viernes 13 de marzo de 2020
A raíz de la pandemia de COVID-19 (coronavirus) y su impacto en los diferentes sistemas de salud de los países, Ser Médico entrevisto al Dr. Luis Núñez, Presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI).
La SUMI lidera el Grupo de Trabajo Intersociedades científicas y cátedras quienes elaboraron un documento para el manejo del COVID-19 que se encuentra en permanente revisión y construcción.
¿Cuál es la posición de la Sumi al respecto del Covid19?
La SUMI ha mantenido una posición proactiva, realizando un análisis de la información desde el momento en que la misma estuvo disponible hasta el momento actual.
Entendemos que COVID-19 representa un desafío muy importante para todo el sistema de salud, y en particular para el área de medicina intensiva, tal cual lo están experimentando los países europeos (fundamentalmente Italia y España) y también la experiencia en China, que, pese a que han disminuidos los contagios, en las áreas críticas aún hay una gran cantidad de pacientes gravemente enfermos.
En base a esto se hemos insistido y seguimos insistiendo ante las autoridades de salud pública de la necesidad de realizar un diagnóstico real de la situación, en el cual estén todos los prestadores del país involucrados.
Muchos de los intensivistas ya vivimos la pandemia de Influenza A H1N1, en la cual las UCI se saturaron de pacientes. El panorama actual es más complicado, ya que se trata de una enfermedad nueva, sobre la cual no existe prevención mediante vacunas, por lo que todos estamos expuestos, y en particular los trabajadores sanitarios.
La OMS denominó “pandemia” a la situación mundial referida a este virus, ¿qué implicancias tiene esto?
Es una declaración que varios epidemiólogos y otros especialistas reclamaban a la OMS antes inclusive que la enfermedad se empezada a diseminar en la forma en que lo hizo. Al día de hoy (11/03) existen 110 países afectados en todos los continentes, y día a día se suman nuevos casos en otros países.
En lo que es la asistencia no cambia, no significa que el virus tenga otro comportamiento, pero sirve porque ayuda a tomar conciencia del problema.
Por un lado, obliga a los organismos de salud pública de los gobiernos a adoptar medidas urgentes, y agresivas para combatir la enfermedad y mitigar su impacto. Esto puede servir como catalizador de procesos que en algunos casos se estaban desarrollando de forma más lenta y que en caso de nuestra especialidad reclamamos una mayor celeridad en las respuestas.
Además realza la importancia de la enfermedad en la sociedad; obviamente se debe acompañar de una campaña informativa que apunte a una colaboración entre todos, es fundamental adoptar una actitud empática, evitando caer en pánico, que lleva a conductas disruptivas que a la postre nos perjudican a todos (por ejemplo el uso indiscriminado de mascarillas, sin seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias).
El Grupo de trabajo intersociedades científicas y cátedras publicó una “guía clínica para el tratamiento de Covid19”, ¿cuál es el propósito?
El propósito inicial es el de estandarizar las acciones tanto en la parte diagnóstica, como en las medidas de prevención, basados en el análisis de múltiples trabajos científicos y recomendaciones de organismos y organizaciones internacionales.
Creemos que es fundamental por un lado para realizar un uso racional de los recursos, dar seguridad a los trabajadores y pacientes, y apoyar a las autoridades sanitarias.
¿Cómo ve la SUMI la situación en Uruguay?
Hoy el escenario es incierto, por el momento no se han registrado casos, pero creemos que es seguro que los mismos se van a presentar en los próximos días.
La incertidumbre deriva del comportamiento que puede tener la enfermedad y la capacidad de control, que como sociedad (toda) podamos hacer.
Lo que es seguro es que debemos actuar en forma coordinada y realizar los máximos esfuerzos para realizar un correcto diagnóstico de situación para saber de donde partimos, solo así podremos saber cuáles son las debilidades y fortalezas de nuestro sistema. Es necesario implementar planes de contingencia en todo el país que den respuesta a esta enfermedad.
Entendemos que es imprescindible realizar un monitoreo activo de todos los recursos, realizar previsiones en los stock de insumos y allanar los caminos que faciliten la compra de los mismos. También es necesario realizar una planificación adecuada de los recursos humanos, en nuestro país a diferencia de los europeos a asiáticos, el multiempleo es común, si bien mejoró en los últimos años, es habitual que un trabajador sanitario trabaje en 2 o 3 lugares, incluso más en el caso de los médicos que realizan suplencias.
¿Qué porcentaje de casos ustedes entienden que terminarían en Cuidados intensivos?
Si tomamos en cuenta los datos en China, que son los que hasta el momento han registrado más casos, se estima que la necesidad de ingresos a cuidados intensivos está en un rango de 5 a 10% de los afectados. No obstante, es una cifra que merece reparos, en otros países han ingresado un porcentaje mayor y en otros menos. Estas diferencias están dadas por la capacidad de diagnóstico, las diferencias en las pirámides poblacionales (en nuestro país tenemos una población envejecida), la cultura, los sistemas de salud, los criterios de ingreso, etc.
