miércoles 15 de marzo de 2023
¿Cómo fueron tus comienzos dentro del gremialismo y cuáles fueron los motivos que te impulsaron a ser parte del movimiento?
Mi participación gremial arranca a nivel estudiantil en secundaria y de algún modo ha sido una constante en la mayor parte de las etapas de mi vida, a veces con mayor y otras con menor intensidad. Creo que la preocupación por la realidad social y la necesidad de incidir de alguna manera en forma colectiva para tratar de modificarla es, muchas veces, el punto de partida. Encontrar otras personas con la misma iniciativa e ideas similares y dispuestas a dedicarle tiempo y esfuerzo a intentar construir otra realidad es un aliciente fundamental y, creo, promueve la permanencia en estos ámbitos que demandan tiempo y esfuerzo y dependen de la suma de voluntades. Sin dudas la durante mi permanencia como estudiante de la Facultad a nivel de la AEM fue una etapa de mucho tiempo y esfuerzo dedicado a ello. Ahora participo fundamentalmente a nivel de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República en Medicina.
¿Qué problemas encontraste en el camino o qué situaciones tuviste que enfrentar?
El tiempo y la demanda de otros aspectos de la vida cotidiana (familiar, laboral, etc) sin dudas atentan contra la participación.
Dese el punto de vista de la perspectiva de género te diría que muchas veces los lugares que, de algún modo, se reservan u otorgan a las mujeres muchas veces tienden a ser aquellos considerados más secundarios o de menor interés por la mayoría de quienes integran las organizaciones. Si bien la realidad de a poco viene cambiando, es más difícil acceder a cargos de responsabilidad o a áreas de decisión. Es habitual que se reserve a las mujeres lugares con mayores cargas de labor administrativa o de organización y menor responsabilidad en decisiones.
La medicina está feminizada, más del 60 % del cuerpo médico son mujeres. En este contexto, ¿cómo es la situación laboral para las médicas?
Los datos indican claramente que los hombres acceden con mayor frecuencia a los cargos de más responsabilidad y mayores salarios. Muchos aspectos históricos de falta de acceso de las mujeres, luego de mucho menos acceso a la educación médica, sumado al gran vínculo que, en nuestro medio, tienen dichos cargos con el envejecimiento, probablemente sean en parte las causa. Pero creo que además podemos identificar dificultades de acceso y permanencia de las mujeres relacionada a estereotipos que vinculan al sexo masculino con características mejores para algunas tareas / funciones particularmente de dirección /mando etc; y por otro con la enorme carga de cuidados que enfrentan las mujeres en comparación con los hombres y que, por tanto, limitan el tiempo y esfuerzo dedicados a otras actividades laborales y académicas.
Si comparás la situación actual con tus comienzos, ¿qué avances considerás que se han logrado?
En primer lugar, se habla del tema y se habla por todas las personas, más allá de lo que opinen. Hay una mirada mucho más reflexiva y, de a poco, se visualizan cambios que permiten pensar e ir modificando algunas cosas. Hay esfuerzos en mejorar la participación de las mujeres, en número fundamentalmente, pero lentamente también en lugares de decisión. Lo que tiene que ver con los cuidados desde el estado y las organizaciones ha habido esfuerzos, que aún son pocos, pero también suman. Falta mejorar las decisiones basadas en estereotipos y roles históricamente asignados a determinado género. Los cambios sociales son lentos, pero claramente en los últimos años se puede identificar un punto de quiebre. Habrá que seguir pensando, reflexionando, buscando caminos, convenciendo y haciendo cambios para mejorar la situación de las mujeres en todos los ámbitos y en todos los lugares geográficos.
¿Por qué es importante la participación de las mujeres a nivel gremial? ¿Qué impide dicha participación? ¿Qué estimularía dicha participación?
No sé si tengo una respuesta óptima. Creo que las mujeres podemos y tenemos para aportar en la vida gremial y que las dificultades en el acceso, la permanencia, la posibilidad de armonizar la vida familiar/ laboral y gremial y el ser escuchadas de manera efectiva no está siempre garantizado. Creo que hay varias estrategias que podrían ayudar y que tienen que ver con la visión social de la participación de la mujer, identificar y combatir el mansplaning, valorar y en ocasiones aplicar estrategias como la paridad en el acceso, fortalecer los espacios de cuidado, flexibilización horaria, etc.
El trabajo continuo en lograr hacer visible esta realidad, pensar, reflexionar e intentar promover otra realidad es el camino que venimos andando; es verdad que los resultados son aún limitados y estaría bueno que pudieran acelerarse algunos cambios, pero no sé si tenemos otros caminos que nos hagan sentir seguras y cómodas. Yo por ahora creo es por acá.