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Álvaro Luongo y la crisis de Uruguay España

"Es difícil captar socios después de lo que pasó"

Fue médico de la mutualista y presidente de la comisión multisectorial que dirigió la institución cuando ya rodaba cuesta abajo; ahora es uno de los socios de la cooperativa que surgió tras el cierre de la entidad sanitaria. En la siguiente entrevista concedida a Noticias calificó de mentirosos a los funcionarios que lo acusan de haber "lucrado" al frente de la sociedad asistencial hasta "fundirla" y culpó a la intervención estatal por la decadencia financiera legada.

¿A su juicio cuál fue el proceso que determinó la intervención de la mutualista Uruguay España y luego la creación de la Cooperativa Médica Uruguay España (COMUE)?

Hace cuatro años, la mutualista comenzó con una crisis institucional que determinó el pedido de renuncia de la directiva de la institución por parte de la asamblea de socios. Desde ese momento se instaló una comisión multisectorial con representantes de los socios, de los funcionarios médicos y no médicos. Casi por unanimidad, me eligieron como presidente de la multisectorial, que cada tres meses sometía su gestión directriz y económica a juicio de la asamblea de socios.

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Uruguay España: escenario de un enconado conflicto que expresa, al tiempo que profundiza, la grave situación que vive un conjunto de mutualistas

Uruguay España tenía un déficit operativo aproximado al 24% del presupuesto mensual y un déficit acumulado de alrededor de 3 millones de dólares. La mayor parte de la deuda -más de 2 millones- se había contraído con los médicos. Expusimos entonces que estábamos dispuestos a licuar la deuda si nos pasaban los activos y nos comprometíamos a hacernos responsables de los pasivos y mantener los compromisos con el gremio. Los médicos renunciábamos a cobrar la deuda para crear la cooperativa a fin de mantener operativo el sistema y afrontar un pasivo que quedaría en algo más de un millón de dólares. La única forma de salvar la situación era formar una cooperativa.

El gran problema fue que el Ministerio de Salud Pública nunca visualizó el pase a la cooperativa sin pasar por una intervención.

Funcionarios de Uruguay España arremetieron contra usted y los médicos asociados en COMUE. En un volante entregado en la puerta del local de esa institución -ahora ocupada por esos trabajadores- se los acusa de "lucrar al frente de la mutualista hasta fundirla" y de llevarse "los diez mil socios (de UE) sin contraer ninguna obligación a cambio".

Eso es mentira. Yo nunca cobré un peso por presidir la multisectorial porque mi cargo era honorario, al igual que en la cooperativa. Integraba el cuerpo de médicos que en conjunto perdimos los 2 millones de dólares que nos debía Uruguay España, en virtud de la promulgación de la ley que inhibe de reclamar a las patronales más allá de una retroactividad de dos años.

Nosotros jamás pedimos la intervención porque sabemos que es un proceso que termina en la liquidación. Los interventores seguían en el mismo sistema: no consiguieron préstamos, no le pagaban a los médicos, pero por otro lado cobraban su salario.

¿Cómo se dio el paso de la intervención a la cooperativa?

En primera instancia, el ministro nos convocó y nos dijo que el sanatorio había sido inhabilitado por cuestiones sanitarias y logísticas, entre otras. Nos indicó que para eventualmente conceder la habilitación teníamos que acreditar un contrato con alguna mutualista que nos diera capacidad de internación y lo conseguimos con el Círculo Católico y Central Médica. Nos exigió que fijáramos una dirección operativa -que no podía ser la del local de la institución- y dimos la dirección de un apartamento vacío de un familiar de uno de los médicos de la institución, que no tenía muebles y contaba con una sola línea telefónica.

Una semana después nos avisaron que acababa de salir la cooperativa por un decreto de gobierno. Nos dan unas horas para sacar a los pacientes del sanatorio que había sido inhabilitado.

Nunca nos pasaron los activos y hoy la cooperativa no tiene nada que ver con Uruguay España. Todo fue un caos porque los funcionarios se creen que estábamos al tanto de todo pero no era así. No teníamos un local social ¿adónde iban los socios? No teníamos el padrón de los socios que estaban en la institución y, por lo tanto, no podíamos emitir recibos, ni sistema de computación para imprimir.

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El histórico CASMU: concreción de una utopía sin parangón en el mundo es, en buena medida, el fiel de la balanza de un sistema solidario amenazado

Pero además no teníamos el cheque de DISSE del famoso prepago. ¿Cómo íbamos a mandar asistencia a la gente sin tener nada?

Teníamos la obligación de atender a miles personas sin tener un solo centésimo, ni un solo funcionario, sin que los médicos supieran dónde íbamos a atender. Nos dijeron que nos pasaban todos los socios, lo cual era una falacia, porque de los diez mil que había, quedaron cinco mil.

¿De qué manera tuvo lugar la corrida de socios?

