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Con dirigentes de UTHC

No hay salida sin los funcionarios

Diego Alonso es el representante de la Unión de Trabajadores del Hospital de Clínicas (UTHC) en el Órgano de Conducción Política del nuevo proyecto de reconversión del hospital y Sergio Rodas es integrante de la Mesa Representativa. Ambos se refieren a la visión desde el gremio de los problemas y posibles salidas de la situación, a la vez que plantean haber denunciado varias irregularidades sin obtener respuesta.

¿Cómo evalúan ustedes el tema Clínicas?

Hospital de ClínicasDiego Alonso: La situación del hospital es conocida a nivel público y se viene acarreando desde su creación un déficit presupuestal que lo ha llevado a las condiciones en que está hoy, con falta de materiales, con problemas de una infraestructura arquitectónica deteriorada, con bajos salarios, falta de insumos básicos para la asistencia día a día que sin dudas influyen en la calidad en la atención al paciente y también imposibilita ejercer la función docente de la mejor manera así como también la investigación al no tener recursos suficientes para poder desarrollarse. A pesar de esto sigue siendo un centro de referencia en varias áreas. Podemos ver lugares muy bien estructurados, como la parte de nefrología, donde se pudo cambiar desde la estética hasta la parte asistencial.

Es fundamental el apoyo político y económico que se le dé al hospital, incluso más allá del proyecto. Sin duda que tiene que haber un cambio de gestión en muchos aspectos del hospital: la gestión no es la mejor. Desde el punto de vista administrativo hay atrasos grandes, las cosas no se hacen en tiempo y forma.

Es necesario mejorar la parte informática del hospital, para elaborar con más certeza la información, incluso la que se le da al usuario acerca de sus propios derechos. El proyecto va a ser una inyección que nos permitirá mejorar la gestión del hospital, pero, después del proyecto ¿con qué hospital seguimos? Pasa a ser un tema central.

En las jornadas realizadas acerca del tema hay acuerdo en mantener el carácter público y universitario del hospital que para nosotros son ejes de cualquier proyecto, por eso no compartíamos el proyecto anterior que planteaba un carácter «público no estatal».

Nos parece que en este momento, incluso frente al posible cambio de coyuntura política en el país, dedicar esfuerzos al proyecto, insistir en el pedido presupuestal para el nuevo quinquenio, etapa en la cual el cogobierno deberá definir qué tipo de hospital quiere y hacer los mayores esfuerzos del punto de vista administrativo y de gastos. Tiene que pasar indudablemente por un aspecto de recuperación salarial de los funcionarios para lograr un mayor sentido de pertenencia y que permita poner al hospital en lo que fue, un referente a nivel latinoamericano.

Uno de los momentos más difíciles

No creemos que sea una situación sin salida o que hay que tirarlo abajo; sigue teniendo del punto de vista humano brillantes técnicos, profesionales, trabajadores en general, que lo pueden dignificar como institución, que lo pueden desarrollar y proyectar. Hay que dar una apuesta fuerte al Hospital de Clínicas como centro formador de recursos humanos y también como centro de referencia.

Sin duda que es uno de los momentos más difíciles de la historia del hospital. Este año fue notoria la falta de la partida presupuestal, después se consiguió una parte, eso fue desencadenante de un conflicto junto a la política de tercerizaciones y privatización de servicios impulsada por la actual dirección del hospital. Parte de esa partida entró y permitió terminar el año.

La situación es difícil pero tiene salida. El proyecto servirá como un inicio para poder mejorar en la gestión y modificar estructuras macros. Hay que ver qué apuesta hacen las autoridades políticas con el Clínicas.

No nos parece que la salida sea competir con el mercado, es una institución formadora.

Hablabas del sentido de pertenencia y señalabas una «política de tercerizaciones», hay quien afirma que en parte de los funcionarios hay una gran resistencia al cambio, a que se modifique el actual estatus y que eso provoca un fuerte bloqueo.

Para nosotros el hospital es una estructura que si bien es cogobernada, en la parte de gestión es una estructura altamente jerarquizada. La cadena de mandos existe. Yo no te voy a decir que todos los funcionarios son buenos. Habrá funcionarios buenos, otros malos y otros regulares. Y la resistencia al cambio es un fenómeno inherente al ser humano en todos los aspectos de la vida. Incluso cuando apuntamos hacia un cambio vamos a resistir el cambio que estamos tratando de hacer.

Es un factor normal que la única forma de superarlo es la convivencia de intereses, llegando a acuerdos.

¿A qué estamos jugando?

Pero, por otro lado, es una estructura altamente jerarquizada donde si el funcionario limpia mal, tiene un capataz y una directora de departamento que son responsables e incluso un director que es responsable del área de limpieza.

Creo que el tema es ver cómo se gestionan los recursos humanos. Allí vemos fallas enormes.

La dirección actual no está avalada por su capacidad mediante concursos, se han mantenido direcciones en base a designaciones directas decididas en base a opiniones en política universitaria y que ha llevado a esta situación al hospital. Hay una manifiesta incapacidad en la gestión administrativa del hospital y de recursos humanos. Esto nos lleva al absurdo de ver que teníamos una partida del Poder Ejecutivo de un millón 950 mil dólares para terminar el año y en vez de aumentar en varios recursos se trae una empresa para cubrir una zona que ya estaba cubierta por funcionarios.

Para eso no se precisa ser un experto en administración hospitalaria.

Cuando planteamos soluciones dijimos que esas partes y otras se podrían cubrir con funcionarios sin costos (como en la recolección de basura) mediante. Por ejemplo, se eligió arreglar unos hornos vetustos en lugar de comprar unos nuevos que salían más baratos. Entonces ¿a qué estamos jugando?

