jueves 5 de diciembre de 2024
Como todos los 3 de diciembre, medicas y médicos celebramos nuestro el día.
Este año, además del tradicional reconocimiento a las socias y socios que pasan a ser honorarios, se entregaran los premios de la Revista Médica del Uruguay (RMU), evento en el que recordaremos al Prof. Dr. Felipe Schelotto.
La RMU cumple 50 años de existencia y nos llega de orgullo por su aporte constante a la cultura y la formación de la comunidad médica.
Esta instancia nos encuentra en una coyuntura especial: estamos en medio de una transición democrática que es ejemplo para la región y el mundo.
A pesar de que los meses transcurridos han sido duros y difíciles para el sindicato, las circunstancias nos llevan a mirar hacia el futuro inmediato.
Para proyectar este futuro y tras la experiencia de la pandemia, se hace necesario una puesta a punto del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), observar los indicadores de salud más relevantes y plantearse nuevos objetivos.
El país tiene un gasto en salud cercano a los 9 puntos y medio de su PBI y puede compararse con los mejores guarismos a nivel internacional.
Por otra parte, el SNIS es una excelente plataforma desde la cual plantearse un conjunto renovado de medidas y reformas en función de los nuevos objetivos, que permitan asegurar una cobertura de calidad, acceso universal y en condiciones de equidad.
Este conjunto de medidas y reformas deberá abarcar un amplio abanico de temas trascendentes como, por ejemplo:
- su diseño organizacional
- su financiamiento
- la formación de sus recursos humanos (pregrado y posgrado), en este sentido es necesario revisar el régimen de residencias con una mirada amplia.
- la permanente incorporación de tecnología para diagnósticos y tratamientos
- las condiciones laborales
No estamos pensando en refundar todo.
Insistimos en que el SINS es un excelente punto de partida. Pero somos conscientes de la existencia de dificultades; algunas de carácter estructural, otras que responden a decisiones políticas y otras que son atribuibles a las particularidades de la gestión de cada prestador.
Sin duda, debe abrirse un intenso, pero acotado período de diálogo y negociación entre muchos actores públicos y privados.
Hay medidas que seguramente lleven su tiempo de implementación, pero hay otras que no admiten demora.
Nos preocupan particularmente dos temas: las consecuencias sanitarias que surgen de los porcentajes de infantilización de la pobreza y la salud mental.
Aquí también hay acciones que necesitan tiempo y otras que no se pueden demorar. No en vano, durante todo el año, muchas de nuestras reivindicaciones y luchas concretas tuvieron que ver con el Hospital Vilardebó y el Centro Hospitalario Pereira Rossell.
Es claro que el SMU como gremio tiene como preocupación inmediata pelear por condiciones laborales dignas para el colectivo médico. En este sentido, nos preocupa y ocupa mucho el bienestar de nuestro colectivo y, sobre todo, el de las médicas jóvenes que, en porcentajes muy significativos, trabajan en relaciones laborales precarias.
No podemos dejar de mencionar el reciente y persistente conflicto que tiene como protagonistas a residentes de pediatría.
Es necesario aquí hacer un alto para pensar en el régimen de residencias a partir de algunos supuestos que entendemos incontrovertibles.
Por un lado, el convencimiento de que la calidad de la asistencia mejora en cualquier nivel asistencial cuando hay residentes y médicos, cuando hay docencia, cuando existe discusión de casos clínicos e intercambio entre todas las partes.
Por otro, comenzar a pensar que la residencia no debe ser un calvario laboral. Es fundamental modificar el paradigma romantizado de que la residencia vale más por el sacrificio que implica, que por la persona que forma. Hay un elemento cultural que, como sabemos, es difícil de cambiar. Los residentes son trabajadores médicos y como tales se les debe mejorar y respetar sus derechos: su salario, su descanso y sus licencias.
Nos importa resaltar que el SMU nunca ha reducido su ámbito de actuación -ni lo hará- a cuestiones netamente salariales. Siempre ha colocado en el centro de sus preocupaciones la calidad de la atención y la salud pública.
El SMU es una organización centenaria, que quiere y debe ser parte de las soluciones a los problemas que debemos afrontar como sociedad en esta nueva etapa.
Como colectivo médico saludamos, también, a las otras organizaciones de colegas y sociedades científicas que nos acompañan en este camino.