De una manera extrañísima. El edificio de Uruguay España estaba ubicado al lado de la Española, un monstruo desde el punto de vista médico y económico. Los socios venían a UE y los funcionarios no los derivaban a la cooperativa, les decían que se afiliaran a la Española.

Por otra parte, una cantidad de promotores de otras instituciones llegaron a visitar a los socios de UE, antes que nuestros cobradores. No sabemos cómo ocurrió.

¿A qué instituciones pertenecían esos promotores?

A dos o tres instituciones grandes. Por ejemplo, se retiraron 3.500 historias clínicas para la Española. La gente le decía a nuestros cobradores: "Ya vinieron a hacerme socio de otro lado".

¿A quién se le debe cargar las culpas del proceso de decadencia de Uruguay España?

Creo que el gran culpable se llama intervención. Un mecanismo fatídico que jamás pedimos.

¿Cómo calificaría la gestión de la multisectorial mientras usted estuvo al frente?

Fue bastante compleja y a los dos años de gestión llegamos a tener un déficit operativo de solo un 3% (mensual). Por supuesto que ningún banco privado ni del Estado nos prestó nada, ni nos apoyó en nada. Sabemos que los préstamos sociales no pueden carecer de riesgos. Empero, el Banco República tiene un cometido social y tampoco nos ayudó.

¿Cuál es la situación asistencial y financiera actual de COMUE?

Tenemos cinco mil socios. Contratos firmes con dos cooperativas -Central Médica y Cima- para brindar asistencia. Estamos instalando nuestro propio policlínico en bulevar Artigas y Maldonado. Tenemos firme el trabajo de 50 funcionarios -ex trabajadores de Uruguay España- y somos 90 médicos trabajando al pie del cañón. La cooperativa está financieramente equilibrada porque para cinco mil socios tiene todo muy ajustado. Tenemos una deuda con los médicos de 2,5 millones de dólares.

Ahora debemos impulsar una campaña de captación de socios porque estamos inmersos en un sistema de pérdidas permanente: no podemos afiliar socios de DISSE pero sí los perdemos porque, a pesar de tener la habilitación del MSP, el BPS nos exige reformular y acreditar nuevamente todos los contratos de servicios. Es un sistema burocrático que nos va a llevar uno o dos meses más de pérdidas. No es fácil salir a competir ahora y captar socios después de todo lo que pasó y de lo que se oyó en la calle. No es sencillo salir a decir que somos la mejor mutualista del Uruguay.

¿Qué pasó con el pasivo de Uruguay España?

Toda la estructura, equipos de radio y de CTI y hasta las camas se quedaron en la intervención. Todo está embargado por los funcionarios y por los médicos. Entonces ellos (los interventores) se han hecho responsables de los pasivos porque se quedaron con los activos. El único activo que nos dieron fue la mitad de los socios. La intervención es la que va a tener que pagar todo. Es la responsable.

¿Usted se refiere al Estado?

No, a la intervención.

¿Pero quién es el que va a pagar?

El Estado, no me cabe duda. Se tiene un pasivo de 4 millones de dólares, pero los activos son del mismo valor. Acá, si se liquidara todo (los bienes de Uruguay España) se pagaría a todo el mundo.

MIDU puede "salvarse" con nuevos socios

El director técnico de la mutualista MIDU, Jaime Tuzman, indicó que de lograrse un "aumento sustancial de socios" como propuso el ahora senador Alejandro Atchugarrry (100 mil afiliados a través de DISSE), la situación de la sociedad médica a la que pertenece y la de "muchas" otras instituciones, "quedaría salvada".

"Nosotros tenemos una capacidad operativa para 24 o 25 mil socios sin aumentar los costos fijos. Podemos recibir ocho o nueve mil socios más", explicó. El jerarca añadió que la de aumentar el número de socios "es una de las posibilidades interesantes" a poner en práctica, pero "lo que se está haciendo en todo el mundo europeo -a pesar del neoliberalismo- es aplicar un sistema en el que cada uno pague en función de sus posibilidades".

Respecto al aspecto de evaluación de una mutualista señaló que "es necesario medir la actividad de las instituciones no solamente con un criterio economicista: se tienen que valorar sus índices sanitarios".

Autocrítica médica

"Hay cosas que son duras de hablar pero son realidad: algunos médicos tienen ingresos muy importantes y el 90% tiene ingresos muy bajos. Uno quisiera emparejar para arriba, pero no se puede. Por lo tanto tenemos que ver si queremos seguir siendo un gremio de trabajadores de la salud solidario o si nos transformamos en corporaciones en las que cada uno busca su propio beneficio sin importar lo que pase al lado".

Tuzman señaló que "los anestesico-quirúrgicos cobraban muy poco dinero por su trabajo y eso no era justo, pero ahora lo que es injusto es que pidan 20 mil pesos por pasar una hora en una operación para colocar una lentilla intraocular, cuando hay médicos que trabajan todo el mes y no llegan a ganar esa suma".

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