nivel de formación brindado por la Facultad de Medicina, y la posibilidad de concurrir a distintos centros hospitalarios y de enseñanza tanto en Estados Unidos como en Europa. Tampoco debe olvidarse que con el avance de los medios de comunicación se ha facilitado el contacto que posibilita recibir información actualizada. Por otro lado es muy importante el esfuerzo que nuestros colegas oncólogos hacen en cuanto a suscribirse a revistas científicas de primer nivel internacional".
En el plano estricto de los tratamientos, las tres grandes armas de lucha contra el cáncer en el terreno terapéutico son la cirugía, la radioterapia y los procedimientos "médicos". En lo que a cirugía respecta, el doctor Vázquez opina que los profesionales uruguayos tienen excelente capacitación y, en general, medios como para poder actuar quirúrgicamente -y con éxito- sobre los distintos tumores. En cambio, cuando se habla de radioterapia, "ahí sí tenemos un déficit importante, sobre todo en equipamiento. Los equipos modernos de alta energía, como los aceleradores lineales, tienen altos costos, lo que dificulta su adquisición tanto a nivel de la Universidad, como del MSP, como en la actividad privada. Igualmente se está intentando traerlos al país, lo que nos colocaría en una posición de avanzada similar a la que nos encontrábamos décadas atrás cuando el Instituto de Oncología había traído el betatrón -fue el primero en Latinoamérica y el séptimo en el mundo- o cuando para el Hospital de Clínicas se trajo una bomba de cobalto que todavía se utiliza".
Hoy día, aceleradores lineales mediante, se escuchan muchas voces disconformes respecto a la famosa bomba de cobalto, el oncólogo opinó al respecto: "Tienen una aplicación muy precisa y útil en los tumores. Hay otras condicionantes, sobre todo en los países desarrollados, donde están limitando los equipos de radioterapia que producen radiaciones por radioisótopodos, por razones de seguridad, no por las biológicas o médicas. También influye el desarrollo de equipos de alta energía que, al ser tridimensionales, sin duda mejoran los tratamientos porque permiten estudiar bien la ubicación de los tumores y la llegada de las radiaciones para su destrucción". En Uruguay hay algunos de estos equipos en marcha pero son de baja energía. Próximamente está prevista la incorporación de los de alta energía, tanto a nivel público como privado.
En lo que respecta a los tratamientos "médicos" (entre comillas a sugerencia del doctor Vázquez), se encuentran los de quimioterapia, hormonoterapia o de elementos biológicos que se aplican y que están disponibles en el país. Se debe tener en cuenta que las grandes corporaciones farmacológicas son las que producen estos elementos y luego los comercializan internacionalmente.
Tratamiento y costo
A nivel mundial, los tratamientos de radioterapia se hacen de manera fraccionada. Desde hace décadas se demostró que así el tratamiento se torna más efectivo. Se experimentaron distintos esquemas de fraccionamiento (cinco, siete, dos, tres sesiones semanales e incluso dos sesiones en el mismo día) y se concluyó que lo óptimo para atacar la mayor cantidad de tumores y dañar menos a los tejidos normales que están a su alrededor, es la de cinco veces por semana.
La situación económica incide en el tratamiento. Esta situación marca diferencias en el tratamiento de los pacientes según su condición socioeconómica, las que el doctor Vázquez explicó de la siguiente manera: "Tengo dos pacientes, uno se atiende en el Clínicas y debe recibir radioterapia y otro, en condiciones similares, atravesando la misma etapa de desarrollo patológico, al que le aplicaré el mismo tratamiento que al anterior, pero que cuenta con un nivel socioeconómico más alto. De los dos, sé que el último no me va a poner reparos, irá donde yo le diga porque dispondrá de dinero para la locomoción. En cambio he encontrado mucha gente que se atiende en hospitales, que me ha dicho 'doctor, yo no puedo venir cinco veces a la semana si no me dan el boleto'". Hasta hace un tiempo atrás había un servicio social en el Clínicas (apoyado por el Ministerio de Salud Pública) que proveía a los pacientes de boletos gratis con la finalidad de que pudieran concurrir a las sesiones cuantas veces fueran necesarias, pero ese beneficio ya no se brinda, lo que conlleva a que, aunque en el medio exista la misma posibilidad, no toda la población pueda recibir la misma calidad de tratamiento.
Teniendo en cuenta que equipos como los aceleradores lineales pueden tener un costo aproximado al medio millón de dólares, Noticias quiso saber si existían posibilidades, avaladas por el Estado, que incentivaran la incorporación de nueva tecnología: "Lo único que se podía lograr era mediante un decreto de la época de Luis Batlle, el que señalaba que cuando se ingresaban equipos médicos para la actividad privada, con los que no contaba salud pública, se exoneraba del pago de impuestos, aranceles aduaneros, etcétera, siempre y cuando quien lo ingresara estuviera dispuesto a atender a los enfermos de salud pública en forma gratuita".
La otra vía para llegar a este objetivo es conseguir un sistema de créditos a través de la banca privada.
La experiencia le enseñó al doctor Vázquez que en una patología tan importante como el cáncer "es necesario asumir claramente la conciencia del trabajo en equipo, sea en investigación básica o en clínica, sea en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Hoy día es difícil que una sola persona pueda abarcar todos los conocimientos y el oncólogo tiene que preocuparse no sólo en capacitarse él, sino también en trabajar y abogar para que especialidades que tienen incidencia en el tema oncológico, formen un grupo de trabajo, lo que permitirá un diagnóstico más certero, más oportuno y con mayores posibilidades de llegar a tiempo para hacer un tratamiento de curación, porque es necesario saber que el cáncer se cura; depende, por supuesto, del tipo que sea y de la etapa en que comencemos a atacarlo. También se puede prevenir, y en esto tiene mucho que ver la educación que le demos a la población. Tampoco se debe olvidar que todos los pacientes deben tener las mismas posibilidades independientemente de su condición económica".
Alguien tocó a la puerta, se asomó y le dijo al médico que su primera paciente ya había llegado. El hombre se levantó, pasó su mano derecha por la impecable túnica blanca como quien quita migas imaginarias o espanta un insecto que no quiere matar. Luego la extendió saludando con firmeza. Eso era todo, la entrevista con Noticias había terminado. Abrió la puerta, se dio vuelta y dijo despacito, como hablando para sí: "Cuando alguien se entera o sospecha, no importa, que tiene cáncer, el futuro comienza a desvanecerse o a ser el tiempo de otros, vedado para él mismo. Viene a la consulta, pregunta, escucha, me mira buscando ese algo que le haga creer nuevamente que todo es posible. Y por lo general lo es. Y se lo digo. A veces el camino no es fácil, es duro pero no imposible y un simple gesto de los que en esto estamos, puede devolver la esperanza y ayudar en la cura, aun en aquellas que se ven más lejanas".
"Sol de Noche correrá el 'Gran Premio Ramírez'". Bajo ese título de aquel 6 de diciembre de 1969 se lee: "Por lo tanto, la gran carrera contará con la presencia del crack maroñense, noticia ésta que la afición recibirá con entusiasmo, máxime cuando su participación parecía, a esta altura, ya cosa descartada".
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