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Entre el desempleo y la precarización
En los últimos años, como en otros sectores de nuestra sociedad, los altos índices de desocupación y subocupación médica han permitido el desarrollo de formas de relacionamiento laboral que han marcado un franco deterioro, tanto de los niveles salariales como de las condiciones laborales.
Ejemplos de estas irregularidades todos conocemos:
- Contratos unipersonales que desconocen la relación de dependencia.
- Interinatos.
- Suplentes eternos.
- Contratos eventuales.
- Venta individual de técnicas y servicios sin reglas claras.
- Formación de empresas para el arrendamiento de servicios médicos.
- Incluso casos donde no existe contrato alguno y el pago se realiza al final de la guardia.
Todas estas situaciones son formas más o menos simuladas de tercerización.
Es una ilusión creer que desregulando se va a resolver el problema de la desocupación, incluso está comprobado que no genera mayor oferta de trabajo pero sí mayor rentabilidad de las empresas a partir de la rebaja salarial.
La desocupación es la herramienta con la cual se intenta atomizar y fracturar la fuerza gremial.
Todo esto constituye un complejo panorama, donde el sistema pretende hacer de la asistencia médica un bien negociable, ignorando los principios más elementales que hacen a nuestra profesión.
Nuestra agrupación hace un llamado de alerta a todo el gremio médico ante la posibilidad de generalización de esta situación.