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La exquisita memoria del Dr. Edmundo Gómez Mango sobre Noticias en la pre-dictadura
«Bella expresión de vida del SMU»
El Dr. Edmundo Gómez Mango es un prestigioso psiquiatra, psicoanalista y docente de letras, exiliado en París desde 1976. Fue jefe de la Clínica Psiquiátrica y profesor de Literatura y Psicoanálisis en la Universidad de París VII. Acaba de publicar La plaza de las madres, en la colección Conocimiento del Inconsciente de la editorial Gallinard, dirigida por J.B. Pontalis. Gómez Mango fue redactor responsable de Noticias entre 1969 y 1970. «No quise estar fuera de un hecho tan importante como los 100 números de mi querida revista», señaló al anunciar su entrañable colaboración.
París (14/9/99). Queridos amigos del SMU: con emoción, con agradecimiento y sintiéndome honrado por haber trabajado para Noticias, me dispongo a colaborar con la publicación del emblemático número 100 de una segunda época que me tuvo como esporádico e interesado lector. La primera constatación es que el tiempo pasa inexorablemente y que mi memoria no ha retenido todo aquello de lo cual quisiera hoy disponer para enfrentar la tarea de evocar mi humilde participación con la obra, ya más que centenaria (si sumamos los números anteriores a 1985), de una de las expresiones más bellas y significativas de la vida del SMU.Cometas sobre los muros
Debo remontarme -pero como una cometa poco ágil y algo perezosa- a los años 69 y 70. Noticias se manifestaba entonces como un boletín mensual. Durante ese período fui el redactor responsable. ¿Por qué me vinculé a ese trabajo editorial? Como muchos compañeros de mi generación, joven médico, con tareas docentes en la Facultad de Medicina (era adjunto de la Clínica Psiquiátrica), nos acercábamos al gremio, al sindicato, como un medio de vinculación, que sentíamos como necesario, con el entorno social y político en el que vivíamos. Pensábamos que la función médica no podía replegarse al recinto privado del consultorio: necesitábamos dialogar con la sociedad y en primer término con nuestros colegas médicos.
Queríamos participar de la vida común, comunitaria, de un grupo de personas aunadas por una profesión y una responsabilidad que nos otorgaba la profesión médica y que debíamos hacer crecer y conquistar en el trabajo cotidiano, defendiendo, a la vez, los intereses de la profesión y los de la salud pública. Pretendíamos que ambos debían coincidir: así lo habíamos aprendido en la Facultad de Medicina, donde además de formarnos como médicos, nos habíamos formado como universitarios y como ciudadanos.
La AEM de entoncesLa Asociación de los Estudiantes de Medicina, la querida AEM de la calle Uruguay, y la Federación de Estudiantes Universitarios, nos habían proporcionado la ocasión de forjarnos en el debate de ideas, en la discusión de las asambleas, en el calor de las manifestaciones callejeras. Acercarnos al SMU, colaborar en alguna de sus múltiples tareas gremiales, nos parecía una forma adecuada de proseguir esa doble vida, profesional y social, que nos parecía necesaria. Yo, por mis aficiones personales con lo literario -enseñaba literatura en el Instituto de Profesores Artigas- me incliné por trabajar gremialmente en Noticias. Eran los años de la predictadura.
Noticias y el sindicalismo democrático
El ambiente social y político del país estaba convulsionado, se presentía lo peor, que no tardó en producirse, con el golpe de estado del 73. Las posiciones del SMU, fiel a sus tradiciones democráticas, eran firmes, incondicionalmente a favor del diálogo con las fuerzas vivas y progresistas del movimiento sindical nacional, y librando, junto a la Universidad y todas las instituciones de la enseñanza, una dura batalla contra los ataques que amenazaban la autonomía y la dignidad de la educación pública.
Noticias no quería permanecer ajena al combate, y decidimos que en primera página, debajo del título de la publicación, figurara siempre la cita de una frase de Artigas, que nos parecía de una vivísima actualidad : «La cuestión es solo entre la libertad y el despotismo». Noticias no pretendía apoyar ninguna de las corrientes políticas que se enfrentaban en aquel entonces en la escena nacional, pero hacía suyos los ideales inherentes al sindicalismo democrático, y a las exigencias irrenunciables que todo hombre de cultura debía defender cuando se amenazaban las posibilidades mismas de la convivencia social y de la libertad de pensar.
