ADVERTENCIA: El recurso que está visitando fue creado hace mucho tiempo y no ha sido revisado recientemente. Se mantiene como acervo de la Institución pero tenga en cuenta que puede contener información no relevante o desactualizada.
Br. Eduardo Ferreira
Hacia la refundación del Clínicas
El bachiller Eduardo Ferreira es representante del orden estudiantil en el Comité Ejecutivo del SMU. Los estudiantes han hecho allí propuestas para resolver el tema Hospital de Clínicas en medio de un proceso de debate confrontando a veces con el orden de egresados, otras con los funcionarios. Ferreira reivindica lo actuado en la gestión «Touya». En ese marco se realizó esta entrevista.
¿Cómo se ve desde la AEM el tema Clínicas?Los estudiantes tenemos un gran peso en la historia del Clínicas, por ser este un hospital universitario con funciones de asistencia, docencia e investigación. Nosotros estamos insertos en las tres funciones, pero fundamentalmente en el aspecto docente.
Br. Eduardo Ferreira: "Cuando el nuevo proyecto ya estaba
en marcha, el doctor Villar apareció desacreditándolo"
Al inicio de su puesta en funcionamiento, el Hospital de Clínicas intentaba ser una especie de faro que expandiera el sistema de atención hacia los demás centros.
Hoy las condiciones son distintas, la salud tiene un sistema mutual diverso al existente al momento de la fundación del hospital. Hoy se lo visualiza como transformador del sistema de atención a la salud. Desde la década del 60, el Hospital de Clínicas ha sufrido ajustes presupuestales importantes, en la época de la dictadura estos se agudizaron y ahora estamos en una profunda crisis.
La misma pone en riesgo la viabilidad del Hospital de Clínicas, por esa razón uno de los problemas más graves es el recorte presupuestal.
Una visión histórica
En segundo lugar, el Hospital de Clínicas durante la predictadura estuvo dirigido por el doctor Hugo Villar, una fuerte personalidad.
En la época de la dictadura se produjo la interrupción del sistema de cogobierno de la Universidad, la intervención del Hospital de Clínicas y la separación de autoridades nombradas según la Ley Orgánica de 1958. Con la democracia Villar retoma la dirección del hospital. Por el año 1991, Villar cumple 65 años y existe una disposición por la cual todos los profesores de la Facultad deben cesar a los 65 años.
Villar consideraba que el cargo de director del Hospital de Clínicas trascendía la función docente y no podía cesar. Se dio una confrontación en la Facultad entre Villar como director cesante y el decano de la Facultad de Medicina, Pablo Carlevaro, que planteaba que Villar debía renunciar al cumplir los 65 años.
El enfrentamiento entre Carlevaro y Villar prosiguió porque Villar tenía su propio equipo de dirección.
Se presentó a concurso la doctora Graciela Ubach, que formaba parte del equipo de dirección de Villar. Se alegó que ninguno de los dos postulantes al cargo de dirección reunía las condiciones necesarias, y el mismo fue declarado desierto; la doctora Ubach planteó un recurso frente al Consejo Directivo Central (CDC) y le fue desfavorable.
El tema tuvo secuelas y generó problemas en la dirección del Clínicas, los que la Facultad fue zanjando con dificultades.
Hoy hay un concurso de dirección abierto al que se presentaron la doctora Ubach y el doctor Faral y la Facultad se encamina a resolver el tema por concurso. De modo que el tema dirección tiende a su resolución.
El tercer tema, al que hemos priorizado, es el concepto de refundación. La solución para el Hospital de Clínicas no va a venir por el lado de los reclamos presupuestales sino a través de un proceso de reconversión o refundación.El proyecto Centro Médico
Durante el año 1992, el doctor Eduardo Touya desarrolló el proyecto Centro Médico como uno de los temas clave de su decanato y en 1993 la Facultad elaboró una idea del mismo. Fue elevado primero a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) para lograr la financiación de un equipo técnico y se comenzó a trabajar en una idea concreta, con lo que los estudiantes estamos consustanciados.
Este último tema genera polémica y trascendió a los medios. ¿Hacia dónde se va?
Para nosotros existen dos temas neurológicos, que son la reforma del hospital universitario, su refundación, y la reforma del plan de estudios.
