jueves 12 de agosto de 2021
Asumir hoy a los 101 años del SMU en un Comité Ejecutivo paritario no es producto del azar, es el trabajo de muchas compañeras por quienes me siento respaldada y estoy profundamente agradecida. Así como con todos quienes se acercaron a trabajar en esta organización tan diversa y a votar en las últimas elecciones. Es la mayor votación desde los períodos post dictadura, con un crecimiento de casi 50% en proporción a la anterior, hecho que fortalece y confirma su representatividad.
Es para mí un gran desafío iniciar la conducción del SMU en este período, como seguramente lo ha sido para cada persona que ha ocupado este rol, muchos de ellos están aquí presentes, especialmente destaco a la Dra. Graciela Dighiero, primera y única mujer que lideró el SMU en 1989.
La conocí, más adelante en los noventa, en el Consejo de la Facultad de Medicina, cuando participé como parte de la delegación de la AEM con Graciela en el orden egresados.
Recuerdo cuando en las elecciones de 2019 en la puerta del SMU, me dijo que debía: “aceptar el desafío”, aunque no con esas palabras, quienes la conocen me entienden.
Hoy el SMU celebra sus 101 años, fortalecido con capacidad de trabajo, propuesta y construcción.
Somos una organización social que en conjunto con otras, construimos gran parte de lo que hoy tenemos en Uruguay en el sistema de salud para el bienestar de las personas, aportando para que el ejercicio de los derechos sea una realidad.
Cuando en ocasiones el estado no logra ser garante del derecho a la salud, las organizaciones sociales, somos las que estamos ahí para denunciar, proponer y ayudar a garantizar el mismo.
Quisiera destacar 5 puntos que serán los pilares para el trabajo en adelante. Todos ellos tienen como objetivo cuidar de la salud y la vida.
1. Equidad de género en el ejercicio de la profesión y gremial.
Como dije al principio, este tema no puede pasar desapercibido.
En 2020 el SMU hizo una encuesta sobre violencia basada en género en el ejercicio de la profesión médica, allí encontramos cifras muy altas reportadas por las mujeres médicas, así como relatos que las colegas hacen y que hemos naturalizado sin resistencia.
Esto debe ser revertido con acciones positivas, no podemos tolerar ganar menos, no acceder a los lugares de dirección, representación o decisión real, que se argumente que “X” especialidad no es para mujeres, o que existan servicios donde sistemáticamente se contraten varones.
Hago un llamado a las colegas: a denunciar estas situaciones y a trabajar para revertirlas.
2. Trabajo y austeridad en el SMU.
Se requiere del esfuerzo de quienes dirigimos el SMU, pensar en la optimización de los recursos institucionales para darle el uso más eficiente posible.
A la vez debemos transitar hacia una modernización de la institución, en diversos aspectos, pensando un SMU para el presente y futuro, dando respuesta a las necesidades de los y las colegas. Se requiere también del trabajo militante por el bien común, alejado de intereses personales.
3. Cuidado y defensa de médicas y médicos.
El cuidado y defensa de las médicas y los médicos, su vida, su trabajo así como de los equipos de salud, porque es un camino insustituible para la calidad de la atención que fueron propuestas desde la 9ª Convención Médica.
Esta calidad del trabajo y atención medica debe ser medida y demostrada no solo con “indicadores de resultados” sino también en el vínculo con las personas, en el acceso real de la población a la atención sanitaria.
Esto requiere continuar con el proceso de desarrollo de la RTM, dotación de puertas de emergencia, eliminación del trabajo precario en el sector privado y público, y centros de referencia que profundicen procesos que fortalezcan la calidad.
En este cuidado, este sindicato tiene la mano extendida e incluye a cientos de colegas que vienen de otros países a radicarse y a ejercer la profesión en Uruguay, en un país conformado por hijos de inmigrantes y en el que muchos colegas han emigrado.
4. Formación. académica, técnica, profesional de las y los médicos del país, para asegurar de la calidad de atención a la población.
Trabajaré incansablemente por esa calidad, incluyendo el vínculo entre la formación de RRHH y todo el sistema de salud,- publico y privado – evitando que sea casi exclusivamente con la población más vulnerada,. Esto incluye la formación continua y la recertificación como legitimación de la calidad.
5. Llamado al diálogo y a la construcción colectiva.
Por último, hago un llamado a todas las delegaciones representadas en este Comité Ejecutivo a eliminar la violencia entre personas, a sustituirla por el diálogo constante, permanente, con todos y todas, única forma de construir colectivamente, camino que a veces puede ser visto como trabajoso o tedioso pero que vale la pena.
Que el pluralismo y la diversidad aquí presentes sean una de nuestras principales fortalezas para bien de nuestro sindicato.
Mirá aquí el discurso de asunción de la Dra. Zaida Arteta.