ADVERTENCIA: El recurso que está visitando fue creado hace mucho tiempo y no ha sido revisado recientemente. Se mantiene como acervo de la Institución pero tenga en cuenta que puede contener información no relevante o desactualizada.

Porque existen soluciones

La acción para el logro de las mejores aspiraciones sociales, desde la práctica de nuestra especificidad gremial, constituye nuestra tradición, y construye nuestro sentido como Sindicato Médico.

En esta hora, la concepción y las prácticas que hacen a la salud (el derecho al ejercicio de la salud de la población, el derecho al trabajo médico y de otros trabajadores) uno de los asuntos más abarcadores de la vida social, están en juego.

Como estuvo en la proclama del paro: "Instituciones asistenciales que cierran sus puertas y otras varias condenadas a lo mismo, patronales que encienden conflictos con medidas unilaterales que desconocen lo convenido con sus médicos ante el MTSS, médicos a quienes se les adeudan meses o años de obligaciones salariales o beneficios sociales, precarización creciente del trabajo médico, derroche de los no escasos recursos que la sociedad uruguaya vuelca a la salud, crisis global del sistema mutual y debilitamiento de su filosofía solidaria al quedar librado a las leyes y la lógica de un mercado crudo y duro, indiferencia y ausencia de soluciones para las condiciones de la asistencia del trabajo médico en un sector público que sigue siendo coto de caza privilegiado para el peor clientelismo político".

Es el momento de desarrollar y potenciar el hecho gremial en una triple vertiente: profundizar las miradas al sistema de salud para avanzar desde la Declaración de Solís; mejorar y fortalecer las formas organizativas del gremio desde núcleos de base por lugar de trabajo y sociedades científicas; enriquecer los espacios de trabajo común con los otros actores sociales y políticos.

Partimos de la consideración de la salud como un hecho global e integrado, cuyas actuales debilidades, disfuncionamientos, sectores críticos, no pueden abarcarse con una mirada que todo lo reduce a la unicausalidad.

La inversión que realiza en salud el país, superior al 10% del PBI, probablemente no representa en sus logros un valor equivalente.

La asimetría de la inversión pública-privada-IAMC, que explica diferencias, no es la sola responsable de los múltiples puntos de debilidad de funcionamiento del sistema.

Los factores sociológicos, demográficos, de envejecimiento de la población, el encarecimiento de la necesaria incorporación de la nueva tecnología, factores culturales, psicológicos, que hacen a las expectativas de las personas respecto de la medicina en salud y enfermedad, factores vinculados al modelo asistencial relacionados al privilegio del especialismo hospitalario sobre el primer nivel de atención (prevención, promoción, etcétera), factores vinculados a los procesos de decisión clínica, el proceso asistencial, factores vinculados a la gestión de los servicios de salud, el exceso de regulación en algunos sectores y la ausencia de regulación en otros, la falta de políticas públicas en salud que superen lo variable y discontinuo, todos ellos contribuyen a la emergencia de esta situación de agudo dese-quilibrio económico-financiero.

Sin la atención a la totalidad de los factores en juego, no habrá avances hacia el objetivo que debe presidir nuestras acciones en este campo: la universalización de la asistencia en un mismo nivel de calidad para toda la población del país y una práctica médica de trabajo estable, afectivamente gratificante, para reinventar una humanización de nueva dimensión.

DR. JUAN CARLOS MACEDO
Presidente del SMU    

/