Si hablamos del proyecto Centro Médico -se llamaba así- vemos que la reforma del plan de estudios está contenida en el mismo. Allí teníamos nuestro único tema sustancial, una dinámica que no se podía detener.
A su vez, la gente que estaba en contra lo había estado desde el inicio y fue la responsable de que el proyecto -aunque sigue siendo viable- capotara en su desarrollo y proyección.
Profundicemos un poco más en esto...
La idea comienza en 1992 y continúa hasta 1993, cuando se aprueba un informe de una comisión ad hoc creada por el Consejo, que pauta un proyecto de reconversión universitaria que debería elevarse a la OPP. El proyecto se elevó al CDC universitario para que diera su aval porque el hospital universitario, por Ley Orgánica, es una dependencia de la Facultad de Medicina, pero a su vez está inserto en la Universidad.
Cuando en 1993 la Facultad eleva el proyecto «Centro Médico, reconversión del Hospital de Clínicas e inserción a la red sanitaria nacional» -ese era su título original- el CDC estuvo en contra porque creía que era un proyecto muy ambicioso para ser presentado por la Universidad y que llevarlo ante el BID por intermedio de la OPP para ser financiado iba a postergar otros proyectos universitarios.
Se planteaba que debía ser elevado a la órbita del Ministerio de Salud Pública (MSP), como finalmente aconteció. La Facultad necesitaba el aval del MSP -el hospital universitario obviamente es una institución asistencial- pero el CDC planteó que debía ser un proyecto del MSP, que no debía estar exclusivamente en la órbita universitaria. Para ello, en 1994, el CDC lo aprobó. Esto lo retrasó porque en 1994 estábamos en un año electoral; si el CDC lo hubiera aprobado en 1993 la Facultad podría haber iniciado antes los trámites para elevarlo a la OPP. HUBO que esperar hasta 1995, cuando asumió el doctor Sanguinetti.
En 1995 se solicitaron recursos al Fondo Nacional de Preinversión (FONADEP) para presupuestar un equipo técnico, lo que se logró. El nombramiento del equipo fue polémico, porque fue hecho directamente por la Facultad de Medicina sin mediar concurso.
El decano Touya se basó en casos donde la Facultad había resuelto los temas así. Los estudiantes votamos en contra y en el Consejo de la Facultad defendimos la designación por concurso. Los cargos nombrados directamente por el Consejo se aprobaron y pasaron al CDC; en esa instancia la Federación de Estudiantes Universitarios también votó en contra. De manera que los estudiantes nos manifestamos en contra no de los nombres sino de esa forma de designación de los integrantes del equipo técnico, lo que no nos impidió aprobar la continuidad del proyecto.
El Clínicas en el debate nacional
En 1996 comienza la elaboración del proyecto de prefactibilidad que termina en el mes de junio. El proyecto técnico siempre estuvo conducido por los órganos directivos de la Facultad. Existen aprobaciones de todos los órganos directivos de la Facultad. La Comisión Directiva del Hospital de Clínicas (CDHC) lo desarrolla, lo analiza y aprueba sus postulados básicos, fundamentalmente lo que se llamó la delegación de atribuciones de la CDHC, que era un organismo que conducía las decisiones al CDC. En esa época la CDHC tenía poco poder de decisión. El Claustro de la Facultad también aprueba el equipo técnico, lo felicita y en su declaración reclama que todos los cambios curriculares que se establezcan pasen necesariamente por el Claustro.
Quedó claro que el Claustro iba a ser el encargado de procesar todos los cambios curriculares que existieran en el proyecto Centro Médico. De esa manera la Comisión Directiva, el Claustro de la Facultad de Medicina y el Consejo de la Facultad aprobaron el trabajo. A una propuesta nuestra (ya que no nos quedaba claro el término de reducción de camas) el Consejo de la Facultad de Medicina dice que se va a redefinir ese punto. De manera que en la Comisión Directiva marcamos el apoyo a la delegación de atribuciones, en el Claustro plantemos que los cambios curriculares deberían pasar por él y en el Consejo impugnamos el tema de la reducción de camas. Esos eran nuestros principales cuestionamientos al equipo técnico.
