sábado 4 de junio de 2022
Las vacunas sirven para prevenir enfermedades, nos protegen de virus y bacterias, y evitan millones de muertes al año en todo el mundo. Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) es cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad, que estimule la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados o de productos o derivados de microorganismos.
En Uruguay el Ministerio de Salud Pública es responsable de definir las políticas nacionales de vacunación, establecer las normas generales para la aplicación de las vacunas y abastecer de las vacunas necesarias y otros insumos.
El actual Programa Nacional de Vacunación de Uruguay fue creado en 1982 y administra 13 vacunas para prevenir 15 infecciones. Es obligatoria la vacunación contra la tuberculosis (BCG), difteria, tos convulsa, tétanos (DPT), poliomielitis (OPV), sarampión, rubéola y paperas (SRP), Haemophilus influenzae tipo b (Hib), varicela, hepatitis B, hepatitis A y la antineumocócica 13 valente.
De esta manera Uruguay administra actualmente 13 vacunas en su PNV para prevenir 15 infecciones. La vacunación es gratuita y obligatoria para todo el territorio nacional, tanto en establecimientos estatales como privados para todas las vacunas que componen el Plan Nacional de Vacunación. En Uruguay hay una altísima adherencia a este plan.
Las vacunaciones son de las intervenciones sanitarias más rentables y difundidas. Sin embargo ninguna vacuna es totalmente segura o efectiva. Además, cuando una vacuna es eficaz, la enfermedad a la que está dirigida es menos frecuente. En estos casos, las reacciones adversas relacionadas con la vacunación, tanto las provocadas por las vacunas (reales) como las asociadas con ellas sólo por coincidencia, se vuelven cada vez más frecuentes e importantes. Esto no es un hecho menor, el acceso rápido a la información, sin la posibilidad de confirmar veracidad, coloca a las personas en el terreno de la duda, del temor y de vulnerabilidad, situación que muchas veces se soslaya, no se tiene en cuenta y puede conspirar contra los resultados esperados.
En cuanto a la vacunación contra la COVID 19, en Uruguay se estableció desde el MSP y el PNV la planificación e implementación que permitió llevar adelante un proceso exitoso con altas tasas de adherencia inicialmente con población vulnerable y trabajadores esenciales y que se extendió rápidamente a toda la población.
Conclusiones
La creación del Programa de Inmunizaciones en el mundo ha sido una de las estrategias de salud pública más valorada y que contribuye a la equidad. El éxito de los Programas de Inmunización es indiscutible, tan solo en el periodo 2000-2018 las muertes por sarampión han disminuido en el mundo en un 73%.
En el Uruguay la tasa de vacunación universal es entre 91 y 98%, sabemos que estos números pueden obedecer a la obligatoriedad de las mismas, territorio pequeño y campañas de educación institucionales. Las vacunas son la estrategia para grandes objetivos sanitarios como la eliminación de sarampión, disminución de morbimortalidad por diarrea y neumonía en <5 años, control de las hepatitis virales y reducción de meningitis bacterianas al 2030.
Recomendaciones
La gratuidad y obligatoriedad de las vacunas del Certificado Esquema de Vacunación (CEV) son dos elementos que deben ser protegidos y mantenidos en el tiempo, aunque signifiquen importantes erogaciones. presupuestales. Hay experiencia que cuando las vacunas tienen un costo para la población y cuando no son obligatorias, la cobertura desciende en gran medida.
No obstante, la condición de obligatoriedad exige mucha cautela y evidencia a la hora de incluir nuevas vacunas en el CEV. Dado que pueden surgir dudas en las familias sobre efectos adversos y conveniencia de la vacunación es imprescindible que la indicación se acompañe siempre de un espacio para el asesoramiento por partes de del equipo de salud de referencia, donde lejos de desestimar las dudas se validen y habiliten todos los planteos, se dé la información correcta y se desmitifiquen supuestos. Esto contribuye a la toma de decisiones compartidas y fortalece la atención centrada en las personas.