En memoria del Dr. Vladimir Roslik a 41 años de su asesinato

En memoria del Dr. Vladimir Roslik a 41 años de su asesinato

martes 15 de abril de 2025

El 15 de abril de 1984, el Dr. Vladimir Roslik vivía en la ciudad San Javier (Río Negro), con su esposa y su hijo de pocos meses, cuando fue secuestrado —durante la madrugada— en un operativo realizado por las Fuerzas Armadas.

Junto a otras seis personas fue trasladado y torturado en el Batallón de Infantería N° 9 de Fray Bentos. Finalmente, muere el 16 de abril a causa de las torturas recibidas. Este fue el último asesinato de la dictadura. 

Recién en el año 2023 se pudo imputar a algunos militares que habrían participado en su secuestro y asesinato.

La búsqueda de la verdad y la justicia no genera divisiones en el accionar gremial posdictadura del Sindicato Médico del Uruguay. Es una causa de lucha continua.

A 41 años de su muerte, compartimos fragmentos de los testimonios de dos gremialistas que fueron protagonistas del homenaje que se le hizo en el Parlamento en 1999: Dr. Roberto Avellanal y Prof. Dr. Raúl Praderi.

Todavía quedan jueces en Berlín: Dr Roberto (Beto) Avellanal

(…) la historia del esclarecimiento de su muerte es una crónica de héroes y villanos, de abyecciones y dignidad… pero sobre todo hizo asomar la dignidad de un gremio, personificada en aquellos que a costa de su seguridad personal e incluso de su propia vida, hicieron surgir la verdad encapsulada por la infamia. Como para volver a decir: «Todavía quedan jueces en Berlín».

Vladimir fue un hombre bueno, solidario. Trabajaba en San Javier, una comunidad rural del departamento de Río Negro. La brutalidad de los hechos provocó una gran repercusión en 1984, tanto a nivel nacional como internacional. El hecho conmovió a la sociedad uruguaya y la opinión pública continental.

Por primera vez en la historia, el gremio médico denunciaba públicamente a quienes violaron los derechos humanos durante la dictadura y la desgraciada participación de titulados de la Facultad de Medicina (me niego a llamarlos colegas) tanto en torturas directas como en asistencia «técnica» a torturadores (aunque el término es aberrante, en la práctica fue así).

Fue una infamia lo que se hizo con él: Prof. Dr Raul (Mincho) Praderi

Cuando se comete una injusticia, no existe izquierda, derecha o centro. Existe la solidaridad humana y el afán de justicia y verdad. Sería un inmoral si me callara porque el difunto era ruso o había estudiado en Moscú.

La situación se agrava humanamente, porque secuestraron de su casa a un hombre joven, recién casado y con un hijo chico. Se lo llevaron a las tres de la mañana, para torturarlo hasta la muerte. Un disparate.

No hay ideología para plantarse firme contra la injusticia. La muerte de Roslik fue espantosa, desde donde se lo mire. Si hubiera sido comunista, también debe ser considerada una canallada. Es inmoral perseguir a alguien por pensar distinto. Más aún si esa persecución baja desde el Estado.

El acto del Salón de los Pasos Perdidos fue muy bueno, muy emocionante y, por, sobre todo, muy justo. Lo emocionante fue que se trató de un acontecimiento sin banderas. Con el Parlamento como escenario de una reivindicación ética de los médicos uruguayos.