miércoles 10 de octubre de 2018
Hoy miércoles 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Esta fecha fue instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para generar conciencia sobre la importancia de estas patologías que muchas veces son ignoradas y sub diagnosticadas.
El lema de este año es «Educación inclusiva, salud mental positiva” poniendo en la salud mental en la juventud.
Un estudio de la OMS muestra que la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan. La investigación revela además que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años.
La depresión continúa siendo el principal problema mental en el mundo, en segundo lugar se encuentra el consumo problemático de alcohol y otras drogas en tanto que el tercer lugar lo ocupan los trastornos alimentarios. Estas enfermedades deben ser tratadas pero muchas veces por miedo a la estigmatización y discriminación sufrida por los pacientes de salud mental.
Desde el 9 de agosto del 2017, Uruguay tiene una nueva ley de salud mental que propone un cambio de paradigma, basado en una perspectiva de derechos humanos y dignidad de las personas.
Entre los puntos más relevantes de la ley, se destaca la fijación de una fecha límite para el cierre de las estructuras asilares y monovalentes en el año 2025; también indica que la internación de los pacientes se haga en salas generales y no “psiquiátricas”. Por otra parte se explicita que el abordaje del consumo problemático de drogas tiene que ser multidisciplinar.
Ser Médico consultó al Dr. Rafael Sibils, Presidente de la Sociedad de Psiquiatría al respecto de los avances registrados a partir de la aprobación de la ley y los desafíos pendientes que aún no han podido ser resueltos.
¿Qué avances se han registrado a partir de la aplicación de la ley?
Básicamente pocos, en concreto se estructuró el órgano de contralor que es probablemente uno de los elementos que va a impulsar el cumplimiento de la ley si ese rol es bien ejercido. Hay algunas cosas más que se están empezando a cumplir como la no vigencia de los 30 días de internación y algunos otros aspectos que están en fase de ponerse a andar.
¿Cuáles cree la Sociedad de Psiquiatría las dificultades sobre la implementación?
Las dificultades básicamente son de dos órdenes, de presupuesto, porque esta reforma en el principio exige cambios económicos importantes para después generar un modelo que se equilibre a otras pautas económicas. La otra tiene que ver con el cambio de perspectiva de los técnicos que trabajan en la salud mental, psiquiatras y todos los demás acerca de cómo aproximarse a los pacientes. Esto va a llevar tiempo pero va a ir instalándose como algunos cambios lo han hecho ya.
¿Cuáles son las perspectivas y desafíos en un futuro cercano?
Lo principal es que todas las personas que trabajan en salud mental, todas las profesiones, se orienten a este nuevo modelo para que se instale. Además este es un modelo que no solo depende de los trabajadores de salud mental sino que es interinstitucional y se requiere que aporten vivienda, enseñanza, etc. Toda la sociedad tiene la posibilidad de apoyar a este proyecto y ayudar.