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Crónica de una pasión irreverente
Del mítico Boletín del SMU, creado en 1920 por el Dr. Mario Simeto, organizador e ideólogo del naciente gremio médico, a la combativa Acción Sindical concebida en 1934 por el empuje de Carlos María Fosalba, existe una emocionante evolución de las publicaciones que precedieron a Noticias. La búsqueda de fuentes reconoce una pasión irreverente, siempre atenta a compartir puntos de vista diversos sobre la profesión médica y los profesionales de la primera mitad del siglo.
por Armando Olveira
l primer antecedente de
publicación masiva del Sindicato Médico del Uruguay se
remonta a la fundación del gremio, en 1920, cuando
liderados por el Dr. Mario Simeto lanzaron un tabloide,
el Boletín del SMU, como un repartido mensual, a una
tinta, de contenido coloquial, anecdótico y fuerte
perfil humorístico.Entre sus colaboradores se destacaban figuras como Atilio Narancio, Elías Regules, Santín Carlos Rossi, Justo M. Alonso, Carlos Butler, Rafael Schiaffino, José Bonaba y el presidente de la institución, Augusto Turenne.
«En aquel momento, el médico era un personaje de gravitación política y social; como corporación, el Sindicato luchaba contra el ejercicio ilegal de la medicina, contra la explotación profesional y en favor de mejoras salariales», dicen las estudiantes de Ciencias de la Comunicación, Gabriela Cabrera y Giovanna Ciarlariello, autoras de una investigación sobre los medios de comunicación del SMU.
El Boletín transformaría radicalmente su estilo, a partir del controvertido despido del Dr. Pablo F. Carlevaro, a quien la institución Fraternidad había degradado a la humillante situación de ser vigilado por un chofer. El episodio provocó una fuerte ola de cambios dentro del joven gremio, porque «el colega no había sido correctamente defendido». Carlevaro fue el último director del Boletín.
En contraposición se destacaba la solidaridad de la Asociación de los Estudiantes de Medicina. Entre los defensores de Carlevaro figuraba un dirigente universitario que luego sería factor fundamental para la modernización del gremio médico: Carlos María Fosalba.
En 1934, el impulso renovador de Fosalba fue llevado a la imprenta por su compañero de lucha, el Dr. José Alberto Castro. La antigua sede de la avenida Uruguay se transformaba en la redacción de Acción Sindical, nombre elegido por Castro para la publicación.
Con una tirada de 3.000 ejemplares, este periódico artesanal y de frecuencia irregular, planteaba la dramática mutación que por entonces ya se gestaba en la profesión médica.
«Fosalba llegó para cambiarlo todo: formato, edición y contenidos... creía que el Sindicato era una casa muy virtuosa, donde se hacía poco. El nombre Acción Sindical retrataba un vigoroso intento de recuperar el peso de la tarea colectiva y con la voluntad de pasar de la observación a la acción», recuerda el Dr. Antonio Turnes, investigador de la vida del histórico dirigente.
Fosalba venía de dirigir El Estudiante Libre. Sabía lo que era una edición combativa y solidaria, y cómo enfrentar a la dictadura terrista instaurada en 1933. La nueva publicación del SMU tendría su impronta.
Acción Sindical se editaba en formato medio tabloide, moderno para el periodismo gráfico de los '30. Era distribuido entre los 600 socios del SMU y trabajadores del sector, para «informar acontecimientos, ser tribuna para el análisis de los problemas gremiales y profesionales, discutir propuestas, ser el medio de difusión de las denuncias sobre conductas desviadas del Ministerio de Salud y de los médicos serviles que se prestaban a sus objetivos».«Cuando uno lee hoy su contenido, nota ingenuidades formales pero un rico contenido. Recuerdo el deleite que significaba encontrar firmas como las de Chifflet, Praderi, Cassinoni, Yannicelli o el mismo Fosalba», recordaría en 1994, el psiquiatra y dirigente político, José Pedro Cardoso.
A propuesta del secretario de redacción, Dr. Julio R. Marcos y del administrador, Br. José Suárez Meléndez, en 1935 se estableció un sistema de distribución con 50 nuevos centros ubicados en hospitales, sanatorios, Parlamento, gremios y en el Sindicato de Canillitas. «Es imprescindible que los médicos compartamos nuestra opinión con el resto de la población sobre políticas de salud y formación profesional», fue el argumento de Fosalba.
A mediados de los '60 fue perdiendo regularidad, páginas y el objetivo de compartir un punto de vista médico con toda la población. Se pasó de aquella gran tirada a una menor, exclusiva para los socios del Sindicato. Acción Sindical dejó de salir en 1967.
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