Una vez aprobado el proyecto por estos tres organismos de la Facultad, el mismo pasó por la aprobación del CDC. Los tres órganos directivos de la Facultad lo aprobaron por unanimidad. Además el proyecto fue compartido con todas las clínicas del hospital.
A fines de 1996, con el proyecto de preinversión ya aprobado vino la parte más difícil: convencer al gobierno de que debía endeudarse con el BID. Ahí empezó la pelea de la Facultad de Medicina para que el gobierno elevara el proyecto al BID y lo instalara en la carpeta de proyectos 97-98.
El proyecto fue aprobado y elevado al BID, lo que motivó la visita de una misión de reconocimiento del Banco entre el 6 y 7 de setiembre de 1996 donde se firma un ayudamemoria. La gente que desde el inicio estuvo en contra, que usó la forma de designar el equipo técnico para cuestionar el proyecto ahora tenía una tercera oportunidad para manifestarse en contra, pero esta vez de una forma muy certera porque el proyecto planteaba un cambio de orientación.
El título de cambio de orientación no fue feliz; en ese ayudamemoria del BID se planteaba que el proyecto debía reconducirse hacia la reforma de la formación de recursos humanos cuanticualitativamente y la figura pública no estatal que debía tener el hospital.
La reestructura de la formación de recursos humanos siempre había sido un aspecto del proyecto, simplemente ahora se lo ponía en primer plano.
La figura pública no estatal era uno de los aspectos que traía el informe del área jurídico-institucional, el que tratando de dotar a la CDHC de una mayor autonomía, planteaba una serie de salidas como que el hospital siguiera siendo público y que tuviera una ley -apoyada por los estudiantes- que consagrara su autonomía en cuanto a la gestión y la figura pública no estatal.
No sentimos que se estuviera quebrantando ningún principio, ya que el ayudamemoria no tenía ningún valor en términos de compromiso.
Villar siempre estuvo en contra
El ayudamemoria fue utilizado por los que desde el inicio habían estado en contra y buscaban marcar su discrepancia.
Uno de los detractores más relevantes del proyecto fue el doctor Hugo Villar, autor de un proyecto de reconversión que se planteó en el año 1987 en la propuesta presupuestal para la Universidad. Ese proyecto era muy bueno pero no consiguió financiación. Cuando el nuevo proyecto ya estaba en marcha el doctor Villar apareció en la campaña publicitaria desacreditándolo.
Basándose en el ayudamemoria del CDC, se comienza a hablar de un proyecto neoliberal, que planteaba la limitación y el cobro de matrícula, cuando no se había comprometido nada y esos temas iban a pasar por la resolución del Claustro. Pero todos estos argumentos fueron utilizados para quitarle ritmo al proyecto que iba a empezar a ejecutarse en setiembre de 1998.
Como primera consecuencia, la Facultad perdió el comando sobre el proyecto que pasó a manos de la Universidad, que desde el inicio estuvo en contra del mismo y se cambió la orientación al cambiar el coordinador; la función técnica era sustituida por una Unidad de Preparación del Proyecto, la UPP, que planteaba el nombramiento de un coordinador.
Para ese nombramiento estaban propuestos la economista Celia Barbato, coordinadora del equipo técnico en 1996; el doctor Hugo Villar, que desde el principio estuvo en contra, pero que igual se postuló y el economista González Pose.
La comisión que entendió en el tema y asesoró al CDC en cuanto a quién debía ser el coordinador de la UPP dijo que por los méritos presentados había un empate técnico entre los tres. Analizamos el tema y nos inclinamos por Barbato; ante una situación de empate, lo lógico era orientarnos hacia quien había formulado el proyecto y estaba interesado en él. Sin embargo, el CDC no lo entendió así y alegó un presunto enfrentamiento entre la economista Barbato y el doctor Villar.
Villar quería revitalizar su proyecto de 1987, no el Centro Médico. Entonces el CDC optó por el camino del medio. El coordinador de la UPP tiene un cargo fundamental en el desempeño del proyecto y el economista González Pose manifestó que se encargaría de la coordinación de la UPP pero que los trabajos debían empezar de cero. Eso era negar la continuidad del proyecto.
