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Dr. Jorge Zunino: sobre trasplante de órganos y tejidos
Cuando el fin juzga los medios
El trasplante de órganos y tejidos no sólo es una de las expresiones más relevantes del desarrollo de la tecnología médica, sino que pone a los profesionales de la salud y a la sociedad en su conjunto ante interrogantes que requieren un abordaje multidisciplinario, colectivo, democrático y solidario. En esa perspectiva, la legislación es tan imprescindible como lábil, sujeta tanto a la evolución científica como a las claves culturales que deben acompasar ese ritmo, respetuosa del consentimiento del donante y de la necesaria información sobre el que debe fundamentarse.
por José López Mercao
De ese universo complejo nos habla el Dr. Jorge Zunino Delgado, profesor adjunto del Banco de Órganos y Tejidos y jefe del sector Extracción, Conservación y Entrega, desempeñándose en la institución desde su fundación -en 1978- en régimen de dedicación total, rentado por la Universidad de la República, tras haber cumplido todas las instancias de la carrera docente en la Facultad de Medicina.
Dr. Zunino, el tema de los trasplantes y/o implantes de órganos y tejidos plantea una gran complejidad. Se trata de un problema en el que converge una multiplicidad de áreas: derechos humanos, consideraciones éticas, morales, médico-legales, religiosas, filosóficas y hasta políticas.
Jorge Zunino. Efectivamente, por eso cuando se trata de promover la ejecución de los recursos terapéuticos que la medicina ofrece para prolongar o mejorar las condiciones de vida de un paciente, es imperioso legislar en un área que plantea tantos problemas potenciales y reales.
Que por otra parte ya están sujetas a legislación.
JZ. Sin duda la legislación que actualmente rige los actos médicos que rodean al trasplante y/o implante de órganos y tejidos -desde la obtención de una voluntad positiva de donación hasta el acto mismo del trasplante- ha permitido que muchos pacientes se beneficiaran de una sobrevida de otro modo comprometida, pero cabe una interrogante, si me permite. ¿El fin acaso justifica los medios? Digo esto, porque con el profundo respeto que como médico y ser humano me merece otro ser humano -y particularmente un paciente-, considero que el consentimiento informado (léase: obtención de su voluntad de donar) que se logra de una persona cuando es consultada durante su internación en un centro de asistencia médica, público o privado, al ser dada de alta, no reviste las condiciones de libertad de expresión necesaria que debe rodear tal acto.
El fin y los medios
¿Cuál ha sido su experiencia en esa materia?
JZ. Como médico y docente del Banco de Órganos y Tejidos desde su fundación en 1978, he asistido a la manifestación frecuente de la voluntad de rectificación o revocación de voluntades positivas de personas que efectuaron donación durante su internación y que luego reconsideran su decisión una vez que superan la situación de minusvalía -tanto en lo físico como en lo psíquico- que implica el hecho de estar internado por una dolencia. Por lo mismo, creo que la manifestación de la voluntad de un individuo -particularmente en el caso de donación de órganos y tejidos para su utilización post mortem- debe ser libérrima, sin presión de ningún tipo, y exhaustivamente informada.
Hay un sinnúmero de personas que han firmado su donación total en los correspondientes formularios que el Banco de Órganos provee y no imaginan que junto con la donación de órganos y tejidos o ambos, están consintiendo la realización de una autopsia en su cadáver. Y esto es de hecho -se haga o no-, lo que se autoriza cuando se firma el formulario: donación del cuerpo con fines científicos y/o terapéuticos.
El fin no justifica los medios cuando se trata de la libertad y el derecho de las personas.
¿Es esta una posición personal o institucional?
JZ. Es mi posición personal, no necesariamente la del Banco de Órganos. Pero existen intentos de legislación en nuestro medio -como es el caso del proyecto del diputado Javier García-, que contempla precisamente esta preocupación.
La solidaridad como componente cultural
¿Qué postura tiene el usuario respecto al tema de la donación y cómo se expresa en los hechos?
JZ. Mire, si las cifras sobre voluntades positivas de donación que da la dirección del Banco de Órganos son correctas, estadísticamente se puede predecir que la tendencia de nuestra población es a responder positivamente a la donación. La proverbial solidaridad de nuestra gente se demuestra también en esta área de la problemática social. Pero cuidado, los uruguayos somos muy solidarios, pero también tenemos vocación de pueblo culto: nos agrada estar muy bien informados al momento de tomar una decisión.
¿Cómo evoluciona la legislación acerca del tema?
JZ. Creo que estamos en el camino de lograr a corto plazo las condiciones para lograr una legislación que -a la inversa de la actual-, sea la voluntad negativa la que se recabe.
