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Fraterno homenaje rioplatense al gran pediatra
José María Portillo, maestro de la medicina uruguaya
El pasado 31 de octubre la Asociación Médica del Uruguay y la Fundación Prensa Médica Argentina distinguieron al profesor emérito José María Portillo con el título de Maestro de la Medicina Uruguaya.
por Armando Olveira
El acto se realizó en el aula magna de la Facultad de Medicina. Contó con
la presencia del representante del Decanato de la Facultad de Medicina, Prof. Dr. Antonio Najrac; el presidente de la Asociación Médica del Uruguay, Dr. Alberto Vals; el presidente de la Asociación Médica Argentina, Dr. Elías Hurtado Hoyos; el representante de la Academia Argentina de Medicina, Dr. Juan Manuel Girlanda; el profesor emérito Fernando Mañé Garzón; la vicepresidenta de la Asociación Médica del Uruguay, Dra. Dinorah Castiglioni y el representante de la Fundación Prensa Médica Argentina, Dr. Pablo López.
El título de Maestro de la Medicina Uruguaya es otorgado anualmente por la Asociación Médica del Uruguay y la Fundación Prensa Médica Argentina. «El doctor Portillo cumple con todos los requisitos: 1) Una actuación asistencial brillante y prolongada en más de 60 años de profesión. 2) Una extraordinaria carrera docente, con la formación de alumnos que lo prolongan, con larga titularidad en la cátedra de pediatría. 3) La publicación de trabajos científicos reconocidos internacionalmente», afirmó el Dr. Alberto Vals en la apertura del acto.
La distinción de maestro de la medicina fue entregada por el profesor Juan Manuel Girlanda, catedrático de Urología de la Universidad de Buenos Aires, representante de la Academia Argentina de Medicina y de la Fundación Prensa Médica Argentina.
A su turno, el profesor emérito Fernando Mañé Garzón hizo una semblanza de la personalidad de su maestro, colega y amigo. «La distinción otorgada a Portillo es la máxima prevista por las organismos médicos de Argentina y Uruguay: maestro de la medicina... Tomo entonces la palabra como el primer discípulo de quien hoy es mi amigo».
«Portillo es maestro por su continuidad histórica dentro de la pediatría clínica, social y cultural de ambos países».
«Soca, Morquio, Bonada, Pelfort, Peluffo, María Luisa Saldún... Ellos fueron los brillantes precedentes del maestro. Portillo colaboró durante muchos años con Saldún, fundadora de la Escuela de Pediatría Social y Nutrición y creadora para América Latina de la diabetología infantil», recordó.
Mañé destacó la «inmensa tarea científica y social realizada a mitad de siglo por dos profesores agregados: Ramón Carlos Negro y José María Portillo... el primero ocupó la cátedra del Pereira Rossell y el segundo la del Pedro Visca. Nos conocimos en 1957, cuando ya era jefe de servicio y profesor agregado de la cátedra de pediatría».
«Durante más de 20 años, José María creó el ámbito completo de integración pediátrica del Ministerio de Salud Pública y de la Facultad de Medicina, a través de un centro hospitalario único para el país, de cometido asistencial, docente y de investigación... La dictadura cerró el Pedro Visca, pero no pudo destruir el talento de quienes sostuvieron este bastión de la pediatría nacional».Para Mañé «es maestro, porque incorporó y asimiló en su gestión la larga y fecunda tradición pediátrica nacional. Nuestra materia encontró en él un digno, completo y esforzado paladín... Supo hacer del diagnóstico clínico un arte de la seguridad y la eficacia. Predicó con el ejemplo del investigador riguroso que recorrió el mundo con trabajos célebres para la pediatría».
Najrac: «Un ideal ético»
El profesor Antonio Najrac, en representación de la Facultad de Medicina, señaló «el orgullo y la alegría que significa para la facultad que un hombre de la casa sea nombrado Maestro de la Medicina Uruguaya».
«Pocas veces una nominación hace tanta justicia con un médico. Así lo podemos señalar todos aquellos que pasamos por su inolvidable cátedra del hospital Pedro Visca... Fue un pediatra que se comprometía con el niño y su familia, haciendo del ejercicio un verdadero acto de amor... En el ámbito de la enseñanza, puso siempre énfasis en ideales éticos para el ejercicio cotidiano de la profesión», sentenció Najrac.
Como presidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, destacó «su convicción en la defensa de ideas, respetuoso en la disidencia y severo ante la ausencia de ética».?
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