miércoles 23 de mayo de 2018
A raíz de la actividad científica del 16 de mayo organizada por el Sindicato Médico y la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay denominada “Consideraciones sobre la violencia”, desde la SPU se realizó la siguiente crónica sobre la misma que compartimos a continuación.
Cuando la agresividad inherente a los seres humanos -necesaria para vivir y obtener logros- se transforma en hechos destructivos y predomina la no consideración del otro, estamos frente a la violencia: comportamiento agresivo fuera del contexto y el control inhibitorio normales.
La actividad científica se centró en la violencia interpersonal, diferenciándola de la autoinfligida y la social, aunque las tres vertientes están en términos generales interrelacionadas.
Constituye un problema de salud pública: provoca muertes, lesiones y alteraciones funcionales a una parte relevante de la población, y afecta la salud mental de los directamente implicados y de toda la comunidad. Se expresa en todos los ámbitos sociales y con diversas formas: física, psicológica sexual, privaciones, descuido, etc., y su impacto se replica a través de los medios de difusión.
Deteriora la calidad de vida: tiene repercusiones individuales, familiares, sociales, legales, laborales e impone costos económicos a las comunidades.
Es asimismo un tema de interés médico, como se desprende de las exposiciones realizadas.
El Dr. Grecco comenzó refiriéndose a las alarmantes cifras de violencia hacia los médicos, aportando datos concretos acerca de las condiciones y formas en que los colegas sufrieron agresiones y dejando en claro que los registros seguramente no incluyen todos los casos. De hecho los médicos tenemos contacto con la violencia como ciudadanos (espectadores, víctimas), como profesionales que tratan sus consecuencias y deben definir acciones cuando la constatan, y también podemos recibirla durante el ejercicio de la profesión; todos estos ejes fueron abordados por los expositores.
El Soc. Paternain se refirió al fenómeno de la violencia desde una mirada a la que los médicos no estamos acostumbrados, habilitando al auditorio a pensar acerca de muchos de sus ejes y a considerar variables que con frecuencia dejamos de lado. Particularmente incursionó en algunos aspectos de la relación entre medicina y violencia, y citó experiencias en las cuales dicha profesión puede aportar a prevenir actos agresivos.
El Dr. Dajas ahondó en investigaciones acerca de fenómenos neurobiológicos que se detectan en las personas violentas mediante estudios de última generación; particularmente se refirió a los portadores de trastornos antisociales de personalidad. Reflexionó a partir de tales datos acerca del impacto de dichas personas en diversas áreas sociales, así como sobre las dificultades que presenta su tratamiento.
La Dra. Romano se centró en el modelo ecológico de la comprensión de la violencia y aportó múltiples referencias para facilitar el abordaje de esta problemática desde la psiquiatría, la medicina y los servicios de salud. Su enfoque apeló a ampliar el ejercicio clínico para detectar y prevenir las consecuencias de la violencia en diversos ámbitos. Refirió que existe material y recursos para abordar el tema, pero que muchas de las raíces de su génesis no son tomadas en cuenta de modo habitual.
El Dr. Sibils se refirió a algunos aspectos de la relación entre psiquiatría y violencia, intentando delimitar el campo de la especialidad. Destacó que la atribución de cierta clase de violencia esencial a los pacientes psiquiátricos se origina en concepciones falsas, es estigmatizante, y agrega un sufrimiento injusto a esas personas y sus familias.
El público asistente aportó valiosos comentarios y preguntas que dieron lugar a una segunda participación de los expositores, permitiéndoles ampliar la riqueza de sus planteos.
Recomendamos a quienes estén interesados ver el video de la actividad completa aquí.