Para la libertad
Noticias salía mensualmente, y debo confesar que yo no disponía de mucho tiempo para dedicarle. Nos reuníamos, quizás una vez por semana, en el local sindical de la calle Colonia, en torno a una mesa del lindo bar del primer piso.
El equipo de redacción estaba regularmente constituido por Anselmo De Simone (el «Gaucho», le decíamos) que era el cronista corresponsal, Antonio Turnes y Raúl J. Scoseria, que proporcionaban una ayuda inestimable, César Zignago que resolvía los problemas de diagramación. Héctor De Leone se encargaba más específicamente de la edición científica.
Mi labor se reducía a escribir algunos editoriales, a establecer las prioridades de las informaciones gremiales en contacto con el Comité Ejecutivo del SMU. En aquella época el Dr. Omar Barreneche era su presidente, donde también estaban Tabaré González, Julio Ripa, Ricardo Caritat (entre otros). Recuerdo con placer diálogos, a propósito de alguna publicación, con Efraín Margolis.
Noticias pretendía reflejar la convulsionada vida de la época. Como en el far west, fue un título de primera página que relataba minuciosamente el ataque policial a la Facultad de Medicina, en setiembre de 1969, y en el que resultara herido de gravedad un estudiante. En el mismo número, teníamos el honor de publicar el discurso de Pablo Carlevaro cuando asumía el decanato de la Facultad de Medicina, verdadero manifiesto de la tradición de libertad evocada en la figura de Artigas y en la del gran poeta de la resistencia francesa Paul Eluard (leyó una parte de su célebre poema dedicado a la libertad). Escribí dos editoriales que reflejan la angustia, la agonía, de la vida social de aquellos años: uno se intitulaba «La intervención y la tortura».
La intervención de la enseñanza ya había comenzado en su nivel medio, y era muy claramente una maniobra preliminar para la intervención de la Universidad. La tortura, por otro lado, se extendía en forma alarmante al comienzo de 1970.
En el mismo número, publicábamos un reportaje al Prof. Julio Arsuaga sobre el tema. Insistíamos sobre esas realidades que avasallaban la democracia nacional con otro título de primera página: «¡Muera la cultura! repite el fascismo. ¡No pasarán! responde el pueblo», y se transcribía la declaración del Comité Ejecutivo del Sindicato Médico del Uruguay sobre la intervención de la Enseñanza Secundaria.
«Si Dios llegara a visitar la casa»
Noticias también se ocupaba de la realidad de nuestros hospitales a través de una serie de reportajes. «Un naufragio en el infierno. Cuadros de una horrible exposición», se llamó un editorial en el que yo narraba una visita, hecha con un grupo de estudiantes de sexto año de la facultad que habían querido conocer el viejo asilo.
Fue también para mí, que trabajaba en él desde hacía años, descubrir el horror de lo cotidiano. Iba en primera página, un desgarrador poema de un poeta uruguayo que había estado hospitalizado, Saúl Pérez Gadea: «Si Dios llegara a visitar la casa». También recuerdo un excelente reportaje que nos brindara Hugo Villar sobre la creación del Centro de Tratamiento Intensivo del Hospital de Clínicas, que en aquel período él dirigía.
En fin, la dureza de los tiempos no impedía la celebración de la solidaridad médica. Noticias visitaba la Colonia de Vacaciones del Balneario Solís, y dialogaba amablemente con los doctores Mario Medina, José Manuel Cerviño, Horacio Gutiérrez Blanco, entre otros. La Colonia festejaba sus diez años de funcionamiento. El reportero encontró sobre una mesa de juego un esbozo de poema escrito por uno de los niños que empezaba así: «Una mañana de hace diez años / el Sindicato compró este Hotel».
Brindis por la memoria
Hace ya tiempo que no me dedico a la tarea editorial de revistas médicas. La tarea debe ser más complicada que la edición del boletín que acabo de recordar. Pero imagino que mantener viva la memoria de una tradición en las que tantas generaciones de médicos uruguayos se han formado debe seguir siendo uno de los ideales orientadores de esa actividad. Es lo que esta breve nota ha querido celebrar como homenaje a los 100 números de la tan querida publicación. Felicitaciones. Mi cordial y entrañable abrazo.
Edmundo Gómez Mango
E-Mail: Edmundo.Gomez@wanadoo.fr