jueves 15 de agosto de 2019
1920 fue un año clave en la historia del sindicalismo médico uruguayo. Parece tan lejano en el tiempo. Otro país, otra sociedad, otra medicina; todo tan distinto. Y sin embargo, todo tan parecido a la actualidad.
Contextualicemos: la medicina era ejercida en el ámbito público en los hospitales de caridad, particularmente en el Hospital Maciel fundado en 1788. También en el sistema de ayuda y socorro mutuo, que estaba en pleno auge y sigue hoy tan vigente y propio de nuestro país; la primera institución de este tipo fue la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos fundada en 1853. Los médicos comenzaban a formarse en nuestro país, en nuestra Facultad de Medicina, fundada en 1875. Los grandes profesores de la época, ya entrados en edad y formados en el exterior, eran ahora para ese entonces maestros y consultantes. Los médicos jóvenes se desempañaban en los ámbitos de guardia y de alta demanda laboral, cubriendo espacios, cada vez con más sobrecarga de trabajo.
Todo ello ocurría en una pésima situación laboral, y con magros salarios. Por añadidura, se competía con las intrusiones médicas: curanderos, boticarios y manosantas entre otros estaban a la orden del día.
Los médicos estaban agrupados en el Club Médico, asociación civil con fines sociales y culturales presidido por el Prof. Augusto Turenne. Pero esta asociación tenía impedida la actividad gremial. Eran 750, de los cuales 580 ejercían en Montevideo. Los problemas en el desempeño profesional eran agobiantes. Es a partir de esa organización que se realizaron las sucesivas asambleas y se redactaron los estatutos que culminaron con la Asamblea de Fundación del SMU el 11 de agosto de 1920. Allí el Dr. Turenne con sus encendidos discursos arengaba a los médicos a la agremiación para la defensa de sus derechos.
Es muy interesante recordar que en el mes de mayo de 1920 Turenne diseña y lleva adelante la primera encuesta médica nacional, para conocer las inquietudes y problemas del colectivo médico de la época. La pregunta central de dicha encuesta era la siguiente:
«¿Cree Usted necesaria la organización del Sindicato Médico como un medio eficaz para realizar las reivindicaciones del Cuerpo Médico?».
Curiosamente, esta misma pregunta nos la hacemos hoy; tiene tal fuerza como motor de conciencia gremial. Necesitamos cada vez más imperiosamente una organización sindical fuerte para defender nuestros derechos. Como en 1920…
Los médicos de la época habían tomado conciencia de que la defensa individual del médico ante patronos, empleadores, o el propio Estado, era altamente ineficaz. Exactamente, como hoy
Compartimos algunas de las respuestas y conclusiones de aquella primera encuesta. También, plena coincidencia de conceptos, 99 años después:
- Aumento de los honorarios profesionales y su ajuste al costo de vida. (Hacía 30 años que no se modificaban los honorarios de la profesión)
- Aumento de los sueldos de los médicos de las Sociedades de Socorros Mutuos.
- Aumento de los sueldos en los distintos servicios públicos que ocupan médicos.
- Relaciones entre las Comisiones Directivas de las Sociedades de Socorros Mutuos y los médicos que de ellas dependen.
- Aumento de los servicios hospitalarios, con una iniciativa de crear un gran «Hospital de Clínicas que el país precisa».
- Defensa contra el ejercicio ilegal de la medicina (contra curanderos, boticarios, flebótomos, «manosantas» y otros intrusos de la Medicina).
- Relaciones del cuerpo médico nacional y el Consejo Nacional de Higiene.
- Defensa contra los clientes indeseables.
- Defensa contra los enfermos pudientes que aprovechan del trabajo médico en las mutualidades.
El Sindicato Médico nace para defender al cuerpo médico nacional de todas estas amenazas. Pero también, y así lo recoge el primer Estatuto, para participar activamente en las políticas sanitarias del país:
- a) La defensa de los intereses morales y materiales de sus afiliados y en general de todos los médicos del Uruguay.Declara el Sindicato Médico que ningún asunto médico de la República le será ajeno, donde esté en juego la moral profesional y los intereses materiales de los médicos. Se destaca, el papel de la profesión en la salud de la comunidad, no a nivel individual, sino colectivo, en el cuidado del nivel sanitario de la población, evidenciado por una preocupación constante en este sentido.
- b) La solución decorosa y práctica de todas las cuestiones económicas y profesionales que tengan relación con el Cuerpo Médico.
- c) El mejoramiento por medios legales del ejercicio profesional y la situación del médico y del estudiante de Medicina.
- d) Coadyuvar a la ampliación de la cultura general y el perfeccionamiento de la preparación técnica de los médicos.
- e) La obtención de las disposiciones legales que amparen al médico y a su familia en los casos de enfermedad, vejez o muerte, así como de los estudiantes afiliados.
- f) Contribuir al permanente estudio y perfeccionamiento de las estructuras de salud del país.Esto lo ha realizado el SMU a lo largo de la historia, mediante estudios técnicos puestos al servicio de los afiliados y de los poderes públicos, y a través de jornadas de debate e intercambio que han sentado doctrina en materia de salud. El trabajo permanente sobre los Poderes Públicos, y sobre el Parlamento, ha determinado progresos significativos en la legislación que atiende a la salud.
- g) El mejoramiento de las leyes y disposiciones referentes a la Asistencia e Higiene Pública y la medicina social.
- h) La protección de sus afiliados contra las transgresiones a los preceptos de la moral profesional.
- i) La defensa jurídica de sus afiliados en los casos previstos por el presente Estatuto. j) Utilizar su influencia moral y su poder material en beneficio de todos los perfeccionamientos de la legislación tendientes a robustecer la participación del médico en todas las manifestaciones de la solidaridad humana.
- k) Fomentar actividades sociales, culturales y deportivas de sus afiliados.
- l) La formación de un acervo patrimonial para cumplir con las finalidades sociales.
- m) Estimular el desarrollo de la actividad gremial entre sus afiliados, propiciando la creación de organizaciones por lugar de trabajo o residencia, u otros criterios similares.
Hoy, 99 años después, encontramos enormes coincidencias entre aquellos problemas y los que nos aquejan en la actualidad. El desempeño profesional, las cuestiones salariales y las condiciones de trabajo, el vínculo en las empresas, dueños, gestores o el estado; la necesidad de participar activamente en el diseño de las políticas públicas en salud. Todo esto ya estaba escrito en 1920.
Hoy, 99 años después, nos rigen los mismos mandatos éticos. La misma necesidad de organizarnos en un Sindicato fuerte, solidario, con alta sensibilidad social. Un Sindicato que defienda los logros de un SNIS del cual fuimos protagonistas de su gestación, y del cual pretendemos ser agentes de su transformación. Un Sindicato que defiende la herramienta fundamental de la Negociación Colectiva por mecanismo imprescindible para alcanzar a través del diálogo tripartito las mejoras de las condiciones de trabajo que se materialicen en mejora de la calidad asistencial. Herramienta hoy amenazada por la coyuntura política nacional, regional e internacional, así como por actitudes que esperamos reviertan empresas y colegas que la cuestionan y golpean duro.
Este Sindicato, en vísperas a iniciar su segundo siglo de vida, mantendrá en alto sus banderas y principios, consciente que, al igual que en 1920, es la mejor respuesta para proteger al colectivo médico y a la atención de la salud de la sociedad.