El economista González Pose manda una nota a Brovetto diciéndole que sus interpretaciones fueron tergiversadas, que no iba a empezar de cero y que consideraba importantes los aportes del equipo técnico. Sin embargo, el inicio de la UPP marca una reconsideración de todos los temas planteados por el equipo técnico en el proyecto de prefactibilidad aprobado por el gobierno en 1996. La gente que asumió la UPP planteó serios cuestionamientos y reconsideró todos los temas. De manera que a pesar de que el proyecto siguió una línea continua en el tiempo, en los hechos se cortó.
En 1997, cuando se hizo el llamado abierto, los técnicos planteados por el equipo tuvieron las mejores calificaciones. De manera que la Facultad no se equivocó en la designación de los técnicos. En la nueva UPP hubo gente que estaba en contra del proyecto, como la doctora Graciela Ubach.
La discusión en el SMU
La ejecución del proyecto estaba planteada para setiembre de 1998; estamos terminando 1999, la elaboración y concreción está retrasada y el CDC nunca ha planteado una evaluación de lo que está haciendo la UPP. La Facultad se desinteresa, pierde el liderazgo y éste pasa a la Universidad.
La UPP jamás concurrió al Claustro, organismo que había quedado comprometido a hacer los cambios curriculares.
En consecuencia, el Claustro no tiene idea de en qué está el proyecto. La Facultad de Medicina está en segundo plano, los órganos directivos de la Facultad y los profesores del Clínicas también lo están, y el hecho de que la Facultad de Medicina pueda evaluar un equipo que está trabajando para la reconversión del hospital me parece un profundo error.
Por algo el SMU plantea el debate una vez más.
No estamos pidiendo la renuncia de la UPP ni queremos que se retome el proyecto a partir de lo que había en 1997. Eso es imposible, la Universidad no vuelve atrás y tampoco los cambios. Pero las reglas de juego de este equipo técnico no son las mismas que tenía el anterior. Creo que la Facultad de Medicina debe retomar el liderazgo, esa es una exigencia que debemos volver a plantear y que planteaba el decano Calegari. Negar que la conducción de un proyecto de reconversión del Hospital de Clínicas sea de la Facultad de Medicina es negar la importancia que el acto médico tiene en todo hospital.
En segundo lugar la participación de los órganos directivos de la Facultad debe darse como se marcó en 1997. El Claustro es el organismo idóneo en la reforma del plan de estudios. El proyecto de refundación debe implicar un cambio no sólo en la gestión sino en los recursos humanos en la salud.
Lo decía Touya: «Pintar las paredes, arreglar los baños es como reestructurar una cáscara vacía». El Hospital de Clínicas tiene problemas de arquitectura pero son solamente una parte. Oí con tristeza a miembros del Comité Ejecutivo que preguntaban cómo podía ser que cuando se planteaba la reforma de un hospital universitario se tocaran temas curriculares y de recursos humanos en salud. ¿De qué estamos hablando? ¿Es un hospital universitario encarado a asistencia, docencia e investigación o no?
La única que ha conducido el proyecto desde el 93 hasta el 97 ha sido la Facultad de Medicina, y desde el 97 hasta hoy ha habido un empantanamiento de los procesos. La ejecución fue planteada en setiembre del 98, estamos a fines del 99 y todavía no existe una viabilidad clara del proyecto.
¿Cómo ven el tema del Sindicato Médico?, ¿cuál es la exigencia hacia el SMU?
La Asociación quiere que la Facultad retome la conducción del proyecto, pero debe buscar aliados ya que hemos quedado solos y la Facultad no ha tomado las cosas como debiera.
El decano Calegari planteó que el proyecto debía volver a Facultad pero todavía no se vislumbra un fuerte cuestionamiento. Los estudiantes estamos planteando que el Sindicato Médico sea un aliado nuestro en este tema; pero la discusión cuesta muchísimo.
Un Comité Ejecutivo llamado especialmente para discutir el tema Hospital de Clínicas no lo discutió, está en las actas. Sin embargo, se planteó una jornada de debate para dentro de unos meses.
Estamos de acuerdo con ese trámite, pero cuestionamos la carta que venía de la Comisión de Asuntos Universitarios (CAU), que viene firmada por Banchero, pero que parece que no la escribió él; eso dio motivo a la postura que también votó todo el Ejecutivo por unanimidad, de reunirse el día jueves 11 para discutir sobre este tema.
/