Hablamos de resistencia de los funcionarios, y sin embargo vemos que en los países desarrollados, las propias formas de gestión fabriles o productivas, cuando se tiene que dar una reorganización de reingeniería laboral, se puede hacer en dos caminos: o se elimina personal o se lo incorpora al funcionario operativo a esa transformación que aporte desde su perspectiva y le dé sentido de pertenencia.

Pero si sumamos posiciones autoritarias, desconocimiento de derechos, bajos salarios y una mala administración del hospital, donde se trata de imponer una reestructura de manera autoritaria, no apuntando a los organismos cogobernados, es claro que va a haber resistencia.

Es una situación que se genera con un fin especial, llevar una política determinada que ya estaba en el antiguo proyecto del Centro Médico, que no se pudo hacer en una forma general y que significaba transformar el hospital en una persona «pública no estatal».

El proyecto Centro Médico fue derrotado

Se quiere imponer en la vía de los hechos privatizando servicios, sacando fuera del hospital tareas que se pueden hacer adentro, malgastando los pocos recursos en temas que a nuestro modo de ver no son los más importantes.

Falta calificación del trabajo para los funcionarios, formación, cursos de desarrollo sobre qué es el funcionario universitario, qué perspectiva social se juega en el Hospital de Clínicas, buscar la identificación de ese funcionario dentro de una institución diferente de formación y de educación que tiene por Ley Orgánica «la extensión y la integración a la sociedad», por lo cual debería haber una fuerte apuesta a la formación de los funcionarios como individuos.

Ha habido once denuncias sobre irregularidades administrativas que hasta ahora no han sido tomadas en cuenta por la Comisión Directiva. El sindicato está evaluando qué camino seguirá frente a esto.

Hemos pedido una auditoría contable que hasta ahora no ha tenido respuesta.

Hay una situación de tirantez en algunos momentos que también se ha generado en no poder concretar acuerdos en las mesas de diálogo. Hay que apostar a una forma incluyente y no excluyente.

El tema de fondo es qué salud queremos y qué papel juegan las tercerizaciones en la salud, de las cuales están de vuelta un montón de instituciones de salud públicas y universitarias.

¿Cómo se destraba esta situación?

Sergio Rodas: Los trabajadores somos optimistas. Seguimos apostando a buscar soluciones, planteando que el hospital es vigente y que es necesaria una reconversión, pero con la participación de trabajadores como la estamos haciendo a través del nuevo proyecto.

Tenemos expectativas en el cambio a nivel político y creemos que puede ser fundamental para lograr lo principal que son los recursos para la salud y la educación.

El nuevo proyecto que se está elaborando con participación de todos los factores universitarios y al que la prensa no le da trascendencia porque no es el que interesaba en el año 96, el del Centro Médico que hablaba del cierre del hospital, de achicamiento, de pasar todo a la persona «pública no estatal». Este, que es un proyecto participativo, no interesa a quien hoy dirige el hospital, al propio Parlamento y a los medios.

Sería fundamental que los responsables del hospital que se llenan la boca hablando del hospital participaran más en este nuevo proyecto.

Somos críticos, seguimos aportando y buscando soluciones. Eso nos ha llevado a enfrentamientos y lo último que queremos es una medida de conflicto, un paro, y a veces se llega a eso porque no tenemos más remedio.

No hay respuestas punto por punto. Hicimos once denuncias por separado, se metieron todas en una carpeta sola y se cerró. Y tienen que ver con irregularidades financieras, descuentos, traslados de plata.

Por ejemplo: no había plata para el rubro service y del mismo rubro aparece plata para financiar una empresa privada para que limpie. Son cosas sin contestar por parte de la dirección del hospital. Iniciamos un paro en octubre por tiempo indeterminado, se hizo asamblea, se convoca a la Comisión Directiva y no hubo argumento real para contratar la empresa. A pesar de eso seguimos creyendo en el cogobierno y seguimos aportando en el orden no docente en la búsqueda de soluciones.

Pero queremos que más allá de las diferencias conceptuales se escuche la voz de los trabajadores a través del orden.

Se han subestimado propuestas que eran viables y no se tuvieron en cuenta para nada.

Es preocupante que en el nuevo proyecto no estén participando el orden estudiantil ni el presidente de la Comisión Directiva, no mostrando interés por el hospital donde éste se está construyendo.

Creo que los caminos hay que buscarlos, pero hay dos formas distintas de ver el hospital: una forma de verlo con los fines para los que fue creado y otra que plantea -en base a la concepción dominante- apostar a la competencia como solución de todos los males. Y eso lleva a que los precios aumenten y baje la calidad.

Y se genere eso que no ha aportado nada a la sociedad. Nosotros apostamos a un sistema nacional de salud, a una mejor distribución de los recursos de la salud. El papel que juega el hospital es central porque forma recursos para la salud. Y ellos plantean solo recuperar costos y vender servicios.

El proyecto Centro Médico fue derrotado en todos los órdenes universitarios, su concepción sigue predominando y trabajando dentro del Hospital de Clínicas. A veces hasta clandestinamente. Nos mantenemos en conflicto a pesar de que levantamos la medida.

Estamos en asamblea permanente hasta fin de año en que el contrato con la empresa de limpieza termina y no sería renovable. De la nada apareció plata para que ingresen 40 funcionarios, ya ingresaron 15.

Nosotros pensamos que cualquier salida para el hospital debe hacerse teniendo en cuenta a los trabajadores que son los que sostienen el hospital en el día a día.

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