martes 27 de mayo de 2014
Durante la jornada, expuso la gerente general de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Alicia Ferreira, quien contó la experiencia del prestador público con el desarrollo del programa Siembra por el que se instauró la historia clínica electrónica en los médicos de referencia del primer nivel de atención.
En ese contexto, contó que observaron que su implementación todavía es «muy baja» ya que hay «110.000 historias clínicas electrónicas ingresadas pese a que hay 1.200.000 usuarios». «A dos años de la implementación el uso es muy bajo», dijo Ferreira.
La médica añadió que han tenido algunas «dificultades» como que «los médicos dicen que les insume más tiempo que escribir en papel» o que «hay falta de motivación económica». Los médicos también plantearon que se necesita más capacitación y mejorar su usabilidad.
Durante el intercambio con el auditorio, varios participantes hicieron hincapié en esos aspectos, en que muchas veces la historia clínica electrónica complica la relación médico-paciente o entorpece la consulta. Otros, en tanto, indicaron que una vez que se logra generar la costumbre de cargar los datos de forma electrónica, se mejora la calidad de la atención.
«El desafío por delante es incorporar a otros profesionales en el primer nivel, fortalecer la mesa de ayuda, mejorar la usabilidad para un diseño más amigable y estamos trabajando en que el variable del primer nivel de atención esté asociado al llenado de historia clínica electrónica», agregó Ferreira.
Por su parte, el médico y profesor agregado de métodos cuantitativos, Juan Gil, señaló que es importante «permitir al médico sentirse cómodo en la atención y traer información de contexto, debe permitir atender bien a un paciente». Según dijo, esto «ayuda a mejorar la seguridad del paciente, por ejemplo en cuanto a la elección de tipo de dosificación de drogas y aboliendo errores en dispensación de fármacos».
El otro objetivo que se puede conseguir es «tener una epidemiología de la población y comenzar a conocer la carga mórbida de la población que se asiste».
El especialista en salud pública e integrante del Fondo Nacional de Recursos, Óscar Gianneo, se enfocó en contar la experiencia de divulgación de información pública de resultados. «Estos reportes que están disponibles, dan experiencia comparada por prestador», señaló. Agregó que «hay que trabajar mucho por hacer la información entendible para el ciudadano, focalizándose en aquellos indicadores que respondan a prioridades que sean colectivas», añadió.
En tanto, el ex presidente del Fondo Nacional de Recursos Homero Bagnulo, señaló que hay que pensar en «quién se beneficia con la publicación de resultados». «La gente común no consulta, se guía por lo que dicen los médicos. Se debe educar a los pacientes», añadió.
Bagnulo recordó que años atrás se hizo una auditoría de historias clínicas de pacientes con hipertensión y diabetes que dio que solo el 12% de esos pacientes tenían anotada en su historia clínica la medición de presión. «Nuestro país tiene un problema importante con el llenado de historia clínica», añadió.
A su turno, el médico Luis Russo indicó que la implementación de historia clínica electrónica tiene «ventajas» puesto que genera «alto valor estadístico, epidemiológico, mejora la seguridad del paciente, y es auditable».
«Creo que implícitamente cuando uno impone un sistema de este tipo, cuando se impone a cirujanos poner en letra legible lo que estamos haciendo, eso genera un compromiso con el enfermo y evita que en el apuro no pongamos nada o muy poca cosa», indicó.
La mesa redonda, que fue moderada por uno de los coordinadores del Grupo 4, el médico Álvaro Margolis, finalizó con una exposición del ingeniero Jorge Forcella, responsable del programa Salud.uy que intenta establecer una historia clínica nacional.
«Yo creo que el planteo central es si sirve o no sirve la historia clínica electrónica. El planteo se origina en el registrar o no registrar. Se que es algo esencial para la buena continuidad de la atención más allá de la tecnología que se utilice», señaló.
Agregó que «el gestor quiere tener muchísimos datos, pero por otro lado alguien tiene que meter esos datos en la máquina, y por tanto a medida que se complejiza se desestimula el uso». «La función del médico es atender al paciente. Si la historia clínica es un obstáculo para eso no sirve, por eso ese es uno de los desafíos más grandes», concluyó.
Sobre el final, varios médicos que estaban en el auditorio intercambiaron sobre los desafíos de incorporar la historia clínica electrónica y reportar resultados.
La jornada continuó con una mesa sobre participación de los usuarios y su rol, para mejorar la calidad de la atención médica.