domingo 31 de octubre de 2021
La Lista 54 ha resultado vencedora en las elecciones de la Caja de Profesionales Universitarios, obteniendo al menos uno de los cuatro cargos electivos por los profesionales activos. Como es sabido, es una lista gremial, que cuenta con el apoyo del Sindicato Médico y el Colegio de Abogados del Uruguay, y con la adhesión de un grupo muy importante de contadores y economistas. E integra, junto a la Lista 10, de la Agrupación Universitaria del Uruguay, el lema común Gremios por la Caja.
Este amplio respaldo de los afiliados a la Caja es también un voto de confianza a nuestras organizaciones, a su responsabilidad y compromiso en los momentos difíciles, a su capacidad de trabajo, a la búsqueda constante del bien común, sin ambiciones personales ni intereses mezquinos.
La tradicional solvencia económica de la Caja Profesional se viene deteriorando desde hace una década. Este deterioro obedece a una tendencia conocida desde hace años: la cantidad de jubilados aumenta a una velocidad mucho mayor que el incremento del número de activos. Y existe un desbalance entre el monto de la jubilación promedio y el aporte promedio. Inciden conocidos factores demográficos y la llamada “maduración” del sistema: los profesionales egresados en gran número a partir de los años ochenta y noventa están llegando a su jubilación.
Por otra parte, los cambios en el trabajo profesional se traducen en una caída sostenida de las tasas de ejercicio: mientras hace diez años el 53 % declaraba ejercicio libre, actualmente ese porcentaje se ubica en el 41 %. De quienes declaran ejercicio libre, el 70 % se ubican en las cuatro categorías más bajas de aportación.
Como en tantos sectores de actividad, la pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto económico importante, al afectar la labor profesional y generar efectos económicos generales de larga duración que también inciden en las finanzas de la Caja. Mientras la cantidad de profesionales activos se mantuvo casi sin cambios, sólo en el año 2020 la cantidad de jubilados se incrementó en un 4,5 %.
Sin embargo, la Caja de Profesionales Universitarios tiene también fortalezas: su buena –aunque decreciente- relación activo/pasivo, la adhesión voluntaria de muchos profesionales que sólo trabajan en relación de dependencia, sus reservas financieras e inmobiliarias, la gran capacidad de sus técnicos y gerentes. Para afirmarse en esas fortalezas, necesita cambiar algunos parámetros, en particular el promedio de sueldos fictos de aportación que se toman para el cálculo de la asignación jubilatoria (actualmente se promedian los últimos tres años, mientras en el sistema general se promedian veinte años).
No sólo se trata de ajustar los beneficios jubilatorios a la realidad demográfica y económica. También es necesario introducir elementos de mayor justicia entre generaciones: mientras tenemos un buen nivel de pasividades, las prestaciones de enfermedad o maternidad, por ejemplo, son de cuantía muy inferior a las del régimen general, y sus condiciones mucho más estrictas. Es necesario mejorarlas, por una razón de justicia, y para obtener una mayor adhesión de los profesionales a nuestro sistema.
Todavía resta la proclamación de los electos por la Corte Electoral, pero entre abogados, contadores, economistas y médicos hemos conformado un gran equipo, que ya está trabajando para proponer, al asumir, esas y otras medidas imprescindibles. Y, por supuesto, la contribución de nuestras organizaciones gremiales, su crítica y su aporte constructivo, son imprescindibles y constituyen el respaldo necesario para avanzar en la negociación de un nuevo sistema previsional.