El mismo subsecretario del Ministerio de Salud Pública, Dr. Gustavo Giussi, ha manifestado que el accionar del Banco de Órganos es insuficiente en materia de obtención de donantes. Ha propuesto instancias -que no son las vinculadas a la internación médica de los pacientes- para la recepción de voluntades, como, por ejemplo, en el acto de obtener documentos de identidad u otras instancias similares.
Docencia, información y generalización
¿Ya se han realizado experiencias en esa materia que impliquen la extensión al conjunto de la sociedad de la obtención de la voluntad de donar?
JZ. Sí, se han realizado ya en instituciones en situaciones ajenas a las de internación médica, como con el carné de salud, o en la Intendencia de Montevideo al tramitar la licencia de conducir. Pero reitero, esto adolece de las carencias referidas: en primer lugar, la toma de expresión de voluntad a ese nivel no se realiza sistemáticamente acorde a la legislación; es decir, que el acto sea necesariamente testificado por un médico presente; en segundo lugar, la gente no es adecuadamente informada respecto al contenido y alcance del formulario que firma.
¿Qué papel ha cumplido el Banco de Órganos y Tejidos para hacer comprender las implicancias sociales e individuales de la donación?
JZ. La publicidad que el Banco de Órganos ha realizado para incrementar las donaciones no fue dirigida a educar a la población. En mi opinión, simplemente ha apuntado a sensibilizar a la gente para lograr mayor número de donaciones. Creo que además del problema ético, esto le genera un gasto innecesario al Estado.
¿Cuál es el camino entonces para el desarrollo cuantitativo y cualitativo de la voluntad de donar?
JZ. La realización de trasplantes y/o implantes de órganos y tejidos descansa sobre la base de un acto de generosidad consciente y voluntario. Con una legislación alternativa en la materia, la libre manifestación de la voluntad de nuestra gente encontraría un marco de mayor garantía y por tanto creo que las voluntades de donación crecerían. Esto, más allá de que los gastos del Estado por concepto de publicidad, transporte, comunicaciones u otros rubros, podrían derivarse a áreas de mayor importancia para los pacientes, como equipamiento y controles de calidad de tejidos, para citar tan solo dos ejemplos.?
Consentimiento informado
El fundamento de la libertad
La donación de órganos y tejidos se ha visto precedida por otras modalidades, como las transfusiones sanguíneas. Sin embargo, para el Dr. Zunino «otros rubros de donación tienen una connotación psicológica distinta. La donación de tejidos renovables -como la sangre- no le implica al donante más que un trastorno pasajero y no está revestido de las implicancias morales, éticas, aun religiosas y médico-legales que conlleva la donación del cuerpo».
«Pero aun en el caso de la sangre, hay sectores minoritarios en nuestra sociedad que por su confesionalidad religiosa son refractarios a la donación. Las dificultades se multiplican al tratarse de la donación de órganos y tejidos, al punto que los índices de donación en algunas naciones -tales como Japón e Inglaterra- son ínfimos, comprometiendo seriamente la realización de trasplantes. En ese sentido nuestra sociedad tiene amplitud de miras y el volumen de las donaciones habla con claridad al respecto».
«En cuanto a la renuencia a recibir un trasplante, se dan casos y el diálogo con los involucrados y, en ocasiones, con las jerarquías religiosas, han allanado el camino para el consentimiento. El eje para la solución de estos temas reside en el establecimiento de una comunicación adecuada y, sobre todo, en la información que haga del consentimiento un acto de conciencia».
«Es mucho más útil para los fines científicos y terapéuticos de nuestro sistema sanitario -y específicamente para los trasplantes de órganos y tejidos- tener cinco consentimientos informados sólidos e invariables en el tiempo y no veinte que a la postre -al ser la decisión revocable- se transformen en diez.
En ese sentido hay legislaciones que apuntan a que la concientización popular sea tan intensa que es potencial donante todo ciudadano, salvo quien específicamente se oponga a ello. Esto debe basarse en una información profunda en la que se respete su voluntad de decisión».
Desde los «viejos tiempos»
El factor humano
El Dr. Zunino vivió todas las etapas formativas como médico de guardia del banco y con esa experiencia habla de los «viejos tiempos» en que su actividad, que a menudo se ubicaba en los lindes de la vida con la muerte, obligaba a conjugar la actividad médica con la ética y la sensibilidad, a menudo supliendo vacíos legales e insuficiencias de una técnica aun incipiente.
«En esos tiempos había que concurrir personalmente a conversar con los familiares de los pacientes que se encontraban en situación de muerte encefálica, para recabar su voluntad de autorizar la donación. Adquirí gran experiencia en ese sentido y obviamente los elementos de sensibilización me marcaron a fin de respetar el mayor grado de libertad que debe presidir la decisión para que la integridad del ser humano en todos los aspectos sea mantenida».
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