martes 21 de abril de 2020
Educarse en ciencias en Uruguay ha sido siempre una tarea muy difícil, incluso en nuestros días, con programas de posgrado establecidos y reputados como el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) y la Comisión Académica de Posgrados (de la Universidad de la República, Udelar), y en entornos mucho más favorables en cuanto a financiación de proyectos y disponibilidad de becas de maestría y doctorado. Los científicos1 más veteranos fuimos formados en un período de extrema escasez de recursos para la ciencia, por lo que hacíamos malabares con lo que disponíamos para poder avanzar en nuestros proyectos científicos. Los más jóvenes, con mejores condiciones de trabajo y mejores fondos para apoyar sus investigaciones, están todavía muy lejos de tener las posibilidades de financiación con las que cuentan sus colegas en los países del primer mundo. Es así que Uruguay ha creado, sin darse cuenta, una masa crítica de científicos con muy alto ingenio y creatividad.