Lo que resulta claro es que la necesidad de camas de cuidados intensivos va a ser mayor que en otros años. Estimamos un aumento en la demanda que puede llegar al 25%. También hay que tener en cuenta que no es solo la demanda en número, sino la demanda en tiempo (más número de camas, más días cama).
¿Qué es lo esperable o lo más habitual sobre esta enfermedad, casos leves o graves?
Los reportes han sido consistentes en que la mayoría de los casos son leves, esto significa que los pacientes tendrán pocos síntomas, y no requerirán de internación, si de seguimiento.
De ahí la importancia del autocuidado, adoptar hábitos de higiene recomendados y algo fundamental es la tranquilidad al momento de la consulta, priorizando siempre la permanencia en el domicilio y evitar en lo posible la concurrencia a puertas de emergencia.
Como sucede en otras enfermedades, la población más añosa y aquella que tiene enfermedades crónicas, tiene más riesgo de desarrollar cuadros graves, ya que parten de una reserva funcional afectada y su capacidad de respuesta ante enfermedades agudas, y en particular las infecciones, está disminuida.
¿Cómo se debe tratar un caso grave de Covid19 en cuidados intensivos?
Estos pacientes requieren un intenso sostén de sus funciones vitales, en particular la función respiratoria. La insuficiencia respiratoria severa, con desarrollo de un cuadro que se denomina distrés respiratorio, es la forma de presentación más común.
El sostén que se realiza en UCI implica la conexión del paciente a asistencia respiratoria mecánica, aplicando estrategias de ventilación específicas, que son dominio de todos los intensivistas. Es por eso que resulta fundamental contar con respiradores en número suficiente.
Existe un porcentaje menor que desarrolla fallas en otros sistemas, por lo que requieren un apoyo más complejo (cardiovascular, renal, hepático, hematológico). A esto se suma la descompensación de las enfermedades crónicas que pueda tener el paciente.
Además, requieren analgesia, sedación, nutrición adecuada, prevención de lesiones etc.
¿Cuáles son los principales aspectos que debemos informar a la población sobre toda la situación generada alrededor del COVID-19?
Hay varios aspectos, destacaría 2:
1) Adoptar las medidas de prevención adecuadas.
Son medidas simples, que muchas veces las personas desestiman o no confían por lo simples que son, sin embargo, son de extrema importancia.
Es fundamental el lavado de manos, con agua y jabón, no es necesario la aplicación de otros productos. Se tiene la visión de que el alcohol en gel es superior, pero no es así. Por otro lado, existe una técnica correcta en la higiene de manos, que se debe aplicar. Existen múltiples sitios y tutoriales, partiendo por las recomendaciones del MSP y la OPS/OMS.
No realizar un uso indiscriminado y sin sentido de las mascarillas quirúrgicas. Existe una “contaminación” de imágenes a través de los medios de comunicación, de las medidas que se aplican en otros países que no están en la línea de las directrices de la OMS. La mascarilla solo la debe utilizar la persona que presenta síntomas, los que cuidan a personas sintomáticas y los trabajadores sanitarios. Vemos con preocupación como se utilizan máscaras con filtro (tipo N95, FFP3), las cuales representan un insumo fundamental para los trabajadores de la salud y no son necesarias para la población en general. Se difunde la falsa creencia que esta enfermedad se trasmite por vía aérea (aerosolización de partículas), cuando el principal riesgo es por contacto.
También hay otras medidas como no concurrir a lugares donde exista aglomeración de personas, evitar viajes que no sean necesarios a lugares donde se esté produciendo una propagación activa del virus en la comunidad etc.
2) Confiar en los trabajadores de la salud y en las recomendaciones que ellos hacen.
Va de la mano con lo anterior, pero lamentablemente, la masividad de información y sobretodo de mala información, hace que las recomendaciones adecuadas queden relegadas por otras que buscan generar pánico o sensacionalismo.
Los profesionales sanitarios debemos ser sinceros, e informar objetivamente sobre el transcurso de la enfermedad y los retos que supone, los cuales son dinámicos, y exigen adaptaciones, que pasan por definiciones de caso, ajustes en pautas de tratamiento y otras medidas.
Nunca tenemos la respuesta a todo, siempre existen incertidumbres (no las debemos ocultar), el aprendizaje es continuo.
Una pregunta recurrente es si estamos preparados para enfrentar a COVID-19, como si esto fuera una solución a las incertidumbres que plantea la epidemia.
Ningún país está preparado para una pandemia grave, todos atraviesan dificultades, algunas comunes a todos, otras particulares, los ejemplos sobran, día a día lo informan los propios afectados.
Los médicos en general y los intensivistas en particular debemos estar en una preparación constante, siempre buscando lo mejor ante cada situación que se nos plantea